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Las horas de sueño se potencian si, además de un buen colchón, se encuentra una apoyatura correcta en la que se dispongan el cuello y la cabeza. Las dos clases de almohadas más conocidas son las sintéticas y las de pluma.
Dentro del primer grupo se destacan materiales como el poliéster, con modelos más armados y menos mullidos; la fibra, de textura muy consistente, y el látex, el más nuevo y duradero de todos. En el segundo, están las tradicionales rellenas con plumas enteras de ganso, con duvet o una mezcla de ambas.
Densidad, durabilidad, composición y precio son factores decisivos para una acertada elección.




