Horacio Calderón: "Hubo submarinos que zarparon en malas condiciones"
El investigador en temas marinos detalla casos recientes de buques de la Armada con problemas
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LA NACIONMariano De Vedia
Entre 2008 y 2009, la Fragata Libertad y los submarinos Santa Cruz y Salta zarparon en malas condiciones, y enfrentaron problemas graves en el mar. Así lo reveló a la nacion el investigador Horacio Calderón, quien presenta estos casos, producidos en plena gestión kirchnerista, como antecedentes de los riesgos que enfrentó el San Juan.
"Luego del devastador incendio del rompehielos Irizar existía mucho temor por otros posibles desastres. Se registraron casos graves y las autoridades navales los ocultaron inicialmente, durante la gestión de la entonces ministra de Defensa Nilda Garré, a quien yo personalmente le advertí sobre esos tres casos. Hubo submarinos que zarparon en malas condiciones", relató.
Hijo del médico y capitán de fragata Horacio I. Calderón, quien participó hace décadas en el rescate del teniente Máximo Alberto Lafert en la Antártida, para operarlo de apendicitis, el investigador Calderón fue representante de los submarinos tipo TR-1700, como el San Juan.
-¿Hay antecedentes de barcos en emergencia?
Sí, hubo varios casos después del incendio del Irizar. En noviembre de 2008, el entonces jefe de la Armada almirante Jorge Godoy, dijo que la Fragata Libertad perdía "unos litritos de aceite". Pero el problema era más delicado: a raíz de un mal arreglo tenía una falla en el eje que mueve la hélice. Yo se lo comenté a la ministra Garré y ordenó enviar técnicos de urgencia a Valparaíso.
-¿Se frustró ese viaje?
-Tuvo que volver de Chile a vela, con un uso moderado del motor, por recomendaciones técnicas.
-¿Los submarinos también tuvieron problemas?
-En esa misma época, el submarino ARA Santa Cruz zarpó para realizar operaciones conjuntas a Chile contra la voluntad de los comandantes de la nave y de la Fuerza de Submarinos. Estaba contaminado el sistema hidráulico de inmersión y el cabrestante, un dispositivo para hacer funcionar el ancla. Yo lo supe por filtraciones de familiares de los tripulantes y porque trabajaba con el historiador naval Ricardo Burzaco, director de la revista Defensa y Seguridad. También se lo anticipé a Garré, con quien no tengo ninguna afinidad política. A las 72 horas le informaron oficialmente a la ministra que el submarino había tenido una avería en Ushuaia. Tuvo que volver a Mar del Plata a plano de periscopio, sin sumergirse demasiado.
-¿Un preanuncio de lo que ocurrió después con el San Juan?
-Probablemente no haya sido la única similitud. En noviembre de 2014 estaba el ARA Santa Cruz amarrado en Tandanor y comenzó a perder gases por la descomposición de las baterías. Hubo que ventearlo, con riesgos para la unidad y el personal. Además hubo otro submarino, el ARA Salta, que sufrió un sabotaje.
-¿Cómo fue ese caso?
-Poco después de la reunión con Garré, a fines de 2008, por información de un juzgado federal de Mar del Plata, supimos que el comandante del submarino ARA Salta denunció que su unidad había sido saboteada.
-¿Cómo fue?
-Estaba amarrada en la base de Submarinos, en Mar del Plata, y un suboficial percibió que había azúcar derramada en el sistema que recarga los botellones de aire comprimido. Siguió el rastro y advirtió que era arena. Alguien había arrojado una bolsa de arena. El comandante del submarino radicó la denuncia en la Justicia, pero el comandante de operaciones navales no le informó a Godoy, que era el jefe de la Armada. Yo volví a informarle a Garré, quien llamó a Godoy y no lo sabía. Nunca se encontró un responsable.
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