Un francotirador abrió fuego desde un techo contra un centro de migrantes en Dallas: mató a uno y luego se quitó la vida

DALLAS.- Un hombre armado con un rifle abrió fuego desde la azotea de un edificio cercano contra una instalación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Dallas el miércoles, causando la muerte de un detenido y dejando heridos a otros dos antes de quitarse la vida, informaron las autoridades.

“El tirador disparó indiscriminadamente contra el edificio de ICE, incluso contra una camioneta en la terminal donde las víctimas recibieron disparos”, señaló el Departamento de Seguridad Nacional en un comunicado.

Al igual que con el asesinato de Charlie Kirk, el presidente Donald Trump acusó a los “demócratas de izquierda radical” de incitar a la “violencia” contra la policía migratoria (ICE) después del ataque.

“Esta violencia es el resultado de la constante demonización de las fuerzas del orden por parte de los demócratas de izquierda radical, que llaman a desmantelar ICE y tratan a los agentes de ICE de nazis”, escribió en su red Truth Social.

De acuerdo con NBC News, fuentes policiales identificaron al sospechoso como Joshua Jahn, de 29 años. La policía de Dallas confirmó en una primera conferencia de prensa que tres personas habían sido alcanzadas por las balas: una murió en el lugar y las otras dos fueron trasladadas al Hospital Parkland, según aclararon por la tarde las autoridades, después de afirmar que eran dos los detenidos muertos.

Según NBC News y el New York Post, Jahn contaba con antecedentes penales por distribución de marihuana en Texas y estaba registrado como votante independiente. Había vivido en varias localidades del estado sureño y recientemente residía en Oklahoma. Sus familiares lo describen como una persona sin interés político particular, que trabajó en programación y afirman que tenía cierto conocimiento en el manejo de armas, aunque no lo consideran un tirador experimentado.

Aunque por el momento no se divulgaron las identidades de las víctimas ni los motivos del ataque, medios locales adelantaron que uno de los detenidos fallecidos era un inmigrante mexicano. A raíz de esa información, la presidenta Claudia Sheinbaum envió una nota diplomática a Estados Unidos para solicitar detalles sobre su deceso.

La cadena local Fox4 informó que el atacante, un hombre blanco, abrió fuego desde una azotea adyacente y se suicidó cuando arribaron los agentes del orden. El vocero de ICE aclaró que el tirador efectuó varias rondas de disparos, pero ningún funcionario de inmigración resultó herido.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, fue la primera en confirmar el episodio. “Los detalles aún se están conociendo pero podemos confirmar que hubo varios heridos y fallecidos”, indicó. También confirmó que “el tirador falleció por una herida de bala autoinfligida” y advirtió sobre un aumento de las agresiones dirigidas contra agentes de ICE.

Joe Rothrock, agente especial a cargo del FBI en Dallas, informó en conferencia de prensa que las balas encontradas junto al presunto tirador —que ya estaba muerto cuando la policía llegó a la escena— contenían mensajes “de naturaleza anti-ICE”. También señaló que por el momento no se revelarán las identidades de las víctimas.

Según Rothrock, aunque la investigación continúa, una revisión preliminar de las pruebas apunta a un motivo ideológico detrás del ataque. En la misma línea, el director del FBI, Kash Patel, confirmó que se hallaron cinco casquillos, uno de los cuales tenía escrito “anti-ICE” con tinta azul. “Estos despreciables ataques, motivados políticamente contra las fuerzas de seguridad, no son un hecho aislado. Estamos a solo unas millas de Prarieland, Texas, donde hace apenas dos meses un individuo emboscó otra instalación de ICE para atacar a sus agentes. Esto tiene que terminar”, advirtió.

La reacción política fue inmediata. El gobernador Greg Abbott expresó en la red X que Texas “apoya plenamente a ICE” y subrayó que “el Departamento de Seguridad Pública de Texas y la Guardia Nacional de Texas trabajan en estrecha colaboración con ICE”. Más tarde agregó: “Este asesinato NO frenará nuestro arresto, detención y deportación de inmigrantes indocumentados. Trabajaremos con ICE y el Departamento de Policía de Dallas para esclarecer el motivo del asesino”.

El FBI confirmó que colabora estrechamente con las autoridades locales. “El FBI está totalmente involucrado, en conjunto con nuestros socios policiales estatales y federales, en la escena del crimen en Dallas”, señaló en X el subdirector de la agencia, Dan Bongino.

Por su parte, el vicepresidente estadounidense J.D. Vance condenó el ataque y lo vinculó con la serie de agresiones recientes contra agentes de inmigración. “El ataque obsesivo contra las fuerzas del orden, en particular contra ICE, debe terminar. Rezo por todos los heridos en este atentado y por sus familias”, escribió en X.

El Departamento de Bomberos y Rescate de Dallas fue enviado a las 6.41 (hora local) después de una llamada reportando un tiroteo en o cerca de la oficina de inmigración, indicó el vocero del departamento, Jason L. Evans, en un correo electrónico. Manifestó que no tenía detalles confirmados que pudiera compartir, calificándolo como un incidente activo y en curso.

Decenas de vehículos de emergencia fueron desplegados en el área, mientras las autoridades evitaban brindar más información en el corto plazo. El ataque ocurre en un contexto de creciente violencia contra instalaciones migratorias: el pasado 4 de julio, un grupo de hombres vestidos de negro y con ropa de estilo militar abrió fuego contra el Centro de Detención Prairieland, en Alvarado —al suroeste de Dallas—, hiriendo de gravedad a un policía en el cuello. Al menos once personas fueron acusadas en relación con aquel atentado, según los fiscales federales.

Agencias AP y AFP

LA NACION

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