
Lo que no sabías de los relatos de ficción de Rodolfo Walsh
Variaciones Walsh, una serie basada en los textos del escritor, se emite por la TV Pública
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Los cuentos que integran Variaciones Walsh, la serie basada en relatos policiales de ficción de Rodolfo Walsh, que está emitiendo la TV Pública, los jueves, a las 23, ocurren en ambientes muy diferentes. Sin embargo, una de las características de la realización de la serie es que todos los capítulos se graban en un mismo estudio, utilizando una matriz sobre la que se van armando las distintas escenografías. "Fue un desafío interesante el hecho de tener que diseñar una planta única, que se pudiera modificar y sirviera para cada episodio", sostiene Tomás Garrahan, el director de arte.
Los relatos que se usaron de materia prima para la serie aparecen todos juntos en los Cuentos completos de Rodolfo Walsh, que publicó Ediciones La Flor en 2012. La adaptación para la televisión estuvo a cargo de Esther Feldman y Alejandro Maci y la dirección de los mismos recayó también en este último. La idea del proyecto es de Eliseo Alvarez y la producción de Camila O’Donnell y Gustavo Villamagna.
La serie cuenta con un trio protagónico formado por Nicolás Cabré, Dario Grandinetti y Luis Luque, que interpretan respectivamente a Daniel Hernández, y a los comisarios Laurenzi y Jiménez. Los tres son personajes que aparecen en los diferentes relatos de Walsh y acá son quienes dan continuidad a la serie. Hernández es un corrector de pruebas de imprenta –oficio que ejerció Walsh en su juventud–, con un talento especial para resolver enigmas policiales, amigo de Laurenzi y Jiménez, que a veces escucha sus relatos y otras, los ayuda a resolver casos complicados. En la serie este personaje es una suerte de alter ego de la figura del autor. Soledad Villamil, Patricio Contreras, Mercedes Scápola, Luisana Lopilato, Sofía Castiglione, Marcelo Subiotto, Juan Grandinetti, Gonzalo Heredia, Jorge Marrale, Martín Pavlovsky, Andrea Garrote, Valeria Lois y Santiago Pedrero conforman el resto del elenco, que aparecerá en los distintos capítulos. Los doce títulos que forman parte de la lista son: "La aventura de las pruebas de imprenta"; "La sombra de un pájaro"; "La trampa"; "Cosa juzgada"; "En defensa propia"; "Trasposición de jugadas"; "Variaciones en rojo"; "Tres noches de Isaías Bloom"; "Dos montones de tierra"; "Zugzwang"; "Nota al pie"; "Docudrama" y "La máquina del bien y el mal".
Monoambiente variado
La planta única a la que se refiere Garrahan es un pasillo ancho que ocupa de lado a lado el Estudio 2 de la TV Pública, con distintos ambientes a los costados. El pasillo central puede convertirse en livings lujosos, con mobilirario de los años 40 o 50, como se vió en "Las aventuras de las pruebas de imprenta" o se verá en "Cosa juzgada", pero también puede ser el patio central rodeado de habitaciones de una casa de la época, como se mostrará en "La trampa". "Cuando se puso en marcha el proyecto, los libros todavía no estaban terminados, así que fuimos a leer los cuentos originales. Allí aparecían, hospitales, morgues, habitaciones de conventillos, departamentos lujosos. Fue interesante encontar un diseño modular como éste capaz de resolver esa variedad de propuestas", explica Garrahan.
Esta mecánica para resolver la dispocisión de la escenografía obliga al equipo que encabeza Teté Mendoza a desarmar completamente la ambientación que se usó para un episodio aproxidamamente cada cuatro días y en una noche para la mañana siguiente, tener lista la ambientación del episodio posterior.
