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San Antonio de Areco es conocida como “cuna de la tradición”. Inserta en la región pampeana, y a tan solo 110 kilómetros de la Capital, conserva el encanto de los pueblos pampeanos, la vida de campo, las costumbres criollas. Es aquí donde Heather Garrett decidió quedarse para armar su hogar y criar a su hija. También, para cumplir un viejo sueño: tener un vagón de tren al que, más tarde, iba a convertir en casa de huéspedes.
Aunque es argentina, su acento delata su sangre inglesa. “Es que vivíamos en el campo y nuestros padres nos hablaban en inglés”.
Primero vivió al sur de Córdoba, luego en Cacharí, provincia de Buenos Aires. La vida la fue llevando por distintos caminos, algunos lejanos, ya que también vivió muchos años en Australia, trabajando de peticera para los Packer y luego en su campo y club de polo Ellerston.

Heather se declara autodidacta en lo que respecta a la jardinería: con abuela y madre jardineras, lo lleva en la sangre. "No tuve la posibilidad de estudiar, pero desde chica me gustaba mirar los espacios. Y en Australia aprendí muchísimo trabajando con el paisajista Andrew Pfeiffer".
Heather y su hermana gemela Helen pusieron un negocio de ropa de lino en San Antonio de Areco. "Cuando Helen falleció, seguí haciendo ropa, pero ya sin tienda". Tiene esa creatividad única que se materializa en todo lo que hace: prendas, boinas y sombreros teñidos, velas y por supuesto la decoración de su casa y de su jardín.

Al principio se encontró con el enojo de sus vecinos, al anunciar que su casa sería de chapa. "Es lindo, barato y se evita la humedad. Pero fue muy difícil conseguir alguien que me hiciera esta casa aquí", recuerda Heather. Aseguró que el jardín haría que el material pasara inadvertido, y hoy todos disfrutan de su lugar tanto como ella.
También cumplió un original sueño que siempre la acompañó: tener un vagón de tren. Inicialmente lo pensó para armar el taller de costura, pero después lo fue acomodando como casa para huéspedes. Así es, en la primavera y el verano el vagón se transforma en posada, para aquellos que quieran vivir una experiencia distinta en Areco.

Pensado primero como taller de costura, un vagón de tren es hoy casa de huéspedes para todos aquellos que quieran vivir una experiencia diferente en San Antonio de Areco.
El jardín fue creciendo a modo de cottage garden, sin un diseño predeterminado. Pero cuando la jardinería y la creatividad se unen, el resultado es éxito seguro. Cada planta tiene su historia, un origen determinado. Hasta tiene plantas del campo donde se crió. Una de las consignas era tener un jardín perfumado y lleno de pájaros y mariposas. "Un jardín tiene que funcionar todo el año, tener atractivos en las diferentes estaciones".

Las plantas me siguen acompañando y trasladando recuerdos. Las únicas que compré fueron las rosas, porque no tenía tiempo de multiplicarlas
Tiene bulbos, rosas, perfumes a lo largo de las estaciones. "Y también tiene que producir". Por eso armó su propia huerta y cultiva sus alimentos. Pero lo más importante es tener la sensibilidad para observar a la naturaleza y moverse a su ritmo. Como muchos de aquellos que vivieron el campo, sabe aprovechar el movimiento del sol, las fases de la luna y el capricho de las plantas que conquistan los espacios hasta dominar la escena con encanto natural. "Es que mi casa es para dormir y mi jardín es donde vivo".

- IG: @hyhgarrett
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