Malbec argentino: un nuevo vino ícono de 102 años de historia

En el universo del vino argentino de alta gama, pocas etiquetas logran conjugar historia, terroir y elegancia como lo hace la línea Fincas de Achaval Ferrer. Este abril, la bodega mendocina presenta la nueva cosecha 2021 de sus vinos ícono, con una gran novedad: la incorporación de Finca Nazarenas, un Malbec single vineyard que proviene de un viñedo plantado en 1923 y que eleva a cuatro el número de etiquetas que integran esta colección excepcional.

Ubicada en Agrelo, Luján de Cuyo, Finca Nazarenas se cultiva sobre un cono aluvional, con suelos arcillosos profundos y una marcada amplitud térmica que le otorgan un carácter distintivo. Según describe el enólogo Gustavo Rearte, este vino ofrece un “aroma complejo y envolvente, con notas de moras maduras y especias”, mientras que en boca se presenta con “textura sedosa y taninos firmes”, características que lo convierten en una expresión sofisticada y elegante del Malbec argentino.

Con esta incorporación, la trilogía original de la línea Fincas —Bella Vista, Mirador y Altamira— se transforma en una familia de cuatro vinos que representan algunos de los viñedos más antiguos y valiosos del país.

Viñedos centenarios

Achaval Ferrer es una de las bodegas que mejor ha sabido interpretar la identidad del Malbec desde sus raíces. Cada ejemplar de la línea Fincas se produce a partir de viñedos plantados entre 1910 y 1950, y expresa de manera pura el mensaje de su terruño, con una mínima intervención enológica.

“La clave está en escuchar al viñedo —explica Rearte—. Cada uno guarda su ADN, y si logramos interpretarlo, nos revela sus secretos más íntimos”. Esta filosofía se traduce en vinos que han recibido el reconocimiento de la crítica internacional y que cada año consolidan su lugar entre los grandes exponentes del vino argentino.

Una cosecha marcada por el equilibrio

El año 2021 fue particularmente favorable para la vitivinicultura mendocina. Las condiciones climáticas, con primaveras templadas y veranos moderados, permitieron una maduración ideal de las uvas, dando como resultado vinos equilibrados, con excelente frescura y una definición varietal notable.

Así se presentan también las nuevas versiones de Finca Bella Vista (1910), Finca Mirador (1921) y Finca Altamira (1950), cada una con una identidad propia, marcada por el suelo, el clima y la edad de las vides.

Producciones limitadas y distribución global

Como cada año, la línea Fincas se lanza en partidas muy limitadas. Solo 5.370 botellas de Finca Nazarenas estarán disponibles para distribuir entre todos los mercados, junto a 12.582 de Bella Vista, 10.861 de Mirador y 10.033 de Altamira. La colección también se exportará a más de 50 países, reafirmando la proyección internacional de Achaval Ferrer.

Una visión que perdura

Desde sus inicios, Achaval Ferrer ha tenido una única pasión: elaborar vinos argentinos de clase mundial. Hoy, con la incorporación de Finca Nazarenas, reafirma su compromiso con la calidad, el respeto por la tierra y la búsqueda de expresar, en cada botella, lo mejor de los viñedos centenarios de Mendoza.

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