La vuelta a las clases presenciales encendió la grieta en las redes
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En la discusión pública respecto de la educación en la pandemia se dio un hecho curioso. El resto de los países del mundo, con sus más y sus menos, priorizó la presencialidad en las clases. Siempre tomando todas las precauciones del caso y eventualmente cerrando totalmente por períodos cortos. Transcurridos los primeros meses de incertidumbre, cuando se tuvo claro que las aulas no eran un foco alto de contagio, la consigna generalizada que se adoptó fue “la escuela es lo último que se cierra y lo primero que se abre”. Era gracioso ver cómo a partir de cierto momento en el que se abrió la discusión en Argentina, los partidarios de que no se realizaran las clases en el aula siempre encontraban un puñado de países en los cuales las escuelas estaban cerradas. “No, pero en Israel abrieron y tuvieron que cerrar”, “No, pero en Austria no hay clases”. Claro, en Israel, en Austria, en EEUU y Portugal, en cualquier otro país, las clases estuvieron algún tiempo cerradas y la mayor parte del ciclo abiertas, lo cual les permitía a los encerrófilos disponer siempre de algunos ejemplos. La diferencia con Argentina fue que en nuestro país prácticamente a lo largo de todo 2020 la cantidad de encuentros presenciales fue nulo, independientemente de la situación sanitaria de cada distrito.
Hubo un tímido intento desplegado en noviembre, como para darle cierre a un ciclo hasta ese momento puramente virtual, en donde se aprobaron algunos encuentros con cuidados muy grandes. Uno podía ver en las escuelas, grupitos de niños ——que en grandes números ni se contagian ni contagian — que mantenían distancia, se lavaban en alcohol y permanecían al aire libre durante un lapso realmente corto, mientras a esas mismas horas una multitud se hacinaba en la Plaza de Mayo intentando despedir a su ídolo en la misma Casa desde donde se delineaban las limitaciones a la educación presencial.
Lo cierto es que el comienzo del nuevo año la discusión se reabrió ya que los sindicatos docentes dejaron en claro que no estaban dispuestos a ejercer su trabajo en las aulas a menos que se les den algunas seguridades sanitarias que probablemente ningún otro grupo laboral disfrutó anteriormente. El Gobierno de la Ciudad confirmó su intención de comenzar el 17 de febrero y el Gobierno nacional dejó librada la decisión a los distintos distritos pero sugiriendo, con las idas y vueltas a las que nos tiene acostumbrados, la intención de reabrir.
Parece bastante claro que las redes -casi siempre denostadas- fueron en esta oportunidad la punta de lanza para unir voces de padres preocupados por el estado de situación. En septiembre, un grupo de padres que se autodenomino #Padresorganizados creo una cuenta de twitter y difundió una carta abierta para que se reabran las escuelas, utilizando argumentos por afuera de la grieta y priorizando la salud integral de los niños. Rápidamente se juntaron 5000 firmas y el movimiento no hizo mas que crecer y el hashtag #abranlasescuelas se hizo viral. En este último mes surgieron otras cartas pidiendo la apertura tomando en cuenta la realidad de cada lugar. Ya no se podía hablar de abrir o cerrar, esa discusión se zanjó, solo queda un tibio debate acerca del cómo.
Los docentes han perdido la batalla cultural. Se la ganaron los Padres Organizados.
— Ergasto Riva (@ergasto) January 15, 2021
A partir de este estado de situación, los tuits discutiendo la cuestión se podrían clasificar de la siguiente manera.
Para oponerse a la vuelta a clases se usaron argumentos como que los padres que pedían la reapertura de las escuelas eran de derecha.
Están militando que querer que los chicos vayan a la escuela es igual a ser malos padres. A veces se dan rosca y llegan a cualquier disparate.
— marina 🌊 (@soyprati) January 15, 2021
El tema de "si no te fumás a tus hijos para qué abriste las piernas" coquetea con lo más rancio del conservadurismo. Entiendo que odien a los padres pro-apertura peeero #límites amigos. Después eliminan las AUH bajo el mismo argumento y lloramos todos.
— Diego Tajer (@diegotajer) January 14, 2021
El argumento de los padres de que quieren que abran las escuela porque no soportan más a sus hijos en sus casas me parece el más progresista, feminista, antipatriarcal y moderno de avanzada de todos. Hay que bancarlo también.
— Diego Papic (@dieguez_) January 14, 2021
Los tuiteros más afines al Gobierno nacional o de partidos de izquierda retrocedieron en su firme negativa inicial pero reacomodaron su discurso agregando que hay que abrir pero “hay que ver cómo”.
La discusión no es si tiene que haber clases o no. TIENE QUE HABER. La discusión es como.
— Leandro Santoro (@SantoroLeandro) January 15, 2021
Los que hablan de abrir las escuelas pero no dicen al mismo tiempo que para eso hay que bajar la circulación del virus están usando el tema para hacer política. Y hay que ver si realmente les importa tanto las escuelas.
— Nicolás Lichtmaier (@niqueco) January 14, 2021
En vez de culpar a los docentes, los gobiernos deben rendir cuentas sobre qué medidas tomaron para una vuelta a clases en el cuadro de una pandemia.
