Alfonsín quedó en el tercer lugar
Fue superado por su ex aliado Binner y bajó el caudal de votos que había logrado en agosto
Ricardo Alfonsín no quiso esperar. Apenas eran las 20.30 cuando entró como un trombo al comité nacional de la UCR y sin pasar por el salón del primer piso acondicionado para los candidatos se instaló en el atril y les habló a los periodistas que lo esperaban.
Felicitó a la Presidenta reelegida, les agradeció a sus votantes, dijo que tenía la conciencia tranquila y prometió que él y su partido iban a "velar por la República".
"Vamos a trabajar con consecuencia, como una oposición seria, responsable, sin poner palos en la rueda pero impidiendo el avance sobre las instituciones", se comprometió.
Su conveniente apuro -habló antes de que se conocieran los cómputos oficiales- le ahorró tener que reconocer que había quedado en el tercer lugar y no en el segundo que había obtenido en las primarias de agosto.
"Estamos disputando el segundo lugar, desde nuestro punto de vista ya estamos segundos", había dicho poco convincente a los periodistas, y mantuvo ese discurso hasta que se fue de la sede partidaria, una hora después de haber llegado.
Pero la realidad decía otra cosa. La UCR cedió el segundo lugar al socialista Hermes Binner, un recién llegado al mapa nacional y para colmo su ex aliado.
La mala noticia anunciada, que los radicales nunca quisieron creer, llenó de incertidumbre y nervios el búnker radical, y les dejó un sabor amargo que no pudo quitar el hecho (no menor) de que bajaron muy poco su caudal de votos de las primarias.
"Trabajamos mucho para no caernos de los 12 puntos, porque los analistas y las encuestas decían que nos caíamos en picada, pero yo veía otra cosa", confesó Alfonsín a LA NACION en el salón vip del comité nacional, después de su conferencia.
Transpirado y acelerado, por momentos se desplomaba en un sillón y por momentos caminaba frenético por la minúscula oficina. Mientras sus hijos veinteañeros, Ricky y Marcos, entraban para avisarle que lo esperaban para irse a su casa.
En la sede partidaria también estaban su hermano Javier, su sobrina Rocío y hasta Margarita Ronco, la histórica secretaria de su papá, Raúl Alfonsín. En realidad, el búnker radical ayer fue completamente alfonsinista: hubo una ausencia total de dirigentes de peso del partido, salvo los del riñón del propio Ricardo Alfonsín. La excepción fue el secretario del radicalismo, Jesús Rodríguez, que en la interna partidaria había apoyado al presidente de la UCR, Ernesto Sanz (la ausencia más notoria anoche), pero ayer acompañó al candidato del partido. Al comité nacional llegaron sus jefes de campaña, Marcelo Stubrin y Guillermo Hoerth; su compañero de fórmula, Javier González Fraga; los candidatos Miguel Bazze, Manuel Garrido y Hernán Rossi, y el diputado Ricardo Gil Lavedra.
"Estamos convencidos de que vamos segundos y la UCR sigue siendo la primera fuerza de la oposición", había salido a decir apurado Bazze cerca de las 19.30 en el comité, cuando algunos sondeos de boca de urna daban a Alfonsín tercero, y hasta cuarto.
En ese momento todo era corridas y nerviosismo. Una hora después, cuando llegó el candidato, dejaron entrar al medio centenar de militantes que hasta entonces mantenían afuera. "En las buenas y en las malas voy con Alfonsín. No me importa lo que digan, sigo siendo radical", lo coreaban.
Durante el diálogo con los medios, Alfonsín pidió que compararan el desempeño del partido con el desastre de 2003 o con 2007, cuando a falta de candidato propio fueron a buscar a Roberto Lavagna. Cerca de él destacaban que habían logrado conservar sus bancas en el Senado y apenas perdían un par en Diputados, igual que la buena elección del cordobés Mario Negri o el triunfo de Horacio "Pechi" Quiroga en la intendencia de Neuquén, mientras punteaban, celular en mano, distrito por distrito.
"Estoy tranquilo, hice todo lo que podía hacer", dijo a LA NACION, al terminar un día que había empezado mal: se peleó con un periodista en Chascomús que lo cuestionó por no hacer campaña en su ciudad.
Apenas se supieron los primeros resultados el radical se había comunicado con un funcionario nacional para saludar a la Presidenta, pero no la encontró y quedó en llamarla hoy para felicitarla. En su entorno juraban que en el Gobierno les habían confesado que estaban casi empatados con Binner, pero esperaron en vano que ello se confirmara. Apenas vieron que Alfonsín se iba, dirigentes y periodistas lo imitaron y a las 22 no quedaba ni un alma en el comité radical.
RICARDO ALFONSÍN
Unión para el Desarrollo Social
11,13%
QUÉ DIJO
- "Vamos a velar por la República. Seremos una oposición responsable y seria."
QUÉ LE ESPERA
- La UCR Tendrá que revalidar en diciembre su liderazgo en el partido y en el bloque.
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