
Un trío con cuerda para rato
Antes de llegar al país, los guitarristas Al Di Meola, Paco de Lucía y John Mc Laughlin le explican a La Nación las claves de su sociedad, que vendió más de dos millones de discos en todo el mundo.
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Aldi Meola, Paco de Lucía y John McLaughlin llegan a Buenos Aires para impresionar a la numerosa cantidad de discípulos. El trió sagrado de las seis cuerdas se presentará el 7 en el Luna Park. Mas allá del negocio, la reunión de estos virtuosos músicos siempre es una fiesta para los oídos exigentes. En esta nota, explican las razones del encuentro y dan su visión de la música que ejecutan.
-¿Cómo se conocieron hace 15 años?
Di Meola: - Hace 15 años, en Londres, se nos acercó un promotor, Barry Marshall - a mí personalmente - para tocar con Paco y John. Y me interesó mucho la propuesta. Pensé que sería un buen negocio.
- Al ¿Conocía la música de Paco?
Di Meola: - Con Paco ya habíamos tocado juntos. En realidad, yo lo había invitado a tocar en mi segundo álbum solo, "Elegant Gypsy" (Gitano elegante); eso fue en 1977. Y, en esa oportunidad, habíamos hablado del éxito de la grabación, habíamos hablado de volver a tocar en vivo, en un futuro cercano. Entonces, cuando Barry Marshall me propuso participar en un proyecto de este tipo, me entusiasmé mucho.
- Y usted John ¿Qué le aporta Ud. al trío?
Mc Laughlin: -A decir verdad, Paco y yo, los dos, compartimos un par de giras con Larry Coryell, antes de unirnos con Al. Por eso, con Paco nunca habíamos grabado juntos, pero habíamos dado muchos recitales juntos, y realmente disfrutábamos del sonido de las guitarras en dúo. Recuerdo oírlo a Paco en la radio y decirme a mí mismo: "yo tengo que tocar con este tipo."
Eso debe haber sido algo así como en 1978. Fui yo el que lo llamé y tuvimos nuestro primer encuentro. Después hicimos un par de giras cortas por Europa, con Larry, y, después de eso, nos lanzamos con nuestros estilos diferentes hasta que apareció Barry con la idea de reunir al tercero de nosotros; y así se dio. ¡Y el resto es historia!
- ¿Alguna respuesta típica a álbums pasados?
Mc Laughlin: - Por supuesto, es una gran sorpresa, no se la imaginan, especialmente con tres guitarras acústicas. Recuerdo una charla con CBS, yo me estaba por retirar y dije: "Saben, creo que este recital tiene que ser un éxito"; y ellos me respondieron: "¿Qué cosa? ¿Guitarras acústicas?" Y entonces agregué: "Sí, son tres guitarras acústicas"; luego, aseveraron que no se daría tal éxito, a menos que se trate de guitarras eléctricas.
Finalmente pudieron hacerlo, gracias a que Al estaba en CBS e hicieron la grabación sólo para Estados Unidos y Canadá, porque no creían en el éxito de la grabación. Y ninguno de nosotros tampoco lo creía, nadie.
Una grabación instrumental no vende un millón, no sé cuántos vendió, pero se vendieron muchas copias.
Di Meola: - El álbum en vivo, nada más, vendió casi dos millones, fue una gran sorpresa para todos nosotros.
- ¿Dónde están y quiénes son sus admiradores ahora?
Di Meola: -No sé dónde están ahora pero cuando se juntan las tres guitarras atraen por su propio idioma. Por eso, fue todo un acontecimiento para nosotros juntarnos para tanta gente, especialmente en Europa, donde creo que fue el mayor éxito.
Y sé que en Sudamérica, que es un continente en el que todavía no tocamos, pasará lo mismo. Nos están esperando.
- ¿Mantienen sus estilos individuales propios?
Mc Laughlin: - Con la guitarra, se da un fenómeno curioso, en el sentido de que una guitarra va muy fácil con otra. Por más que sea otro estilo, otra cultura - como, por ejemplo, Paco, que toca flamenco, y nosotros, que venimos de culturas diferentes: del jazz, del rock, de la fusión, o lo que sea.
Y estamos tocando guitarras acústicas con Paco.
Pero hay algo especial con las guitarras, es que se adoran entre sí, se llevan bien y producen un sonido que es único. Sólo seguimos la tendencia natural.