— Gabriel Solano (@Solanopo) January 15, 2021
Otros tuitearon abiertamente en contra de los sindicatos y el argumento de los sindicalistas de que habrá muchos contagios si se abren las escuelas.
“Si el año pasado con este nivel de contagios no dimos clases, no vamos a darlas ahora”. Teníamos 10 casos cuando suspendieron las clases presenciales, así que cerremos todo y tiremos la llave.
— Diecou 🤍 (@diecou) January 15, 2021
"Tenemos instituciones con 1000 docentes (sic), por ejemplo, el nivel de circulación es tan alto que podría compararse con una fiesta clandestina” (Alejandra Bonato, Secretaria Gremial UTE CTERA Capital). pic.twitter.com/sG0GWwMnTt
— Winston (@Winston_Dunhill) January 15, 2021
Sindicatos Docentes:
— ✿ ✿ Micaela ✿ ✿ GdM (@MicaelaDeJ) January 15, 2021
“No es seguro volver a dar clases en las escuelas”
🙄 pic.twitter.com/eDBSPW8Ram
En el calor de la discusión aparecieron padres y otros profesionales que se ofrecieron a reemplazar a los maestros en las escuelas.
Si los maestros no quierem dar clases propongo que los padres nos turnemos y demos nosotros las clases en los colegios de nuestors hijos. Yo puedo dar computación y matemática. https://t.co/TTz9joRL8D
— Gonzalo Blousson (@GonBlousson) January 15, 2021
“Un ingreso menor y en negro”. Si se organizan pueden comprar docentes esclavos también. pic.twitter.com/ReeLTc9rm9
— Mariel 💚👑 (@Reina__Mariel) January 15, 2021
Muchos médicos retirados, se sumaron a la lucha contra el COVID....¿Podemos los MAESTROS hacer lo mismo? Regresar a las aulas a dar clases?. Listado de emergencia de docentes. Anotame @horaciorlarreta.
— La Polaca (@soylapolaca) January 15, 2021
Los cajeros de supermercados están a pocos metros de cientos de personas por día y tocan miles de productos. Después del personal de salud deben ser los más expuestos. Pero los docentes ñañañaña...
— Pilar 💚 (@pilar_0909) January 15, 2021
Otro tema que circulo fue crear escuelas Blue. Por supuesto surgieron las voces a favor y en contra.
Escuela blue? Ármense un hospital blue y mueranse todos juntos.
— La Turca (@Sor_Etha) January 14, 2021
Escuela blue: clases particulares marinadas en un año de no me aguanto más a los pibes en casa sobre fino colchón de que se muera el que se tenga que morir. Barrani barrani.
— Mariel 💚👑 (@Reina__Mariel) January 15, 2021
Padres contra maestros y sindicatos y viceversa: en definitiva, todos contra todos.
Qué saludable si finalmente miles y miles de padres con hijos en edad escolar se le plantan organizadamente a los sindicatos por la vuelta de las clases presenciales. Darían una batalla que gobiernos sucesivos vienen evitando por debilidad numérica o por complicidad.
— DiegoBé (@DiegoCBe) January 13, 2021
Argentina se ha convertido en un lugar donde hay que justificar el derecho a la educación y aclarar que asiste a la niñez.
— Adriana Amado (@LadyAAmado) January 15, 2021
Eso sí, hay que usar lenguaje inclusivo porque hay muchos organismos obligando a usar variantes discursivas aunque ninguno preocupado por enseñar a escribir. https://t.co/JDjBM6CmI8
Exacto ¿No ven la diferencia entre un adulto y un niño y la responsabilidad de uno sobre el otro?
— Deci 🤍 (@decimononnica) January 15, 2021
En general los chicaneros en twitter son docentes jóvenes sin hijos que se las dan de progresistas y repiten argumentos conservadores. Jóvenes viejos, el drama de este país también https://t.co/nKvSxwJMq0
La verdad no entiendo para qué quieren que se abran las escuelas si los docentes son pobres, viejos, fracasados, con bajo capital cultural e ideologizan a los pibes con ideas de izquierda.
— Mariel 💚👑 (@Reina__Mariel) January 14, 2021
Sí los dentistas, peluqueros, colectiveros, veterinarios y azafatas, etc tienen más riesgo de contagio que los docentes ¿por qué ellos tienen protocolos aprobados y las escuelas argentinas están cerradas desde hace 1 año?¿Será que al FdT no le interesa la educación?
— Andy W. (@AndyWSOK) January 15, 2021
Los docentes militantes todavía no se enteraron que en el interior del país hay maestros que se turnan para dormir en las escuelas y hacer guardia para que no les roben las provisiones que ahora entregan espaciadamente a sus alumnos.
— Lore 😷🏠 (@I0r3na) January 15, 2021
Queda menos de un mes para la primera de las definiciones, la de la ciudad de Buenos Aires. En marzo se verá cómo sigue la discusión provincia por provincia.
De una cosa estamos seguros, todos los argumentos, los sensatos y los irracionales, los de un lado de la grieta y del otro, de padres, docentes, sindicalistas, funcionarios y hasta alumnos, estarán desplegados en Twitter, el terreno donde todo se dirime.