Alerta en la moto. Trucos básicos para no perder el control
El motociclista suele ser el actor más vulnerable entre los protagonistas del tránsito vehicular alrededor del mundo. En nuestro país, son cada vez más, según un estudio publicado hace pocos días.
Los datos son crudos: la Agencia Nacional de Seguridad Vial detectó que 4 de cada 10 fallecidos en accidentes de tránsito circulaban en moto.
Según la OMS , el piloto de motos tiene una probabilidad 26 veces mayor de morir en un siniestro vial que el conductor de autos. Entre las razones se cuentan el no uso del casco, la poca experiencia de manejo y la baja percepción del riesgo.
Con todas estas cifras sobre la mesa, la división motos de BMW diseñó un sistema de entrenamiento dirigido a motociclistas que necesiten consolidar técnicas de conducción avanzada y manejo defensivo. El Rider Training del que participó LA NACIÓN tiene tres niveles, se desarrolla en una pista en Pilar y lo dictan dos pilotos profesionales: Diego Graziosi, campeón argentino de motocross en 1978, y Gabriel Harsch, Instructor Internacional de BMW Motorrad. Lo que sigue es un resumen de algunos trucos para enfrentar el tránsito y reducir al mínimo la posibilidad de un accidente.
Dónde va la mirada
"A donde pongo la mirada pongo la moto, no al revés. En función de lo que vemos es lo que decidimos. Si vemos mal, decidimos mal", dice Graziosi.
"Los accidentes no ocurren porque sí, son una cadena de errores. En todo accidente hay culpas; pero más allá de eso, siempre hay una manera de preverlos extremando las medidas de seguridad para que no ocurran. Y para eso es necesario entrenar la vista periférica y anticipar obstáculos. Hay que mirar más allá, previendo que quien va adelante nuestro, o a los costados, podría hacer una maniobra que está fuera de lo normal".
Una sola pieza
"Mirar y acomodar el cuerpo es casi todo", sostiene Graziosi. "El piloto y la moto son una sola pieza, no pueden ser dos. El piloto está en el centro del equilibrio, cuando no estás en el centro del equilibrio, terminás agarrándote del manubrio, y perdés el control de la moto. Es muy importante anclarse en la moto de la cintura para abajo. Si estás mal posicionado, en una situación de emergencia, te agarrás del manubrio para no caerte, y es un gran error. Con la moto hay que mover la cintura y todo el cuerpo, nunca estar rígido. Hay que encontrar ese balance. La moto dobla con la inclinación, no dobla haciendo fuerza, ni doblando el volante. Y la inclinación de la moto tiene que ver con la velocidad. Si vas a baja velocidad y la inclinás demasiado, es igual que el avión, te caés. En la moto es el mismo principio. Por eso en los curvones la velocidad debe ser constante. Si desacelerás te vas para abajo. Cuando acelerás, la moto se levanta; cuando se levanta, cambia la trayectoria, y deja de doblar".
Dos funciones para el freno
"El freno delantero es el que detiene la moto en el asfalto, pero tenés que estar derecho, la moto equilibrada, porque si estás en tierra, te vas de panza. El freno trasero es de gran ayuda para acomodar ciertas maniobras: a veces no hace falta desacelerar para equilibrar la trayectoria en una curva; solo tocando el freno trasero, sin desacelerar, la moto se acomoda", describe Graziosi.
Frenada de emergencia
"El frenado de emergencia es para cuando solo tenés dos opciones: pegarle a lo que se te cruza, o frenar y detener la moto", cuenta Graziosi.
"Para realizar una frenada de emergencia y no perder el control, es necesario que las manos estén bien agarradas", explica Gabriel Harsch. "La izquierda con uno o dos dedos en el embrague; la derecha, con dos dedos sobre el freno delantero, y el pie derecho, casi sobre el freno de atrás. Con esto, nuestras reacciones van a ser más rápidas: a 100 kilómetros por hora, si uno viene con las manos bien puestas, tarda 1 segundo en frenar; a esa velocidad, en 1 segundo, se recorren 27 metros".
"Para una frenada de emergencia siempre apretamos juntos el freno delantero y el trasero, y al mismo tiempo, el embrague. Esto se hace porque en la transición de venir muy rápido, en el imprevisto de tener que apretar el freno de adelante, uno manotea la manija y sin querer está acelerando; frenás con el de adelante, pero al mismo tiempo estás acelerando, eso te desestabiliza y te vas al piso. Al apretar también el embrague, vos desconectás la tracción del motor. Esto es para una frenada de emergencia, y no cuando frenamos con un uso deportivo usando la tracción del motor. Porque, si apretás el embrague en una curva, la moto pierde tracción y podés caer. El freno delantero y el embrague juntos se accionan solamente en un frenado de emergencia, y con la moto lo más derecha posible.
"Cuando frenamos de emergencia, siempre lo vamos a hacer bajando la pierna izquierda. La pierna derecha queda arriba porque está frenando la rueda trasera, si bajás la pierna derecha, perdés el freno trasero. Y cuidado con esto: cuando frenamos casi a cero, la horquilla se comprime y, si no se suelta el freno delantero cuando se comprimió del todo, la horquilla vuelve hacia atrás como un resorte y podés caer".
Epílogo para no encandilarse
"Primero la técnica, después la velocidad", repite Graziosi como un mantra. "Todo lo que necesitamos es pulir las maniobras, lograr un manejo suave sin golpes de acelerador ni frenadas bruscas, que el manejo no sea tosco y que el piloto pueda sentir la moto como si fuera una parte de su cuerpo", señala, y aporta un último truco, en este caso, para evitar el reflejo enceguecedor durante la conducción nocturna, en una ruta o autopista.
"Si un auto o un camión que viene de frente nos encandila con las luces altas, no miremos en la dirección de donde vienen las luces, sino la línea dibujada en el pavimento. Donde va la mirada, va la moto".