Quién es Rahmanullah Lakanwal, el afgano que baleó a soldados de la Guardia Nacional cerca de la Casa Blanca
El sospechoso, de 29 años, había colaborado con las fuerzas norteamericanas en su país y entró a Estados Unidos bajo un programa de Biden tras la caída de Kabul
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WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, denunció el miércoles por la noche un “acto de terror” y prometió reforzar sus políticas antiinmigración después de que dos miembros de la Guardia Nacional resultaran gravemente heridos cerca de la Casa Blanca por disparos imputados a un ciudadano afgano que entró a su país tras la caótica retirada de las fuerzas norteamericanas de Kabul, que dio paso a un nuevo régimen talibán.
El director del FBI, Kash Patel, anunció el jueves que la policía federal estadounidense está investigando el hecho como un acto de terrorismo, aunque no brindó detalles sobre las motivaciones del acusado, uno de los focos de la investigación.
El sospechoso, que residía en el estado de Washington, fue identificado por las autoridades como Rahmanullah Lakanwal, de 29 años. También resultó herido durante el intercambio de disparos contra los agentes de la Guardia Nacional.
Lakanwal, ciudadano afgano, sirvió durante una década en el ejército de su país colaborando con las fuerzas especiales de Estados Unidos. Fue evacuado a territorio estadounidense en septiembre de 2021, en medio del colapso del gobierno de Kabul y de la salida caótica de las tropas estadounidenses, mientras los talibanes avanzaban y tomaban el control del país.
Según fuentes al tanto de la investigación y un funcionario de inteligencia afgano consultados por The New York Times, el refugiado combatió en los últimos días del conflicto como integrante de una “Unidad Cero”, una fuerza paramilitar que operaba en coordinación con la CIA.
Estas unidades, de acuerdo con organismos de derechos humanos, se volvieron tristemente célebres por su extrema violencia y fueron señaladas como “escuadrones de la muerte”.
Uno de sus familiares dijo que Lakanwal es originario de la provincia de Khost, en el sureste de Afganistán, y pasó parte de su servicio militar en una base en la provincia de Kandahar, cuna histórica de los talibanes.
Un amigo de la infancia, que pidió ser identificado solo como Muhammad por temor a represalias de los talibanes, dijo al Times que Lakanwal sufría problemas de salud mental y estaba perturbado por las muertes que había causado su unidad.
“Nos decía a mí y a nuestros amigos que sus operaciones militares eran muy duras, que su trabajo era muy difícil y que estaban sometidos a mucha presión”, relató Muhammad.
La fiscal federal del Distrito de Columbia, Jeanine Pirro, señaló este jueves en una conferencia de prensa que Lakanwal condujo desde el estado de Washington hasta la capital norteamericana para cometer el ataque. Además, señaló que el hombre años fue acusado de posesión de arma de fuego y tres cargos de agresión con intención de matar mientras estaba armado con un revólver Smith & Wesson calibre .357.
Pirro dijo que “es demasiado pronto para determinar” cuáles fueron los motivos del sospechoso.
La fiscal identificó además a los dos soldados que recibieron disparos en el ataque como Sarah Beckstrom, de 20 años, y Andrew Wolfe, de 24. Ambos se encontraban en estado crítico tras ser sometidos a cirugía, indicó. La fiscal dijo que creía que ambos habían prestado juramento “menos de 24 horas antes de que les dispararan en la calle en Washington”.
Lakamal arribó a Estados Unidos el 8 de septiembre de 2021, menos de un mes después de la toma del poder por los talibanes, y se instaló a Bellingham, Washington, a unos 127 kilómetros al norte de Seattle, con su esposa y sus cinco hijos, según informó Kristina Widman, quien solía alquilarles una vivienda.
Antes de su llegada a Estados Unidos, el sospechoso trabajaba con el gobierno estadounidense, incluida la CIA, “como miembro de una fuerza aliada en Kandahar”, declaró John Ratcliffe, director de Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), en un comunicado. No especificó qué labor desempeñaba Lakamal, pero afirmó que la relación “terminó poco después de la caótica evacuación” de militares estadounidenses de Afganistán.
Kandahar, en el sur de Afganistán, se encuentra en el corazón del Talibán. Fue escenario de intensos combates entre los talibanes y las fuerzas de la OTAN tras la invasión liderada por Estados Unidos en 2001, tras los atentados de Al Qaeda del 11 de septiembre. La CIA dependía del personal afgano para la traducción, las tareas administrativas y la lucha en primera línea con sus propios oficiales paramilitares en la guerra.
“A este individuo, y a tantos otros, nunca se les debería haber permitido venir aquí”, dijo Ratcliffe al sitio Fox News. “Nuestros ciudadanos y militares merecen algo mucho mejor que soportar las consecuencias continuas de los catastróficos fracasos de la administración Biden”.
El presunto autor del ataque también solicitó el asilo en 2024 y las autoridades se lo concedieron a principios de año, indicó CNN citando al FBI.
En una entrevista con Fox News, la fiscal general Pam Bondi anunció este jueves que solicitaría la pena de muerte contra el sospechoso y agregó que los oficiales “superaron la cirugía”, pero se negó a revelar su estado de salud específico. Uno de ellos, según Bondi, se había ofrecido a trabajar ayer y el Día de Acción de Gracias para que otras personas pudieran pasar el día con sus familias.
El sospechoso formó parte de la “Operación Bienvenidos Aliados”, el programa del gobierno de Joe Biden que reasentó a decenas de miles de afganos tras la retirada de Estados Unidos del país, según funcionarios norteamericanos. La iniciativa llevó aproximadamente a 76.000 afganos a Estados Unidos, muchos de los cuales habían trabajado junto a tropas y diplomáticos estadounidenses como intérpretes y traductores.
