Elena de Avalor, la nueva princesa de Disney, es latina

Disney tiene una nueva princesa. Una que tiene vestido rojo, vive rodeada de magia y porta una larga cabellera morocha. Este nuevo personaje llega para hacerse un lugar entre sus pares reales, con condimentos, costumbres y modos de diversos países de América latina.

No es la primera vez que se genera expectativa acerca de la incorporación de la cultura de estas latitudes a la realeza de Disney. Antes de su estreno, la princesita Sofía fue prometida como la primera princesa latina, aunque un tiempo después se aclaró que no era tan así. Ahora, en un spin-off de aquel universo llegará Elena de Avalor y, finalmente, el reino de las princesas recibirá a una heredera real latina que por ahora apunta a las pantallas chicas y más bien a niños pequeños. El lanzamiento en Estados Unidos fue el 22 de julio último y se acompañó con su correspondiente merchandising y un parque temático. A la Argentina llegará en noviembre por Disney Junior, igual que a los 160 países en los que se verá. Con una segunda temporada ya confirmada, habrá tiempo para ver qué y cómo representa Elena, con todos sus detalles, hechizos y luchas.

La historia

Elena tiene, tal como ella cuenta en los primeros minutos, un doble comienzo. Su idílica vida en el encantado Avalor se quiebra cuando Shuriki –una hechicera malísima que emana un humo verde que nada bueno puede traer aparejado– le arrebata a sus padres y toma por asalto su reino. Su hermana Isabel, junto con sus abuelos, quedan atrapados en un cuadro y ella en un amuleto protector que había recibido en su cumpleaños. Después de 41 años de encierro, Elena emerge de la joya, enfrenta a la bruja y libera a los tres miembros de su familia que habían quedado en la pintura. Toda esta odisea –que está contada en los primeros minutos y bien podría ser el argumento para el salto de esta nueva heroína a la pantalla grande– la devuelve a la tierra donde reinará.

Pero si bien el tiempo no ha pasado para ella, mucho ha sucedido en Avalor durante las más de cuatro décadas de encierro mágico. Entonces, antes de asumir como reina, deberá aprender de qué se trata todo aquello, desempeñándose como princesa acompañada por un consejo asesor.

La protagonista

Arrolladora, inteligente, audaz y lidiando con su propia prisa. Sin necesidad de avanzar por y para un galán dice convencida: “Llegó mi turno”. Y con esa frase comienza su historia dentro de la realeza, en el mismo instante en el que el universo latino avanza hacia un esperado trono dentro del reinado animado de Mickey. El primer episodio se encarga de presentarla en 22 minutos, a través de sus principales virtudes.

Elena sabe que quiere reinar bien, que quiere proteger a toda la gente de Avalor y sus valores son, antes que nada, amor y justicia. Con su familia es incondicional y su costado de protectora –pero también de niña– aparece en todo su esplendor cuando está con su hermana Isabel (aunque a ella le dedica más bien el segundo episodio). El encierro en el amuleto no solo la protegió y cargó de energía sino que, según ella irá descubriendo, también le ha dejado algo de toda su magia por lo cual podrá contar, por ejemplo, con Zuzo, un importante asesor que nadie más que ella podrá ver.

Los personajes que la acompañan

En su camino a convertirse en reina, Elena tendrá aliados incondicionales, detractores y algunos puntos intermedios que tendrá que ir desenmascarando. Sus abuelos, guitarra en mano y con tamales siempre disponibles, son los primeros en pedirle que se prepare para la inmensa tarea de reinar. Ambos son, además, la mitad del cuarteto elegido por ella para el consejo asesor por la experiencia de él y la capacidad de ella de ver el lado bueno hasta en los momentos más oscuros.

La "mesa chica" cuenta también con la espontánea Naomi, quien la ayuda ante su primer conflicto en el puerto con unos pequeños seres violetas que se transforman en perros y toman sus barcos sin permiso. El cuarto integrante es Esteban, de formas delicadas, prolijo bigote y quien parece saberlo todo acerca de Avalor. Este será el primero en dar señales de que no todo será tan sencillo y de que ese trono tiene más de un pretendiente. Un aprendiz de mago, un guardia real y algunos jaguares voladores completan un panorama que no escatima en detalles llenos de elementos fantásticos.

Música, festejos y decorados

Elena es, antes que nada, una princesa de Disney. Es cierto que las damiselas han ido cambiando con los tiempos y esta no es la excepción. En ese contexto es que suma ese aire latino con fuerte impronta mexicana a través de diversos elementos que acompañan la trama.

La música es uno de los elementos fuertes dentro de este universo: mariachis, pop, salsa y algo de hip hop intervienen el relato, en la voz y movimientos de diferentes personajes. Las comidas ¡y los postres! también tienen su espacio y hasta el Día de los Muertos dice presente en este reino.

El estilo azteca se filtra a través de algunos mitos y se deja entrever en los edificios y construcciones que rodean a la protagonista. Flores, detalles en la ropa, piñatas, modismos en el habla y toda clase de objetos conforman esa influencia hispano-latina que, en definitiva, acompaña a una princesa aventurera que se prepara y batalla por ganarse su corona.

Por Sol Santoro

• Animación
• The Walt Disney Company

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