Chandon Artground: todo lo que dejó el festival inmersivo que sacudió Buenos Aires
Chandon lo hizo de nuevo: la tercera edición del festival más “distinto” del país fue una catarata de experiencias, vanguardia, arte, performance, teatro, música, gastronomía y coctelería que el último fin de semana atravesaron miles de personas.
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Un pelotero de burbujas rosas que dentro de una caja transparente invita a fotografiarse junto a un cisne. Un camino de infinitos globos rojos para transitar a pura tensión. Cinco cascos floreados donde insertar la cabeza y conectar con lo natural. Una serie de esculturas lumínicas que mediante sensores captan los movimientos del público, transformándolos en un estampido de color. Dos colosales esculturas creadas a partir de madera rústica cosida con alambre de fardo en donde hasta es posible recostarse.

Eso es solo un atisbo de todo lo que el último fin de semana sucedió en la tercera edición del Festival Chandon Artground, del que también formaron parte obras de teatro, música, gastronomía y coctelería, así como otras piezas de arte site-specific y photo opportunities que fascinaron a las más de 4.500 personas que durante tres días pasaron por el edificio del ex Tiro Federal. Ya desde su fachada racionalista un gigantesco cartel proponía “cambiar la mirada” a partir de un conjunto de muy originales –y a veces provocadoras- experiencias inmersivas.
“Estamos hablando de una percepción ‘distinta’ del arte y el diseño a través del uso de la mayor cantidad posible de sentidos”, reflexionó el curador de la exhibición, Julio Oropel. “Lo novedoso –agregó- fue que buscamos que el público tuviera una participación intensa. La idea fue que la gente completara el sentido de cada obra. Y para eso convocamos a un espectro de artistas que incluyó también ámbitos como el paisajismo y el diseño interior”.
En esa línea fue posible interactuar con “Ansia” (el inquietante túnel rojo de la diseñadora de interiores y artista visual Solange Agterberg), con “Pulsar” (la experiencia interactiva digital del grupo Estudio Plan), con las “Versiones habitables I y II” (las imponentes estructuras de madera de Luis Terán) y con “Flora galáctica” (idea de la paisajista y florista profesional Úrsula Moreyra, conocida como Efímera floral).
Pero hubo más: por caso el mapping de variaciones lumínicas de Nicolás Bernaudo, sobre un Quinquela Martín original, y la instalación de 36 perfiles LED con los que Paul Sende buscó replicar un fogón digital y futurista, además de tres breves obras de teatro creadas y dirigidas por Jimena del Pozo Peñalva. Tras completar el recorrido de arte el patio gastronómico intervenido por la artista Marti Fiorentino invitaba a disfrutar de los cocktails con Chandon Rosé, Extra Brut y Délice de la mano de The Hole y una serie de platos en los que -bajo la línea Panchan- Niño Gordo propuso un mix de cocina coreana, china, vietnamita y thai con un toque porteño.
Ver, experimentar, compartir
“Casa Chandon” se llamó otro de los espacios inmersivos de Artground, donde fue posible experimentar –ver, tocar, oler, escuchar y degustar- el proceso de elaboración artesanal de Chandon Apéritif a través de la guía experta del chef de Cave de la marca Diego Ribbert y la enóloga de su equipo Ana Paula Bartolucci. Apéritif es el último lanzamiento de la bodega, una versión bitter del clásico espumante con un toque de naranjas y especias de distintas partes del mundo: la mejor expresión del estilo innovador de Chandon.
Benjamín Vicuña, Mike Amigorena, Julieta Cardinali, Mica Riera, Lizardo Ponce, Agustina Casanova y Clara Alonso fueron algunas de las figuras que se atrevieron a recorrer la exhibición que incluyó también la presentación de DJs (como Delfi Ruiz Panelo, Otto Bunge) y las bandas emergentes Miscellaneous, Rayos Laser, 1915, Silvestre y la Naranja y El Zar con un show acústico. Durante los tres días la impronta del lugar se caracterizó por lo descontracturado a la vez que democrático: una propuesta abierta a todas las edades y diferentes estilos en la que solo hizo falta atreverse a experimentar y compartir el trabajo de la troupe de jóvenes talentos convocados por Chandon.
“Cuantos más sentidos pongamos en juego, mayor va a ser la conexión. Y eso es, en definitiva, lo que todo artista busca: sorprender y provocar una reacción”, apuntó Oropel. “Lo que tuvo de particular Artground es que todo esto fue generado también por el propio público, que consiguió transformar las obras. Pretendimos ir más allá del ‘ver’ para sentir, transitar, interactuar y generar una reacción entre todos”.
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