El expresidente Biden se refirió al episodio en redes sociales, donde afirmó que se encontraba rezando por los miembros de la Guardia Civil y sus familias. Además, condenó la violencia en todas sus formas. “La violencia de cualquier tipo es inaceptable y todos debemos unirnos contra ella”, escribió en X.
Desde entonces, el programa ha enfrentado un intenso escrutinio por parte de Trump y sus aliados, republicanos del Congreso y algunos organismos de control gubernamentales debido a las lagunas en el proceso de verificación y la rapidez de las admisiones, incluso cuando los defensores dicen que ofreció un salvavidas a personas en riesgo de represalias talibanes.
BREAKING: The Afghan National Terrorist, Rahmanullah Lakanwal, who shot members of the National Guard near The White House, worked with the CIA as a member of a partner force in Kandahar, Afghanistan. pic.twitter.com/FUMjsfNXPA
— Benny Johnson (@bennyjohnson) November 27, 2025
Críticas de Trump
En un breve video publicado el miércoles a la noche por la Casa Blanca, Trump dijo que el sospechoso llegó a Estados Unidos en 2021 “en esos vuelos infames”, una referencia a las evacuaciones de afganos tras la toma del poder de los talibanes después de la retirada de Washington del país.
Indicó que su controvertida política para expulsar migrantes que están en Estados Unidos de manera irregular, el núcleo de su agenda doméstica, recibirá un nuevo impulso a partir de este episodio.
Trump: I can report tonight that based on the best available information, the DHS is confident that the suspect in custody is a foreigner, who entered our country from Afghanistan, a hellhole on Earth. He was flown in by the Biden administration in September 2021, one of those… pic.twitter.com/YvAfTifEmh
— Acyn (@Acyn) November 27, 2025
Trump afirmó que el “atroz ataque” en Washington demuestra que las políticas de migración laxas son “la mayor amenaza para la seguridad nacional que enfrenta nuestra nación”.
“Ningún país puede tolerar tal riesgo para nuestra propia supervivencia”, expresó.
Trump describió a Afganistán como “un infierno en la tierra” y dijo que su gobierno revisaría todos los que ingresaron desde el país bajo el mandato de Biden, una medida que su gobierno ya había planeado antes del incidente.
Poco después de ese mensaje, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (Uscis), la agencia federal que supervisa la inmigración legal, tomó medidas.

“Con efecto inmediato, se detiene indefinidamente el procesamiento de todas las solicitudes de inmigración relacionadas con ciudadanos afganos, en espera de una revisión adicional de los protocolos de seguridad y verificación”, escribió la dependencia en redes sociales.
Shawn VanDriver, el presidente de AfghanEvac, un grupo que ayudó a reasentar afganos en Estados Unidos tras la retirada de Washington, subrayó que “el acto aislado y violento de este individuo no debe ser usado como excusa para definir o menospreciar a toda una comunidad”.
El ataque
El tiroteo tuvo lugar por la tarde en pleno centro de Washington, a pocas cuadras de la Casa Blanca, donde cientos de agentes de la Guardia Nacional patrullan desde agosto las calles a petición de Trump y en contra de la opinión de las autoridades locales demócratas.
Jeffery Carroll, jefe adjunto de la policía de Washington, dijo que el atacante “tendió una emboscada” a sus víctimas. “Dobló la esquina, levantó un arma de fuego y disparó contra los miembros de la Guardia Nacional”, afirmó.

Se trata del incidente más grave contra la Guardia Nacional desde que Trump comenzó a enviar tropas a las calles de varias ciudades gobernadas por demócratas poco después de comenzar su segundo mandato en enero.
Tras el tiroteo del miércoles, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció el despliegue de 500 soldados adicionales en Washington, lo que elevaría el total a 2500.
El pasado jueves, un juez federal dictaminó que el despliegue de tropas de la Guardia Nacional por parte de Trump en la capital de los Estados Unidos era ilegal.
Un programa controvertido
Bajo la “Operación Bienvenidos Aliados”, decenas de miles de afganos fueron llevados primero a bases militares estadounidenses en todo el país, donde completaron el procesamiento de inmigración y evaluaciones médicas antes de establecerse en el país. Cuatro años después, todavía hay numerosos afganos que fueron evacuados en puntos de tránsito en el Oriente Medio y Europa como parte del programa.
Aquellos en países como Qatar y Albania, que han pasado por el riguroso proceso, han quedado en el limbo desde que Trump asumió su segundo mandato y pausó el programa como parte de su serie de acciones ejecutivas para frenar la inmigración.
Este programa permitía la entrada a Estados Unidos de ciertos ciudadanos afganos vulnerables con permisos de dos años, que no otorgaban ningún tipo de estatus migratorio permanente. En su lugar, se esperaba que los afganos solicitaran otros medios para permanecer en el país, como el asilo.
El Servicio de Investigación del Congreso estimó que alrededor de 77.000 afganos ingresaron a Estados Unidos bajo este programa, que estuvo vigente durante aproximadamente un año. Desde agosto de 2021 y el regreso de los talibanes al poder, más de 190.000 afganos han sido reasentados en Estados Unidos, según el Departamento de Estado.
El Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional encontró algunas fallas en el programa, incluyendo inexactitudes en los datos de algunos de los individuos que ingresaron a través de la iniciativa.
Agencias AP, AFP y diario The New York Times
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