Agresiones, tensión y heridos frente a la embajada británica
Grupos de izquierda se enfrentaron con la policía; cuatro agentes resultaron heridos
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De un lado las bombas molotov, las gomeras con hierros y otros objetos contundentes, piedras y hasta una bolsa con limones para contrarrestar el accionar policial. Del otro, los gases lacrimógenos, las balas de goma y un efectivo camión hidrante que sirvió para aquietar las aguas y ponerle freno a un conflicto que amenazaba con desmadrarse.
Las inmediaciones de la embajada británica en el país se transformaron ayer en el escenario de una verdadera batalla campal cuando participantes de una manifestación por el trigésimo aniversario de la Guerra de Malvinas se enfrentaron con la Policía Federal en su intento de acercarse a la sede diplomática. Más allá de la controversia sobre los autores de los incidentes, la refriega (que se extendió por al menos 20 minutos) dejó como saldo cuatro agentes heridos y un periodista que debió ser atendido por ambulancias del SAME.
El cruce de la avenida Pueyrredón y Guido, en el barrio de Recoleta, empezó a ser transitado por manifestantes de izquierda a partir del mediodía. Primero llegó el grupo Quebracho, y luego el Partido Obrero. Ambos cantaron consignas contra Gran Bretaña, movieron un tanto las vallas que servían de protección a más de cincuenta metros de la entrada de la sede diplomática y se retiraron.
Pasadas las 15 llegó a esa esquina una gruesa columna de manifestantes encabezados por Vilma Ripoll (MST); Jorge Cardelli (Proyecto Sur), y Juan Carlos Alderete (CCC). Detrás, columnas del Partido Comunista Revolucionario (PCR); el PTP, y otros grupos. Luego de quemar una bandera británica y leer una proclama, comenzó la desconcentración. Al mismo tiempo, y según distintos testigos, miembros del PCR y la CCC comenzaron a golpear las vallas metálicas con el objetivo de derribarlas. Allí comenzó la guerra entre policías y manifestantes, que sólo terminó cuando el camión hidrante logró correr a los atacantes hacia la avenida Las Heras. Fuentes policiales confirmaron el saldo de cuatro heridos leves. Ignacio González Prieto, movilero de TN, debió ser atendido.
"No tenemos nada que ver, decir que fuimos nosotros es una provocación. Y espero que no la motorice el Gobierno", afirmó Ripoll a LA NACION, para desmentir cualquier relación con el hecho.
Afiches con los rostros de Fernando "Pino" Solanas quedaron esparcidos por el piso cuando los manifestantes comenzaron su carrera hacia la estación Once. En el camino, llenaron de pintadas las sedes de los bancos Standard y HSBC.
Fuentes de la embajada británica afirmaron su "apoyo a las protestas pacíficas" y su condena a "las acciones violentas llevadas adelante por una minoría". También agradecieron a las fuerzas policiales por su actuación: "Nuestros pensamientos están con las familias de los oficiales heridos". La ministra de Seguridad, Nilda Garré, condenó los hechos de violencia y los adjudicó a "grupos políticos minoritarios que buscan visibilidad mediática".
Pasadas las 18, empleados de la empresa Cliba comenzaron a barrer las calles, convertidas en un basural a cielo abierto. "Es una barbaridad lo que pasó acá. ¿Así vamos a recuperar las Malvinas?", se indignó ante LA NACION Julio César Strassera, ex fiscal y vecino del barrio que ayer se convirtió en una postal bélica.
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