Ayuda para este proceso que en el canal cuentan con la totalidad del material y del equipo técnico para realizar estas tareas. "Se utilizan practicamente solo recursos propios. No deja de sorprender, para uno que trabajó en varias productoras diferentes, la cantidad de elementos con los que cuenta este canal, en sus depósitos de utilería por ejemplo, para armar cualquier escenografía. Más del 50 por ciento de la utilería que usamos para esta serie, todos objetos de época, estaban en esos depósitos. Diferentes tipos de sillones antiguos, tocadiscos, radios a valvula, lámparas, mesitas, juegos de comedor de mitad del siglo pasado, vajilla y cubiertos de ese entoces, lo que quieras. Tuvimos que recurrir muy poco a los servicios de anticuarios para este proyecto", cuenta el director de arte. Una de las cosas que no había en los depósitos del ex Canal 7, ni tampoco pudieron conseguir en el mercado, fueron flashes para cámaras fotográficas de la época que aun funcionaran. "Hubo que mandarlos a hacer especialmente. Lo mismo ocurre, por supuesto con los afiches, etiquetas de bebidas, paquetes de cigarrillos o cajitas de fosforo viejas que hubo que mandar a fabricar para la ocasión", revela. Otra curiosidad son los cigarrillos que fuman los actores en escena, cosa que hacen de manera abundante como era normal en esos años. "No están hechos con tabaco, sino con una mezcla de hierbas hindúes que no dañan la salud", explica Garrahan. Un detalle que los asemeja a la producción de la serie norteamericana Mad Men, donde se usó el mismo recurso para remedar la exuberancia en el hábito de fumar.

Detalles de moda
Cuando se hicieron las castings para elegir al elenco, una de las pautas era que no hubieran actores o actrices que fueran habitués de los gimnasios. Tampoco que tuvieran cirugías estéticas o botox aplicado. Para los hombres, que usaran el pelo corto. "En el vestuario no podía haber ropa hecha con lycra, ni costuras realizadas con overlock. Tampoco podíamos usar algunos modelos de lentes que tienen un diseño actual. En los hombres, los cuellos de las camisas eran importantes. El italiano, ese que se usa mucho ahora, en el que la punta va hacia los costados y deja muy a la vista el nudo de la corbata, estaba prohibido. Tampoco los demasiado puntudos que eran comunes en los 70", nos comenta la vestuarista Ana Markarian. "Igual, en general es más problematica la vestimenta de las mujeres que la de los hombres. Ahora podés llegar a ver un tipo vestido con moñito, en cambio una mujer con faldas acampanadas, como en los 50, solo en un desfile de modas de un modisto particular. En la calle, ni loca nos vamos a poner eso", sostiene.
Otro detalle que tienen en cuenta los encargados de vestuario son los peinados, aunque esa no sea su responsabilidad. "Estamos siempre muy atentos del detalle que el peinado sea el que se usaba en la época. Un vestido impecable en la reconstrucción de época, no sirve de nada si lo acompañás de un peinado actual", sostiene Markarian.
Las fuentes en las que se documentan para diseñar el vestuario de un periodo determinado son las películas de esos años, los afiches, las revistas y los archivos que tienen quienes se dedican al oficio desde hace tiempo para la industria audiovisual y el teatro. Los lugares donde consiguieron los trajes y los vestidos fueron algunas sastrerias teatrales, depósitos teatrales y el departamento de vestuario del canal. "En algunos casos hubo que replicar el traje de un personaje porque el mismo debía aparecer ensangrentado o roto en la escena del crimen", revela la vestuarista. "Lo más fácil fue la ropa que usaron los tres personajes fijos, que era siempre la misma, para marcar la continuidad de su presencia y también el caracter icónico de su papel de detectives, vestido con el típico impermeable del oficio", añade divertida.
En las jornadas de grabación, el ambiente de época que se ve en pantalla se desdibuja completamente debido a que el uso de las cámaras que graban en Ultra Alta Definición multiplica la cantidad de técnicos asistiendo en cada toma. La utilización de estos equipos requiere un preciso trabajo de ajuste del foco y la iluminación, con varios especialistas al cuidado de esta labor en el estudio. Por su parte Maci, no solo se encarga de la parte técnica de la labor de dirección, sino que también realiza marcaciones en el campo artistico a los intérpretes de los diferentes roles. Un contrapunto de ambientes y trajes del pasado, junto a equipamiento tecnico de ultima generación van dando forma a un producto que luego en pantalla solo será el reflejo bastante fiel de la obra de un talento con mayusculas para el arte del relato y no solo en el campo de la ficción.