- ¿Por qué este resurgir del trío en 1996?
Di Meola: - La gente ha estado hablando del trío desde que dejamos de tocar en el ‘83. Han estado hablando de eso, en cada una de las giras, de las que recuerdo, en distintas partes del mundo, la gente habla de lo mismo. Y, cada vez que nos hacen una entrevista, surge la misma pregunta, "¿Se volverá a dar el Trío?" Creo que dimos un fuerte impacto la primer vez y creo que a la gente, a otra generación, le gustaría ver que esto vuelva a suceder.
Y esto lo venimos hablando desde los últimos 15 años, y finalmente, PolyGram puso mucho de sí para que esto se diera.
Esto es grandioso, me pone muy contento que lo estemos haciendo, creo que la música ha pasado a otro nivel porque todos nosotros maduramos durante ese tiempo.
Así es que todos luchamos por lo mismo, por la excelencia, y, a veces, hay que pelear en la vida para conseguirla. Creo que para todo gran arte hay que pelear para lograr el resultado final. Hay mucho de dolor en y todo esto.
De Lucía: - Para mí, el estar juntos nuevamente, más que para la gente, lo hice por mí. Porque necesito un cambio, aún necesito sentirme vivo, con dos grandes músicos, dos grandes guitarristas, pelear con ellos en el escenario, es grandioso.
Además, me aburrí un poco este último tiempo, haciendo prácticamente lo mismo, por eso necesité despertarme.
Estoy muy contento ahora, muy feliz por esta grabación. Compongo en mi habitación, es bárbaro. Duermo cuatro horas, cinco horas por día, cuando duermo. Estoy realmente muy contento de sentirme vivo nuevamente con motivaciones que aprendo de ellos. Y, ¿la gente?, está bien, pero básicamente estoy aquí porque lo disfruto mucho.
- ¿Presiones de puristas flamencos?
De Lucía: - Por supuesto, toda mi vida he estado, no luchando, pero sufriendo a causa de estos puristas. Porque, como Ud. sabe, vengo de una tradición muy antigua.
Comencé desde muy joven a cambiar las cosas, poco a poco, no un gran cambio, tampoco una revolución, sino más bien una evolución, a mi modo de verlo.
Es por eso que desde el comienzo estoy peleando con esta gente. Quiero decir que, hace años, sufría mucho, pero un día tuve bien en claro que no podía ser otra cosa que un guitarrista flamenco por más que quisiera tocar jazz, no puedo. Soy lo que soy, lo que vi desde que era niño. Así es como dejé de sufrir, para terminar sufriendo con esta gente. Porque, por último, toda esta gente, ahora está de acuerdo. Después de muchos años, han logrado ponerse de acuerdo. Por eso no me siento seguro aún, porque nunca llegás a estarlo, aunque quizá sí, menos inseguro.
- ¿Qué aporta el flamenco al trío?
De Lucía: - Comencé a tocar acompañando a bailarines, cantantes y así fui adquiriendo experiencia en un tipo de ritmo muy importante. Por eso, creo que el ritmo flamenco para este trío es agradable, y el sabor, el gusto del flamenco le da al trío un toque especial.
- ¿Este estilo flamenco es diferente del clásico?
De Lucía: - Sí, tenemos un instrumento diferente, una madera diferente, y diferentes tensiones en las cuerdas, y una técnica diferente, un modo de tocar diferente.
Los clásicos se pasan todo el tiempo buscando el modo de producir un sonido perfecto, estudiando partituras de otros músicos.
En cambio, el guitarrista flamenco toca básicamente en bares, fiestas, y así aprendés a escuchar a uno y a otro, un trago en la noche, con cantantes, esa es la música que tocamos.
Por eso, desde el punto de vista de la técnica, la clásica, por ejemplo, nosotros producimos un sonido espantoso, y, a su vez, nosotros decimos que los clásicos directamente no tienen ritmo, porque jamás prestan atención al ritmo, y creo que el ritmo es fundamental, no sólo para la música, sino también para la vida.
-¿Improvisaciones de jazz y flamenco?
De Lucía: - Sí, pero en el jazz usan la improvisación de un modo organizado. En el jazz, tienen un ciclo de cuerdas donde todo el mundo sabe que cuerdas son y se crea una harmonía.
