El escritor español Andrés Barba ganó el Premio Herralde con una historia en la que los niños pueden ser crueles
Fue por su novela República luminosa, retrato de una "inocencia salvaje"; el argentino Diego Vecchio quedó como finalista
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El español Andrés Barba (Madrid, 1975) ganó hoy el 35° Premio Herralde de novela con República luminosa, una obra que el jurado ponderó por la manera en que aborda "la inocencia salvaje, la atrocidad que se puede ver a veces en los niños". El galardón está dotado con 18.000 euros e implica la publicación del libro en el sello Anagrama, que ya editó varios trabajos anteriores de este autor.
Finalista de este mismo concurso en 2001 con La hermana de Katia, Barba detona aquí "un elemento de angustia que se va apoderando del lector al ver cómo el narrador presenta a los niños protagonistas", puntualizó el jurado.
"República luminosa" parte de la aparición de 32 niños violentos de procedencia desconocida que trastocan la vida de San Cristóbal, una pequeña ciudad tropical encajonada entre la selva y un río. La novela nace "por un lado, de una traducción monumental que hice junto a mi mujer de los relatos completos de Joseph Conrad, con quien comparto una ciudad tropical, junto a un gran río y una selva enorme; y además, el documental polaco Los niños de Leningradsky, que narra la historia de unos niños que viven en la estación de tren Leningradsky", explicó el ganador a la prensa.
Barba piensa que su novela, escrita en tono de crónica, es "estrictamente realista" donde el narrador habla de cómo la ciudad se vio obligada a reformular no sólo su idea del orden y la violencia sino hasta la misma civilización durante aquel año y medio en que, hasta su muerte, los niños tomaron la ciudad.
Por otra parte, el escritor argentino Diego Vecchio quedó finalista del Premio Herralde por su novela La extinción de las especies, de la que el jurado subrayó el "caudal de ironía y humor sorprendente" que destila el autor, quien construye un "juego de apócrifos" con un texto "en la línea de una cierta narrativa distante y emocionada del siglo XIX". La obra finalista es una historia natural de los museos, que nacen, se expanden, se agotan y se derrumban para atesorar aquello que fue, que ya no es, ni volverá a ser, pero que se obstina en persistir. Es también, precisó Vecchio, "una historia alternativa y estrafalaria sobre la fe en el progreso, el ansia de descubrimiento, la pulsión taxonómica, la manía de coleccionar y restaurar".
Vecchio, que reside en París, señaló que para escribir esta novela se inspiró en un libro que hizo el francés Gustave Flaubert al final de su vida, "Bouvard y Pécuchet".
El jurado del premio estuvo formado por Gonzalo Pontón Gijón, Marta Sanz, Jesús Trueba, Juan Pablo Villalobos y la editora Silvia Sesé.
Agencia Télam







