
Escuchó aullidos desesperados y encontró a un animal hundido hasta el cuello en una fosa séptica: “Hacía dos días que luchaba por sobrevivir”
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Limpiaba las hojas secas de la entrada de la casa cuando unos aullidos desesperados lo hicieron sobresaltar. Provenían de una fosa séptica abierta cerca de su propiedad en Orangeburg, Carolina del Sur. Sin dudar, el hombre se apresuró a investigar y, lo que encontró, le rompió el corazón.
Allí, en la fosa, luchando por mantener la cabeza fuera del agua sucia, había un perro aterrorizado. El dueño de casa llamó a las autoridades locales de control de animales, quienes acudieron rápidamente al lugar, sacaron al perro del peligroso agujero y lo llevaron al Refugio de animales de Orangeburg.

Más tarde ese mismo día, el personal del refugio publicó información sobre el perro y compartió su desgarradora historia. Nadie supo cómo había terminado en esa situación, pero el perro luchó para sobrevivir durante casi dos días tratando de mantener su cabeza por encima de las aguas residuales.

Había perdido las uñas al arañar las paredes de cemento en pura desesperación. Su cara estaba completamente lastimada de las incontables veces que se había lanzado hacia arriba, tratando de escapar de la oscuridad. Sus oídos y ojos estaban inflamados por el agua contaminada. No solo estaba agotado, estaba al borde de la muerte.

Cuando los miembros del equipo de Labor of Love Transport Rescue vieron la publicación, supieron que tenían que ayudar. Coordinaron el traslado del perro y pronto lo recibieron en un hogar de tránsito cariñoso. "No sabíamos si el cuerpo de ese valiente perro podría recuperarse. Tampoco sabíamos si su espíritu seguiría manteniendo una luz encendida. Pero le prometimos que fuera lo que fuera que llegara después, nunca volvería a enfrentar la dificultad solo", dijeron desde Labor of Love, que se especializa en salvar perros -incluidos los destinados a la eutanasia- mediante rehabilitación y colaboración con refugios asociados.

Los rescatistas llamaron al cachorro Andy Dufresne, en honor al resiliente protagonista de The Shawshank Redemption (Sueños de fuga en su versión en español). Lo bañaron varias veces mientras trabajaban para eliminar el hedor a aguas sépticas de su pelaje.

Pronto, la humana de tránsito de Andy, Andrea Roubal, se dio cuenta de que el agradecido perro necesitaría espacio y tiempo para recuperarse. “Sabía que se sentiría a salvo en cuanto entró en nuestra casa”, declaró Roubal a un medio local. “Se notaba que se le quitaba un peso de encima mientras comía y se quedaba dormido de inmediato, y luego dormía durante días con descansos esporádicos para comer e ir al baño”.

A medida que Andy seguía mejorando, su personalidad empezó a brillar. “Finalmente, el verdadero Andy, el dulce y alegre, rompió la máscara del niño exhausto y triste”, dijo Roubal.
Pronto, Andy estuvo listo para buscar su hogar definitivo. Y sucedió el milagro. Una familia lo vio no como “el perro de la fosa séptica” sino como Andy Dufresne - un sobreviviente, un luchador, un alma arañando su camino hacia la libertad-. Vieron en él el compañero en el que podía convertirse, no lo que la vida le había hecho. Abrieron su casa y sus corazones, y al hacerlo, lo reconstruyeron pieza a pieza.

Unos meses después de adoptar a Andy, la familia sumó a la casa a otro perro, Ellis, quien rápidamente se convirtió en el mejor amigo de Andy. “Con Ellis a su lado y con nuestro entrenamiento continuo, la confianza de Andy ha florecido”, dijo su mamá. “Tanto es así que es un visitante habitual de nuestra residencia de ancianos local. Se sienta pacientemente, acepta las golosinas con cariño y las caricias de todos los residentes. La alegría que les brinda es indescriptible”.

Ahora Andy pasa sus días amado, mimado, seguro y profundamente querido - como todo perro debería vivir-. Y la transformación sigue emocionando a todos los que conocen su historia. Andy pasó del miedo tallado en sus huesos hasta la confianza que florece en sus ojos; desde el dolor y la infección hasta el calor la curación; de la supervivencia de lucha a la alegría pura y sin complicaciones; de luchar por cada respiración a dormir panza arriba sin una sola preocupación.

“Andy no sólo sobrevivió a lo que le pasó, sino que se levantó. Se convirtió en algo más que el trauma que intentó ahogarlo. Se convirtió en un testamento de resistencia, de segundas oportunidades, de lo que el amor puede reconstruir”, escribieron en un posteo desde Labor of Love.
Tres años después del increíble rescate de Andy, Roubal sigue asombrado por su valentía y transformación. “Andy podría haberse rendido a su destino. En cambio, luchó por sobrevivir... Su determinación y persistencia son algo que todos debemos recordar en nuestras vidas”.
Andy, un perro que tenía todas las razones para rendirse finalmente consiguió la única cosa por la que luchó con uñas y dientes para seguir vivo: una oportunidad de vivir con su propia familia.
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