En el flamenco, no. En el flamenco, tenés que mirar al resto y es un tipo de improvisación de la que no sabés qué va a pasar. En el jazz, hay organización dentro de la improvisación, pero no en el flamenco. En el flamenco, tenés un ritmo y depende de lo que haga el cantante, o el bailarín, o el otro guitarrista.
Tenés que mirar todo el tiempo al otro guitarrista para ver los cambios e intercambios.
-¿Tocan en grupos diferentes?
Di Meola: - Pero, como dijo Paco, hay momentos en los que se da, es como un desafío menor tocar con tus propios músicos después de mucho tiempo, y necesitás energía nueva, sangre nueva.
Necesitás alcanzar y crecer. Porque cuando tocamos juntos, nosotros, por más que el público esté disfrutando de lo que hacemos, creo que estamos más en impresionarnos a nosotros mismos con lo que hacemos. Y así es como el público se engancha.
Pero no hay descanso cuando tocamos, ponemos todo. Y por eso, aprendés, crecés como músico. Por eso, la idea de un supergrupo a veces es buena, tiene su aspecto negativo, pero también positivo.
-¿Siguen la carrera del otro?
Di Meola: - Hasta cierto punto, creo que John y Paco están más del lado europeo, y yo sigo viviendo en Estados Unidos. Por eso, no es que trabaje más en Estados Unidos, en realidad voy a Europa un poco más de lo que viajo en Estados Unidos. Pero no es tan fácil mantenerte en contacto cuando están por acá.
McLaughlin: - ¿Puedo decir algo? Los escuché a Paco y Al. ¿Por qué me junto? No es porque me aburría con mi grupo, "The Free Spirits".
De Lucía: - ¡No estoy aburrido, John! Disculpame, pero yo no dije eso.
McLaughlin: - Pero sabés que esta idea de juntar guitarras acústicas, volver a esto después de tres años de guitarra eléctrica, me encanta. Tengo una larga historia de tocar guitarra acústica.
Y tocar con mi grupo es muy exigente porque son excelentes músicos, y lo pasamos muy bien. Pero volver a la guitarra acústica, especialmente con Paco y Al, esto sí que es exigente y en verdad me encanta hacerlo.
Porque uno tiene que tocar la guitarra acústica, no hay tambores, ni bajos, ni ningún tipo de instrumento de percusión, tampoco hay teclados.
Estás muy expuesto. Las demandas que tenés como músico son muy elevadas. Pero, en realidad, me gusta esto y es lo que realmente necesito. Porque tenés que ser exacto con la música, unirla, sentir las tres guitarras.
El volver a eso después de todo este tiempo es realmente un placer y un gran desafío.
¿Tocan acústicamente?
Di Meola: -Hubo momentos en los que las cosas se mezclan. La primer vez con el Trío, así como era tan positivo en lo musical y el virtuosismo y todo eso, había otro aspecto que me parecía que tenía que surgir, que creo que se dio después de la separación del trío en 1983.
Creo que quería desarrollar gran parte, o una parte muy importante, de mi cualidades como compositor.
Pero hubo momentos después del trío que pensaba: "Eh, no sé si es una buena idea volver a algo que también fue criticado, a veces la tendencia es querer tocar más porque tenés la habilidad de tocar mucho." Creo que hay una nueva maduración, ahora que lo miro, en el presente, y he tomado la decisión de hacerlo.
John me metió en una música muy linda, Paco ha escrito cosas muy buenas y paso mucho tiempo también para escribir mi música y creo que todos hemos crecido y madurado, no sólo como guitarristas sino también como compositores y en muchos otros aspectos más, hay mucha libertad...
McLaughlin: -¡Está diciendo que estamos más viejos!
Di Meola: - ¡Dos de nosotros somos realmente más viejos! Eso se ve. Pero lo que ocurre es que notarán en la música, una vez que se le de la oportunidad a cada uno, que hay un nuevo espacio, un nuevo desarrollo armónico, y otros elementos de los que podrían no enterarse en un álbum como "Friday Night In San Francisco", que fue todo, o casi todo, creo que hubo muchos momentos mágicos, pero muchas cosas técnicas también.
McLaughlin: -No, fue una noche mágica...
Fue una noche mágica y fue una suerte grabarla...
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