
Libanés con toque francés
Safir, en el mismo lugar del famoso restaurante Horizonte
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Finalmente cerrado el viejo restaurante árabe Horizonte, acaba de abrir Safir en el mismo local del Club Libanés. Todo hecho a nuevo, en manos de un argentino y un chef de cuisine nativo, George Bejjani, con formación en la escuela de Beirut y experiencia en restaurantes de su patria, los Emiratos Arabes y París. Cuando viene a la Reina del Plata pone Al Málak, un pequeño local vecino de la AMIA que reunía a dos colectividades alrededor de su buena cocina, y luego hizo otras dos experiencias antes de Safir. Aquí prepara cocina libanesa sin mezcla con siria -aunque hablan la misma lengua son dos países diferentes, opina Bejjani-, así como la cocina árabe porteña es una mezcla de la siria, libanesa, armenia y hasta griega. La suya es menos árabe, con influencia francesa, poco intensa y fresca; el cuscús de cordero no debe compararse con el del Magreb.
El restaurante es amplio, sobrio, con las mesas en blanco y muy buenas réplicas de objetos de bronce en los nichos. Lo típico aprece en un rincón central y el patio posterior, reservado para el buen tiempo, permite apreciar el señorial edificio del club. Imposible saber cómo será la atención en el restaurante a full. De los platillos de entrada, la tabboule lleva poco trigo molido en comparación con las más conocidas, el puré de berenjena y el de garbanzos muy frescos, con el toque de limón y sésamo, el kebbe naie de carne molida cruda puede relevarse con pimienta y oliva, o comerse con labne, el delicado queso blanco con oliva y menta, y matizarse las buenas aceitunas especiadas ($ 6 y 7). Las hojas de parra rellenas tibias (9) pueden seguirles y los falafel con salsa de sésamo (7) para continuar con los platos de cordero y ternera, o los exóticos pechugas de pollo con salsa agria de granadas y el pescado a la Trabulsíe, de lo más típico y gustoso (14) no debe soslayarse. También hay ranas, a la libanesa o a la provenzal. Como final el café a la turca es lo mejor para probar las dulzuras tradicionales. En la carta de vinos hay pocas bodegas pero cada una con varios ejemplos y precios, más que suficiente. El menú de mediodía ($ 12) es corto y completo.
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Nombre: Safir
Dirección: Junin 1460
Teléfono: 4806-0553
Cocina: Libanesa - Francesa
Horario: Lunes a sabados, ediodía y noche
Capacidad: 100 cubiertos
Tarjetas: Visa
Ambiente: * * *
Atención: * * *
Cocina: * * *
Desde el desierto
Las alturas están ocupando las preferencias de los viticultores últimamente. sin embargo, los wine makers de zonas más bajas no se inquietan en lo más mínimo. El vino argentino se amplía y enriquece con distintos estilos que lo diferencian y le agregan atractivos. En el desierto mendocino se están consiguiendo vinos de gran calidad y estilo, cosa que comprueban José Alberto y Ana Zuccardi en su bodega La Agrícola, en la década del 90. Los viñedos están a sólo 650 metros sobre el nivel del mar, en los departamentos de Maipú y Santa Rosa, de suelos de arena y limo, clima seco con gran diferencia térmica entre día y noche. El riego se hace con el agua muy pura de la cordillera.
Esta familia valora el factor humano y sostiene la ocupación de su gente. Ahora han presentado el Chardonnay Q-Familia Zuccardi 1999, la primera producción de este varietal a punto de salir a la venta: un blanco complejo, tan bueno como aperitivo cuanto para acompañar los platos elaborados de la cocina moderna. Y el Tempranillo Q 1998 ($ 33) que sigue los exitosos pasos de la anterior y primera cosecha 1997, un vino de guarda que llegará a su esplendor entre unos meses o unos años. También elaboran los Santa Julia -Malbec, $ 6, y Viognier, 9- y los Finca Beltrán en línea más baja -entre 3 y 4-, todos muy recomendables por su buena relación calidad-precio.






