Después de su show en el Samsung Studio, hablan los miembros de la banda oriunda de San Francisco
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Train, la banda californiana integrada por Patrick Monahan (voz), Jimmy Stafford (cuerdas y coros), y Scott Underwood (batería y percusión), se hizo conocida a partir de su debut homónimo de 1998 que le permitió tener su lugar en la escena rock estadounidense de los ‘90 tocando como soporte de los emblemáticos Barenaked Ladies, Hootie & the Blowfish, Cracker y Counting Crows.
Drops of Jupiter (2001) con producción de Brendan O´ Brien (Pearl Jam, Bob Dylan, Bruce Springsteen, Neil Young) y el primer single "Drops of Jupiter (Tell Me)" les permitió ganar dos premios Grammy en 2002 y convirtió al álbum en el más vendido de su carrera. My Private Nation (2003) con la poderosa balada "Calling All Angels" les valió un nuevo éxito de ventas. A pesar de las buenas críticas, el cuarto trabajo For Me, It´s You (2006), no logró la repercusión esperada, lo que precipitó la crisis que los llevó a decidir separarse. Tras un impasse de tres años, la banda decidió regresar no sólo al estudio, si no al éxito de ventas. Save Me, San Francisco, editado por Sony Music en la Argentina, se ubica entre los discos más vendidos de EEUU.
De paso por Buenos Aires para presentar este flamante trabajo y anunciar sus shows para el año próximo, hablaron con RS:
Si algo ha cambiado drásticamente en los últimos quince años es la manera en que se consume rock. ¿Cómo fue para ustedes ser una banda de los noventa y vivir la transición al nuevo siglo?
P. M.: Tenemos la sensación de haber vivido como banda muchas vidas distintas a lo largo de estos quince, casi dieciséis años de estar juntos. Empezamos a foguearnos y a tocar a fines de los ’90, pero no fue hasta principios de 2000 que obtuvimos reconocimiento por nuestra música, y luego de un tiempo de no trabajar juntos, estamos transcurriendo esta nueva etapa en la que sentimos que empezamos una nueva vida, con nueva actitud, nuevo equipo de trabajo, nuevo manager, nueva compañía y un disco nuevo del que estamos muy orgullosos.
A pesar de que hace 15 años que están juntos, lo que los colocaría en el lugar de "banda legendaria", el público que los sigue es muy joven…
P.M.: (Risas) Es cierto, eso habla de nuestras inquietudes musicales… Hace un tiempo fuimos a dar unos shows en Europa y una de las fechas era en Birmingham, la ciudad natal de Robert Plant (cantante de Led Zeppelin) y como los tres amamos Zeppelin (incluso Patrick fue el cantante de una banda tributo) decidimos tocar allí uno de sus clásicos. Para nuestra sorpresa la respuesta de la gente -aunque respetuosa- fue muy fría, lo que nos dejó realmente asombrados: no tenían idea de nada… pero el lado bueno es que todos se sabían perfectamente la letra de "Hey, Soul Sister" (risas).
Tuvieron una etapa de mucho vértigo en la que no paraban de generar un hit tras otro, colaboraron en bandas de sonido de películas, ganaron premios, ¿cómo fue llegar a tomar la decisión de "bajarse" del proyecto?
S.U.: Fue un momento de mucho miedo y confusión, no nos estábamos llevando bien entre nosotros y no estábamos conformes con nuestro trabajo… Fue un momento de mucha incertidumbre. Por suerte, el tiempo pasó, curó las heridas y nos juntamos un día y de los tres surgió la idea de volver al ruedo, de rearmar nuestra banda.
Hubo vida después de Train…
J. S.: Desde luego… Durante mucho tiempo tuvimos la sensación de que trabajamos tanto durante tantos años, que no pudimos desarrollar nuestros propios intereses. Por eso sentimos que era prioritario hacer foco en nuestras vidas y tomarnos un respiro… Por ejemplo en ese tiempo la familia de Scott creció, yo también tuve un hijo y escribí un libro (la novela The guitar on the wall) y Patt grabó su propio disco Last of seven (2007). Pero un buen día nos dimos cuenta de que queríamos volver a las raíces.
Y eso de "volver a las raíces" se lo tomaron al pie de la letra…
J. S.: Sí, es que armamos Train, para pasarlo bien, porque nos gustaba y disfrutábamos de la música que hacíamos. Y nuestra manera de evolucionar tuvo que ver -al contrario de lo que se podría pensar- con recuperar esa alegría del principio. Y es por eso que estamos tan entusiasmados.
PM: Cuando llegó el momento de sentarnos a escuchar las 80 maquetas que teníamos preparadas, nos dimos cuenta de que teníamos un disco en el que las canciones que iban quedando en la selección final estaban conectadas entre ellas… y lo que las unía era algo directamente vinculado con nuestras raíces: nuestra ciudad natal (San Francisco)… Por eso el nombre y supongo que también mucho del espíritu, de la atmósfera de este álbum.
Por Stella Córdoba
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