Adiós a las aburridas charlas de ascensor
NUEVA YORK (The New York Times).– Despídete de la "charla de ascensor", al menos si tiene lugar en un ascensor.
El cambio está llegando a los desplazamientos que hacemos a diario en dirección vertical, ahora que los trabajadores comienzan a regresar a los altos edificios de oficinas en Nueva York y otras ciudades. El viaje en ascensor, unos 90 segundos de aburrimiento, se ha convertido en un enigma del cálculo de cómo hacer que la gente vuelva a trabajar de forma segura después de que la pandemia de coronavirus mantuvo a todos en casa durante meses.
Los empleadores y los gerentes de edificios están redactando reglas estrictas para el uso de ascensores: límites rigurosos en el número de pasajeros (cuatro parece ser el nuevo número mágico), lugares designados para maximizar la distancia social, cubrebocas obligatorios, vista hacia adelante y nada de hablar.
Algunas compañías están contratando "consultores de ascensores" para determinar la mejor manera de llevar a miles de personas a sus escritorios, equilibrando el riesgo de la densidad en los ascensores contra un posible atolladero mientras los pasajeros esperan su turno, con al menos 2 metros de separación entre sí.
Como reflejo del interés y la preocupación generalizados, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) planean presentar esta semana una guía para ascensores y escaleras eléctricas. En el caso de estas últimas, se aconsejará que haya un pasajero cada dos escalones y un desinfectante de manos en la parte superior. En el caso de los ascensores, se recomendará limitar el número de pasajeros, pero no especificará un número; habrá flechas que muestren diferentes caminos para subir y bajar; cubrebocas y letreros que insten a la gente a "no hablar a menos que sea necesario", dijo Nancy Clark Burton, higienista industrial de los CDC que forma parte del grupo que está desarrollando la nueva guía.
Estos cambios son el resultado de evidencia científica clara. La COVID-19 es más transmisible cuando las personas están en lugares estrechos, especialmente en interiores, donde las gotículas invisibles pueden viajar de una persona a otra, daño colateral de una conversación aparentemente inocua.
"La buena noticia es que, si no te gusta la charla en el ascensor, esos días se han acabado", dijo Jonathan Woloshin, jefe de bienes raíces de Estados Unidos en la oficina de inversiones de UBS Global Wealth Management, quien ha hablado con ejecutivos de grandes empresas que están reconsiderando la tecnología de los ascensores, incluyendo el posterior uso de ascensores solicitados por comando de voz o una aplicación.
Richard Corsi, decano de ingeniería e informática de la Universidad Estatal de Portland, ha calculado la cantidad de virus que quedaría en un ascensor si una persona infectada subiera 10 pisos, tosiera una vez y hablara por teléfono. Según sus estimaciones, después de salir del ascensor, cuando también saldrían algunas de las emisiones del virus, aproximadamente el 25% de la descarga permanecería ahí para cuando el ascensor vacío regrese al primer piso.
Dadas todas las incógnitas sobre el coronavirus, como cuánto se necesita para causar la enfermedad y cuánto del aerosol llegaría a los pulmones de otro pasajero, Corsi no pudo determinar la probabilidad de transmisión. Pero dijo que la excreción de una persona infectada que no llevara protección facial haría que un ascensor fuera mucho más arriesgado que, por ejemplo, estar de pie en un espacio mucho menos confinado, durante la misma cantidad de tiempo, incluso en interiores, habría "de 100 a 1000 veces más partículas por litro de aire", estimó.
¿Su consejo? "Estar lo más lejos que puedas diagonalmente en el elevador sería bueno, y no hables. Esto debe ser parte de la nueva etiqueta –agregó–. Deberían poner grandes letreros en el elevador: No hablar".
Parte del desafío es que las dimensiones de los ascensores comerciales, aunque varían, no están diseñadas para el distanciamiento social; para cumplir con la mayoría de los estándares estatales, un ascensor debe tener 130 centímetros de profundidad y 172 centímetros de ancho, de acuerdo con Stanley Elevator Co. Incluso en muchos ascensores grandes, los pasajeros no pueden estar a 2 metros de distancia.
"Más bien de 90 a 120 centímetros", dijo Douglas Linde, presidente de Boston Properties, que posee edificios tan emblemáticos como la Torre Prudential en Boston, el edificio de General Motors en Nueva York y la Salesforce Tower en San Francisco. "Pero, reitero, usas cubrebocas y no hablas con otros".
Boston Properties contrató los servicios de consultoría de expertos en calidad ambiental en interiores y en el manejo del tráfico en ascensores para resolver un problema matemático: ¿cuál debería ser el límite de capacidad de los ascensores para que la gente que espera en el vestíbulo para subir no provoque una congestión?
Los consultores calcularon que cuatro podría ser un límite fiable incluso en los edificios más altos, siempre que la ocupación total del edificio se mantuviera por debajo del 60%. De lo contrario, la gente tendrá que esperar demasiado tiempo.