Es argentina, emigró a Dinamarca y advierte sobre lo que hay que tener en cuenta en ese país: “No vengan si no saben esto”
Cintia Gallo es de Alberti y, tras trabajar 10 años como profesora de matemáticas, decidió irse a recorrer Europa; en diálogo con LA NACION contó qué hay que tener en cuenta antes de instalarse allá
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Radicarse en el extranjero se convirtió en uno de los planes elegidos por muchos jóvenes argentinos, sobre todo en el último tiempo. La idea de buscar nuevas posibilidades, afrontar desafíos y ahorrar, se volvió tentador para ellos. Este fue el caso de Cintia Gallo, que luego de ejercer durante una década como profesora de matemáticas, decidió comenzar a viajar y terminó en Europa. Sin embargo, emigrar puede resultar una tarea difícil y más aún si se desconocen algunos aspectos del destino elegido. Por esto, decidió usar sus redes sociales para dar consejos a quienes quieran instalarse en Dinamarca y les advirtió: “No vengas sin antes saber esto”. En diálogo con LA NACION no solo relató su experiencia, sino que dio varios tips.
Cintia tiene 34 años, nació en la provincia de Buenos Aires y comenzó a viajar en 2018. Se subió a una combi junto a su pareja de aquel momento y llegaron hasta Colombia, en una travesía que duró un año. A su vuelta, como a muchos, las restricciones por la pandemia del Covid-19 frustraron sus planes de conocer lugares nuevos. Pese a eso, nunca paró de buscar su próximo destino. En ese entonces, su hermano vivía en Dinamarca y la incentivó para que fuera. Fue así como, tras varios cambios de pasajes, en mayo de 2021 partió rumbo a Europa.
Su primer trabajo en el país europeo fue en una van (carrito) de café. Recorría en moto distintas plazas, lo cual le permitía practicar inglés. También hizo de delivery y actualmente limpia casas. Precisamente, el tema laboral es una de las cuestiones más complejas a tener en cuenta si se considera a Dinamarca como destino para emigrar.
“No se consigue trabajo ilegal. Son muy estrictos y si lo hacés, te deportan. Un requisito para cobrar es necesario si o si tener una cuenta en el banco y para eso antes hay que tener la residencia, la CPR (Civil Registration Number) – el número de identificación – y un par de papeles más”, explicó Cintia a LA NACION.
Actualmente, la joven tiene empleo mediante un sistema de contratación a través de una aplicación: “Te creás un perfil y si a la gente que necesita limpieza le gustás, te contrata. Además, te puntúan y cuanto más alto es tu puntaje, más te permite subir los precios”. Lo que más le gusta de su trabajo es que le permite tener horarios flexibles y un clima de tranquilidad: “La gente acá está súperacostumbrada a darte las llaves de la casa y vos entrás, limpiás y te vas”.
La experiencia de emigrar a Dinamarca
Cintia -o “Chini” como le dice su entorno- comenzó a usar las redes sociales para contar su experiencia en Europa. Allí mostró desde reseñas de Polonia y Roma, hasta actividades para hacer en Dinamarca y qué tener en cuenta antes de viajar.
Como aquellos que quieren probar suerte en otro país suelen enfocarse mucho en juntar el dinero suficiente para viajar, la joven reveló cuánto se necesita, aproximadamente, para instalarse en Dinamarca.
Los papeles para tramitar la residencia suelen tardar bastante y esa es la primera dificultad. “Es fácil sacarla si se tiene pasaporte europeo. A mí me tomó dos meses, pero conozco a gente que le llevó tres. Tenerla es necesario para abrir la cuenta en el banco y así poder cobrar. Es importante saber que si uno viaja a Dinamarca, que es supercaro para vivir, tiene que traer dinero para solventarte esos meses hasta que salgan los papeles”, explicó.
En cuanto a esto, uno de los aspectos que remarcó en uno de los videos que subió fue el de los impuestos, algo no menor a tener en cuenta. “Son altos, de entre el 36 y el 44 por ciento del sueldo”, precisó. No obstante, aseguró que “se ven reflejados porque la ciudad está limpia y todo funciona”.
Cuánto se necesita para vivir en Dinamarca
Elegir hospedaje también es uno de los temas más complejos, o mejor dicho, encontrar uno que se adapte a las necesidades y sobre todo al bolsillo. Cintia contó que en el país donde vive la gente suele alquilar una habitación en una casa donde se comparten espacios en común. Para acceder, piden un mes de depósito como mínimo más el mes de alquiler. “Una habitación para dos personas en una casa sale alrededor de 1500 euros mensuales. Para uno, más o menos 1000 euros, aunque también se puede conseguir a 700″, sostuvo.
En su caso particular, la joven vive con su novio (también argentino) y entre alquiler, comida, celular y bicicleta, gastan alrededor de 1500 euros por mes cada uno.
La pregunta que más le hacen en las redes es si con lo que ganan allá pueden cubrir sus gastos. “Nosotros trabajamos ocho horas o más por día y nos permite vivir bien y tener un margen de ahorro. Si bien trabajamos mucho, los resultados se ven a fin de mes. Si tenés un trabajo part-time, con el sueldo mínimo, te alcanza para vivir, pero es más difícil ahorrar. La hora se paga, como mínimo, 20 euros y a eso hay que descontarle los impuestos”, aclaró.
“No hay que idealizar”
No hay dudas de que el país escandinavo ofrece uno de los paisajes más lindos de Europa. Cintia contó que todos se manejan en bicicleta y el lugar está preparado para ser recorrido así: “Todo es muy silencioso. La gente no toca bocina y es muy tranquilo”.
Sin embargo, para ella una de las mayores desventajas es el clima. En invierno hace mucho frío y, con el cambio de horario, amanece a las nueve de la mañana y oscurece a las tres de la tarde. Básicamente, casi todo el día es de noche.
Si bien pudo cumplir sus expectativas en Dinamarca –vivir experiencias nuevas en un lugar que le brinda estabilidad económica- y está feliz con su trabajo, también reconoció que no es un lugar para todos y de hecho muchos extranjeros que conoció se volvieron o se fueron a otro lugar, ya sea porque no se adaptaron al clima, a la cultura o al idioma.
“No hay que idealizar. Está buena la experiencia de emigrar, pero a veces parece que es la felicidad absoluta y la realidad es que no. Te estresas porque no llegan los papeles, por el laburo, por el idioma, porque extrañás. Tenés problemas también, no es la vida perfecta”, sentenció.
Su idea ahora es quedarse allá, no precisamente será en Dinamarca, ya que no le gusta el frío del invierno. Por lo pronto, planean con su novio recorrer Centroamérica y volver a Europa para la temporada de verano. En el camino, abrirán el mapa y decidirán cuál será su próximo destino.
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