
Echelon, el hermano mayor
El Parlamento Europeo está preocupado: investiga la supuesta acción de una gigantesca y sofisticada red de espionaje electrónico norteamericana que controla las comunicaciones y puede enterarse de los secretos industriales y comerciales de toda la región europea
1 minuto de lectura'
George Orwell, el autor de 1984, tenía razón: el Hermano Mayor vigila y controla. Desde finales de la Segunda Guerra Mundial, en 1948, una de las redes de espionaje más poderosa, misteriosa y extensa de la historia, escruta lo que le da la gana en todas las comunicaciones que la especie humana realiza diariamente por telex, teléfono de hilos y celular (móvil), correo electrónico y transmisión de datos en cualquier parte del mundo. Tan secreta ha sido que sólo en los últimos años han salido a la luz datos que confirman su existencia y ofrecen detalles de su funcionamiento.
La organización se llama Echelon y la maneja el organismo de inteligencia del gobierno de Estados Unidos más misterioso: la NSA o National Security Agency, cuya existencia hasta hace pocos años incluso se negaba oficialmente. Y lo hace en connivencia con la británica Government Communication Headquarters (GCHQ) del gobierno de Londres. Echelon comenzó aprovechando la colaboración en inteligencia entre los dos principales aliados en la lucha contra el nazismo, para establecer la red de espionaje electrónico más grande de la historia como parte de la Guerra Fría contra la Unión Soviética y su esfera de influencias. Entonces, Echelon se llamaba Proyecto P415. Desde la caída de los regímenes comunistas del Este europeo, el principal objetivo de la inmensa red es, aparentemente, otro: la lucha contra el terrorismo internacional.
Pero el mismo gigantesco aparato de espionaje sirve para que el gobierno norteamericano tenga acceso a los secretos comerciales e industriales de Asia y Europa y, en general, pueda controlar los contenidos de la totalidad de los trillones de mensajes que se intercambian cada día a través del teléfono, telex, fax o correo electrónico a través de Internet.
Todo esto se parece tanto a una fantasía paranoica de ciencia ficción que la primera reacción de cualquier hijo de vecino es de sana incredulidad. Pero empezará a tomárselo en serio cuando sepa que el Parlamento Europeo (PE) encargó en octubre último otro informe completo sobre Echelon para ampliar la información contenida en un informe anterior de diciembre de 1999. La tarea encomendada es consecuencia del debate en el Parlamento de Estrasburgo en el que el cuerpo colectivo de la UE exigió a la NSA y al GCHQ que adopten medidas para evitar abusos del poderoso sistema Echelon.
"Curiosamente, las únicas personas que todavía dudan de que Echelon exista están en Estados Unidos", dijo el eurodiputado británico Glyn Ford, que, además, es director de una comisión de asesoramiento tecnológico del PE conocida como Scientific and Technological Options Assesment (STOA).
Los gobiernos de Londres y Washington, por supuesto, jamás admitirán que Echelon existe. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos desplegados por la NSA y sus aliados, se conocen bastantes aspectos de la poderosa red de espionaje.
El primero en revelar el asunto fue el periodista británico Duncan Campbell en la publicación The New Statesman, hace ya diez años. Entonces, Echelon se llamaba Proyecto P415 de la NSA y se definía como un sistema de acceso global a las comunicaciones internacionales utilizando satélites, estaciones de pinchado de teléfonos y de monitorización. Dos de los principales centros fueron establecidos en Menwith Hill, Yorkshire, y Bude en Cornwall, ambos en Inglaterra. Una tercera base funciona en las instalaciones de la GCHQ, en Westminster. Pero fue el informe de la STOA para el Parlamento Europeo el que sacó definitivamente a la luz a la gigantesca organización de espionaje del amigo americano. Parte de la información del Informe STOA se basa en las revelaciones de un agente arrepentido de la organización de espionaje de Nueva Zelanda, país que participa en el sistema Echelon: Nicky Hagger, autor de Secret Power, New Zealand’s Role in the International Spy Network, 1996.
Desde el principio, la organización apuntó a objetivos distintos de los habituales. "El sistema Echelon forma parte del sistema UKUSA (Gran Bretaña-Estados Unidos), pero a diferencia de los sistemas de espionaje electrónicos desarrollados durante la Guerra Fría, Echelon está diseñado primordialmente para objetivos no militares: gobiernos, organizaciones y negocios prácticamente en cualquier país", dice el informe STOA al Parlamento Europeo.
