Desde Holanda, una mirada sobre la TV y los niños
Los chicos en el centro. De la imagen, de la historia, de la perspectiva de la cámara. El realizador holandés Jan-Willem Bult lleva hechas unas 125 producciones de televisión y cine para chicos y jóvenes en más de 40 países, siempre siguiendo este concepto.
"¿Cómo se puede ayudar desde los medios audiovisuales a los niños a superar desilusiones, malas experiencias en su vida?", es la pregunta que guía a Bult. La respuesta: ofrecer historias de resiliencia para fortalecer la de los niños.
Bult se encuentra en Buenos Aires, invitado por el canal Pakapaka, para dar un taller para realizadores y guionistas interesados en cine y televisión y otros profesionales vinculados a la infancia. Junto a la investigadora alemana Maya Götz, directora del Instituto Central Internacional para Juventud y Televisión Educativa (IZI) de la radiotelevisión pública de Baviera, buceará en la memoria de los participantes en busca de "historias fuertes" que hayan marcado su infancia.
"Partimos en el taller de una pregunta: ¿podés recordar un momento de cuando tenías entre 6 y 9 años en el que te sentiste realmente fuerte tras pasar por una situación difícil? El recuerdo nos ofrece historias interesantes, con un desarrollo atravesando un cambio", señala Bult. Se trata de rescatar momentos transformadores de la infancia a los que se puede recurrir en un momento de crisis a lo largo de toda la vida. Y luego, de desarrollar para ellos las técnicas de escritura de guion y filmación que sostienen el concepto de "los chicos en el centro".
¿Cuáles son esas técnicas? Literalmente arrancar con la imagen de chicos protagonistas, explica el cineasta holandés. Dirigirlos en la actuación sin que se conviertan en personajes modelados por los adultos. Mostrar la realidad aunque sea dura, con un final que señale una salida positiva, pero que sea abierto. Evitar las musicalizaciones que direccionan las emociones a un punto predeterminado, para abrir espacio a la reflexión personal de cada espectador. "El ideal del máximo de calidad es que cada individuo haga una reflexión propia sobre lo que vio, a diferencia del cine comercial, que busca la reacción masiva idéntica ante cada escena".
Una estrategia crossmedia de plataformas múltiples, como la encaran desde comienzos de milenio los canales infantiles europeos y también Pakapaka aquí, es imprescindible desde la visión de Bult para que los chicos puedan apropiarse de la historia e incluso aportar sus propias experiencias. Las producciones de tv se pueden segmentar para su visión en celulares, algunos se convierten en libros que se pueden leer antes de ir a dormir, otros en podcasts que escuchan los chicos en campos de refugiados. Como marco general, se necesita ser un poco antipedagógico, políticamente incorrecto, con una mirada autónoma e incluso anárquica, dice Bult. "Las reglas existen en la vida, claro, pero solo se comprenden si se iluminan también desde otro lado".
El día que me hice fuerte se llama este proyecto internacional del IZI, el Prix Jeunesse y el Instituto Goethe, del que participa Pakapaka, primero con este doble taller y luego con la producción de entre tres y cinco historias filmadas, cuyos guiones pueden surgir de los mismos talleres. Algunas de estas producciones breves participarán en Munich del Prix Jeunesse, en mayo, y para mitad de año se podrán ver por la señal de Pakapaka, según anticipa su directora, Karina Wroblewski. Luego se sumarán a la programación los envíos de los demás países participantes del proyecto, entre los que se cuentan México, Alemania, Cuba, Noruega, Colombia, Mongolia, Líbano, Namibia y Uruguay.
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