Desde ganar peso hasta sentir cansancio: estas son las señales de deshidratación que no hay que ignorar
Mantenerse hidratado es clave para el bienestar físico y mental y el cuerpo nos muestra determinados signos que dan cuenta de la falta de agua, como dolores de cabeza, fatiga y ansiedad
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Mantenerse hidratado es una de las maneras más simples de cuidar del cuerpo y garantizar que todos los sistemas funcionen correctamente. El agua es esencial para el buen funcionamiento del organismo, por lo que es crucial asegurarse de tomar suficiente cantidad a diario, especialmente en los días calurosos de verano. El cuerpo nos envía señales cuando está a punto de deshidratarse, y es importante saber escucharlas.
¿Alguna vez experimentaste un dolor de cabeza sin razón aparente? Esto podría ser una señal de que tu cuerpo no está recibiendo suficiente agua. Cuando el cerebro pierde líquidos se contrae, lo que genera presión y dolor. Como suelen decir nuestras abuelas: “Con un vaso de agua se te pasa”. La deshidratación puede afectar las funciones cognitivas, haciéndote sentir menos alerta y concentrado, lo que empeora el malestar.
La irritabilidad puede ser un signo de deshidratación leve. Si te sentís de mal humor preguntate: “¿Tomé suficiente agua hoy?”. Te sorprenderá cómo la falta de agua puede afectar tu bienestar emocional y mental. La hidratación es fundamental no solo para el cuerpo, sino también para el equilibrio de neurotransmisores en el cerebro, que influyen directamente en tus emociones.

El aumento de peso también puede estar relacionado con la deshidratación. Cuando al cuerpo le falta agua, entra en “modo supervivencia” y retiene el líquido que ya tiene, lo que ralentiza procesos como la digestión para conservar energía. Esto puede afectar el metabolismo y, a largo plazo, contribuir al aumento de peso.
Un tip que nunca falla: hay que beber un vaso de agua antes de cada comida y esperar al menos 30 minutos antes de tomar otro. Además, mantenerse hidratado favorece la eliminación de toxinas, ayudando a prevenir la retención de líquidos y la sensación de hinchazón.
Sentir fatiga o lentitud puede ser un signo claro de deshidratación. La falta de agua provoca una disminución en la presión arterial, lo que reduce el flujo sanguíneo al cerebro y genera cansancio. Esto también puede dificultar la función de tus músculos y articulaciones, aumentando la sensación de agotamiento. ¡Hidratate y recargá energías! La hidratación adecuada mejora la oxigenación celular y mantiene tus niveles de energía elevados.

Cuando tu piel está más seca de lo habitual, con arrugas o descamación, podría ser otra señal de deshidratación. La piel, siendo el órgano más grande del cuerpo, necesita agua para mantener su salud. Una hidratación adecuada mantiene tu piel más luminosa y reduce los parches secos y escamosos. Además, el líquido incoloro ayuda a la renovación celular y al mantenimiento de la elasticidad de la piel, lo que combate los signos del envejecimiento prematuro.
Consejos
- Beber agua a lo largo del día, incluso si no sentís sed (si la sentís es un síntoma de deshidratación avanzada).
- Consumir alimentos que tengan alto contenido de agua, como frutas y verduras, que además de refrescarte te proporcionarán nutrientes esenciales.
- Evitar las bebidas azucaradas y el exceso de cafeína, ya que pueden deshidratarte aún más.
- La clave está en hidratarte todos los días.
Por Stephie Bacque, Health Coach
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