El Gobierno bloqueó una condena a las deportaciones de Trump en la Celac
La diplomacia nacional se negó a fustigar al flamante presidente norteamericano por disponer la expulsión de inmigrantes colombianos; Petro y la hondureña Xiomara Castro impulsaban la declaración
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Menos de diez días después de la asunción de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, el alineamiento del gobierno de Javier Milei con la primera potencia mundial empieza a materializarse también en la arena diplomática internacional.
Según pudo saber LA NACION, junto a sus pares de Paraguay, Santiago Peña, y de El Salvador, Nayib Bukele, Milei ordenó no convalidar, en el marco de la Celac, una condena a Trump por su política de deportaciones masivas, condena impulsada por el presidente de Colombia, Gustavo Petro. La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, suspendió una reunión de la comunidad regional prevista para mañana, solicitada por el propio presidente colombiano, y lamentó por medio de un comunicado la “oposición sistemática de países miembro que han privilegiado otros principios e intereses diferentes a los de la unidad latinoamericana”.
Desde la Cancillería que encabeza Gerardo Werthein confirmaron, escuetos, que “no hubo consenso” entre los 32 países que conforman la Celac para condenar a Trump, quien sin previo aviso deportó a varias decenas de colombianos, acusados de distintos delitos y de permanecer de manera ilegal en el país. La deportación masiva (que también se dio con ciudadanos de otros países como Brasil y Venezuela) dio lugar a un intercambio mediático de alto voltaje entre ambos presidentes, y amenazas de subir aranceles de uno y otro lado, hasta que Petro aceptó recibir a los deportados, pero en un avión de bandera colombiana.
Cancelo la reunión del 30 de enero de 2025, debido a la falta de consenso. Adjunto el comunicado oficial en mi calidad de Presidenta pro tempore de la CELAC. pic.twitter.com/Xp8WCSwCX7
— Xiomara Castro de Zelaya (@XiomaraCastroZ) January 29, 2025
En un extenso tuit, la presidenta de Honduras explicó que convocó a la reunión de la Celac como presidenta pro-témpore de la organización “a pedido” de su par colombiano, con quien Milei sostiene un áspero vínculo desde el inicio de su gestión. Como las decisiones de la Celac, fundada por el extinto presidente venezolano Hugo Chávez en 2011, se toman por consenso absoluto de sus miembros, la elaboración de un texto conjunto de condena fue imposible, y Castro debió suspender la reunión, a llevarse a cabo en Tegucigalpa.
“De Petro no vamos a opinar”, afirmaron desde el Palacio San Martín en referencia al presidente de Colombia, con quien Milei protagonizó un fuerte incidente diplomático. En marzo pasado, Milei acusó a Petro de haber sido “asesino terrorista y comunista” en una entrevista con CNN. El Gobierno colombiano contestó entonces ordenando expulsar a los diplomáticos argentinos en Bogotá, y aunque días después las relaciones se normalizaron a nivel de embajadores, el vínculo está muy lejos de ser el ideal.
“La voz de la diplomacia se escuchó y se impuso mucho más que los insultos. Aquí hay un gran mensaje, la tarea de las cancillerías ha sido la gran tarea de honrar la historia de nuestros pueblos”, dijo en abril a LA NACION el embajador colombiano en el país, Camilo Romero, que unos días después de haber sido llamado a consultas por Petro, regresó a Buenos Aires.
Al margen de las idas y vueltas con Petro, el Gobierno sostiene con la Celac un vínculo bien distinto al de su antecesor, Alberto Fernández, que incluso presidió la entidad durante un año. La preeminencia histórica de Venezuela, Cuba y Nicaragua en el organismo, ahora con el apoyo de Honduras, llevaron a Milei a tomar distancia. Con el puesto de subsecretario de Asuntos Americanos aún vacante (no se designó el reemplazo de Mariano Vergara, que renunció en noviembre), la decisión es no abandonar la comunidad, pero sí sostener un perfil “bajísimo” en este y otros organismos en los que la Argentina está hoy en minoría, como la Unasur.
El vínculo bilateral con Estados Unidos, por el contrario, marcha sin obstáculos. El martes, el jefe de gabinete Guillermo Francos, recibió en su despacho de la Casa Rosada a la encargada de Negocios, a cargo de la embajada estadounidense, Abigail Dressel. Allí, según fuentes oficiales, ambos reafirmaron la importancia de la “asociación estratégica” entre los países. Y dejaron abiertas las puertas para la visita recíprocas de funcionarios, que se producirían en los próximos meses. “Dialogamos sobre la importancia del fuerte vínculo institucional entre nuestros países y de la sintonía entre los Presidentes”, escribió Francos en sus redes sociales luego del encuentro.
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