Un hogar sin biblioteca a la vista nos entrega a uno de los poetas más relevantes de su generación. No es paradoja: es el deseo por la palabra y el lenguaje en su forma más atractiva y que excede un contexto, una contingencia. Puede ocurrir en cualquier lado: en el barro, en el asfalto, en el campo, en la ciudad. Uno de sus versos más reconocidos pertenece a su último libro, Kerosene de lo posible (Caleta Olivia), que ya agotó tres ediciones, y circuló mucho en redes sociales, dice así: "La primera/ independencia/ es leer".
Leandro Gabilondo nació y se crió en Arrecifes, provincia de Buenos Aires. Y su educación sentimental tuvo una primera conmoción a partir de la música. El futuro poeta, narrador y periodista recuerda: "Me crié con la lírica de la cumbia de los 90, con los cantautores ochentosos que escuchaban mi papá y mi mamá, incluso con los versos de «Loco (tu forma de ser)». Y así. Como pude". La literatura que considera grande llegó cuando se cruzó con Deshoras, de Cortázar, y empezó a sacar "bocha de libros" de la biblioteca de la escuela. "Me morfé toda la literatura del boom latinoamericano y me enloquecí con Jack London. Me sentía invencible", cuenta.
A fines de la primaria comenzó a escribir. Era una cosa amorfa entre poesía y ensayo. "Todo un viaje mental y emocional: «¿Qué es la libertad? ¿Qué es el tiempo?». Un delirio existencial que hoy me da gracia, pero le tengo mucho respeto a ese púber curioso. También tuve una época de escribir en formato cuento tradicional. Me los tipeaba una amiga en su PC porque en casa no había", explica.
Un tiempo después pasa a integrar la banda de rock Soldaditos. Fue un juego con sus amigos que duró muchos años. "Ellos eran y son músicos posta. Yo hacía canciones por el estímulo adolescente, pero la literatura siempre fue mi prioridad".
Gabilondo ya tiene publicados cuatro libros de poesía y uno de relatos con un estilo reconocible, que se mueve entre la búsqueda existencial de entrecasa y el aforismo revelador, con encanto y que se te clava en la nuca. Es así como algunos de sus versos se volvieron remeras, tatuajes o pintadas en paredes de distintos barrios. Por ejemplo: "La distancia es un tapial con el borde lleno de pedazos de botellas rotas", "Cada vez que me hablás, siento que es sábado a la tardecita".+
Ahora se dispone a publicar su primera novela y a terminar un poemario nuevo, y puntea una trama para una próxima novela. Ese es su futuro inmediato. Y, en ese sentido, es claro: "Lo que sentí desde la infancia es que estaba enamorado de la literatura. Más de grande me di cuenta de que eso que sentía cuando leía o intentaba escribir era amor. La adrenalina buena, el burbujeo de la sangre y la convivencia con la frustración. A todo eso no lo cambio por nada".
SEÑAS PARTICULARES
Nació en Arrecifes en 1985. Vivió y estudió en Rosario, pero desde 2007 reside en Capital Federal. Fue colaborador de Miradas al Sur y de ¡Ni un paso atrás!, la revista de Madres de Plaza de Mayo. Actualmente, coordina Torito Cerviño, un taller de lectura y escritura. Sus publicaciones: Delivery con lluvia, Retiro y Pertenencia, editados por Espiral Calipso; Kerosene de lo posible, por Caleta Olivia; y Treinta, por Larvas Marcianas.
Referentes
• Rodolfo Walsh
• Diana Bellessi
• Adolfo Bioy Casares
• J. D. Salinger
Contemporáneos
• Fernando Bogado
• Romina Paula
• Martín Kohan
• Maia Morosano
Imprescindibles
• Obra poética completa, de Roberto Santoro
• Poesía y teatro.Obra Completa, de Humberto Costantini
• Tener lo que se tiene: Poesía Reunida, de Diana Bellessi
• Poesía Completa, de Idea Vilariño
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