Escapada perfecta desde Los Ángeles (a una hora), es meca de yoguis, viejos hippies y estrellas de Hollywood. Un monte para meditar, productos orgánicos y una biblioteca al aire libre son algunas de sus joyitas.
Pueblo de poco más de siete mil habitantes, rodeado de montañas que se tiñen de rosa al atardecer ("pink moment"), con campos de lavanda, viñedos y una singular especie de mandarina llamada pixie, que sólo crece en este valle, Ojai es el nuevo Shangri-La de los californianos.
Fue acá donde John Lennon y Yoko Ono visitaron al sabio hindú Jiddu Krishnamurti. Encontraron un refugio idílico, lejos de los flashes y el consumo, y vinieron cada vez que pudieron, sin que nadie supiera. También en este lugar se le ocurrió a Mark Frost escribir Twin Peaks antes de llamar a David Lynch.
El valle es inspirador en muchos sentidos y, aunque ya no es secreto, ni tan hippie, no pierde su magnetismo para escritores, músicos y buscadores de espiritualidad. Algunos lo atribuyen a un "vórtice electromagnético", porque corre de este a oeste, en lugar de norte a sur.
Para preservar su reputación antiestrés, están prohibidas las franquicias y los locales sólo tienen permitido ofrecer productos únicos de artistas y artesanos de la zona.
La feria de productores de los domingos es un must, donde se mezclan los veteranos canosos del valle con los hipsters y celebrities de Hollywood que vienen de visita con túnicas y canasta de yute, para no desentonar.
Hay verduras y frutas de todo tipo, de las fincas cercanas, jabones y cremas artesanales (algunos elaborados con pixie), aceites de oliva de excelente calidad, velas, flores, y hasta un puesto de sorbetes de bambú confeccionados por una familia de Bali especialmente para este mercado.
Muchos vienen hasta acá solo para visitar Bart´s Books, una enorme librería al aire libre donde se puede leer o jugar al ajedrez con una limonada, en un patio rodeado por un laberinto de estanterías y árboles frutales.
Abre todos los días mientras haya luz natural y la contribución es ad-honorem, ya sea para leer ahí mismo o para llevarse un libro (no todos se pueden llevar). Además, suelen organizar exposiciones de arte, recitales y eventos comunitarios entre los miles de libros de todos los géneros.
En plan espiritual, hay desde montes de meditación hasta spas exclusivos. El resort más famoso es el Ojai Valley Inn & Spa, frecuentado por Julia Roberts , Angelina Joliey Brad Pitt . Tiene trescientas habitaciones divinas, campo de golf y todo tipo de tratamientos detox extravagantes, con sales de Himalaya, pixie y hasta uno llamado Kuyam, un baño de lodo inspirado en un ritual de los nativos americanos Chumash del Valle de Ojai.
La posada boutique Lavender Inn es más familiar, con habitaciones de diferentes colores a pasos del centro. Los huéspedes comparten la mesa, happy hours de vino y queso y un patio dedicado a la meditación.
La mayoría de las tiendas están cerca de la avenida Ojai, la principal vía de acceso que se puede recorrer a pie o en bicicleta y bordea el Libbey Park, inmejorable para hacer picnic.
Ofrecen ropa vintage, vinos de pequeñas bodegas y objetos de bazar y diseñoque no se encuentran en otras partes de California. Abundan las galerías de arte y en una de ellas, la galería Primavera, expone sus cuadros el actor Anthony Hopkins, un habitué del pueblo.
La gastronomía es otro de sus puntos fuertes. Hay buenos restaurantes de cocina mediterránea, casi todos con patio, música en vivo y ambiente muy cool, y un bar muy requerido para comer picadas acompañadas con vinos, llamado Tipple and Ramble. El Cafe Emporium es el mejor lugar para tomar café con deliciosos muffins de arándanos.
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