Este es el desayuno ideal, según Harvard
Expertos en nutrición coincidieron en ciertos lineamientos para armar un menú sano y con muchas proteínas
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El desayuno, como primera comida del día, es fundamental para una nutrición saludable. Un estudio respaldado por la Universidad de Harvard, a través de Monique Tello, médica del Hospital General Massachusetts e instructora clínica en su Facultad de Medicina, delineó cómo debería ser esta ingesta matutina ideal, y contrastó con otras opciones reconocidas popularmente y, a su vez, perjudiciales.
Las sustancias a evitar, prioritariamente, son los azúcares y grasas saturadas. Estas causan afecciones sanguíneas, elevan la glucosa y el colesterol, lo que a largo plazo puede derivar en diabetes o enfermedades cardiovasculares.

Tello advierte que muchas ofertas de desayuno en restaurantes –pan, donas, panqueques, cereales o compota de frutas– no son nutricionalmente beneficiosas. La experta sostiene que estos productos “no son diferentes a un postre”, ya que distribuyen la sacarosa en la sangre, desaceleran el metabolismo y contribuyen al aumento del tejido adiposo.
En un artículo de Harvard Health Publishing, Tello precisó: “Los carbohidratos y azúcares procesados hacen que aumenten los niveles de azúcar e insulina en sangre. La insulina lleva fácilmente todo ese azúcar a las células grasas, donde se convierte en energía almacenada, también conocida como grasa corporal”.
La especialista de Harvard enfatizó en la importancia de las proteínas, pero alertó sobre el riesgo de alimentos con alta grasa animal como la panceta, salchichas y manteca. “Pueden obstruir las arterias y provocar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares”, aseguró. La sal en embutidos y procesados eleva la presión arterial y causa retención de agua, un escenario propicio para el aumento de peso, obesidad y colesterol alto.

¿Cómo se configura entonces el desayuno ideal? Para Monique Tello, la calidad de los alimentos supera la cantidad. La clave es un menú rico, saludable y nutritivo que combine fibras, proteínas, minerales y vitaminas. Específicamente, debe estar conformado por “frutas, verduras, cereales integrales (sin procesar), proteínas y grasas saludables”.
La experta sugiere opciones prácticas: una taza de frutas variadas, a la que se le pueden añadir vegetales como una zanahoria. Esta base puede complementarse con granos y frutos secos sin sal, semillas, granos tostados, o una granola baja en azúcar, todo acompañado de yogur griego. Esta combinación es valorada por la experta gracias a la amplitud de nutrientes y su aporte al óptimo funcionamiento del metabolismo.

“Hay fibra en la fruta y azúcares vegetales en su forma natural, sin mencionar las grasas saludables en las nueces y las proteínas en el yogur. Un yogur bajo en azúcar nos dejará más satisfechos, durante más tiempo. No tendremos el pico de insulina que provoca la sensación de hambre”, subrayó. Por ende, un desayuno bien estructurado provee energía sostenida y evita los picos de glucosa que desencadenan en el hambre desmesurado.
Es importante recordar que estas recomendaciones generales no sustituyen la consulta personalizada con un especialista en nutrición. Cada organismo es diferente, y la asesoría individualizada es crucial para adaptar la dieta a las necesidades específicas.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA
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