Una red intrincada de antenas, estaciones de escucha y estaciones de radar distribuidas por todo el mundo forman el sistema Echelon. La telaraña dispone de sofisticadas computadoras que utilizan sistemas de traducción de idiomas, reconocimientos de voz (escriben lo que se habla) y búsquedas por distintos métodos, entre ellos el de palabras clave, para cribar lo que pueda interesar de las comunicaciones que intercepta.
Cuando el sistema detecta determinadas palabras clave, toda la conversación o mensaje queda grabado, es posteriormente diseccionado por los analistas y sus contenidos se intercambian con las otras agencias que forman parte de Echelon: el Defense Signals de Australia, el Communications Security Establishment de Canadá y el neozelandés Government Communications Security Bureau. A cada una de las cinco agencias de espionaje de estos países anglófonos les fueron asignados distintos satélites de telecomunicaciones internacionales que sirven como estaciones repetidoras de decenas de miles de llamadas telefónicas simultáneas, fax y e-mails.
Gran parte de este trabajo ha sido automatizado en los últimos años y realizan computadoras conocidas como los Diccionarios, programadas para ello, que reemplazan a los muchos miles de personas que trabajaban en la red. (Un documental de la BBC de 1993 sobre las instalaciones del espionaje británico-norteamericano en Menwith Hill, Inglaterra, denunció que militantes pacifistas habían irrumpido dentro de la base y se habían robado buena parte de la información contenida en uno de los diccionarios).
"El sistema Echelon funciona interceptando indiscriminadamente enormes cantidades de comunicaciones y luego cribando lo que es valioso, para lo cual utiliza ayudas de inteligencia artificial como MEMEX, para encontrar las palabras clave", dice el informe.
Cada hora millones de comunicaciones comerciales, oficiales y personales son interceptadas en todo el mundo. Según revelaciones del periódico británico The Guardian, "un antiguo director de la NSA" aseguró en 1992 que el sistema seleccionaba y procesaba 48 millones de mensajes interceptados cada día. Teniendo en cuenta el crecimiento exponencial de las comunicaciones electrónicas, esta cifra debe de haberse multiplicado.
¿Qué buscan? Ante todo datos que afecten a la seguridad nacional norteamericana y de los países miembros de Echelon, entre ellos, los referidos a las actividades terroristas y la información política.
Pero también secretos industriales que pongan en franca ventaja en la competición a las empresas estadounidenses sobre las europeas. E incluso datos personales de los dirigentes porque la información es poder. A excepción de Gran Bretaña, ningún país europeo forma parte de Echelon, pese a que todas las naciones de la UE son aliadas de Estados Unidos de forma bilateral y dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Ha sido esta exclusión lo que levantó la alarma en el Parlamento Europeo porque el que no espía es espiado.
Salude, lo estamos mirando
Frente a esta locura, el eurodiputado Ford quiere "establecer un código de conducta para los sistemas (de espionaje) con el fin de proteger a los ciudadanos de la Unión Europea y a sus gobiernos". Cree que los informes son los primeros pasos de un largo camino para una mayor apertura y posibilidades de control democrático de los sistemas de espionaje de los países electrónicos, algo que, en la actualidad es inexistente y, por lo tanto, gracias a él pueden cometerse todos los abusos que les dé la gana a quienes controlan directamente tan inmensos aparatos.
John Pike, una analista de seguridad que trabaja para la Federación de Científicos Norteamericanos, cree que Echelon opera en una área oscura e indefinida del Derecho Internacional y se aprovecha de ello. No hay leyes internacionales que prohíban a la National Security Agency interceptar las telecomunicaciones en otros países.
Sea por unos o por otros, todos estamos vigilados. La próxima vez que envíe un e-mail, hable por teléfono, mande un fax o un telex no se olvide de saludar amablemente a la computadora que lo está controlando o al analista que escudriña y disecciona lo que usted dice.
1
2Cómo atraer la buena suerte en Navidad 2025 con la planta de romero: el ritual que hay que realizar
3De 1882. El “castillo” que impulsó la creación de una ciudad y hoy es el corazón de un barrio cerrado
4Tendencias 2026. Desde dormir mejor hasta hacer foco: mirá todo lo que podés lograr con estos seis colores creados para mejorar tu bienestar



