Axel Kicillof volvió a criticar a María Eugenia Vidal pero apuntó a la Ciudad para exigir fondos federales
El gobernador comparó el presupuesto de Larreta con los recursos que manejan la provincia y los intendentes bonaerenses
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LA NACIONMaría José Lucesole
LA PLATA.- Ante la Asamblea Legislativa, Axel Kicillof salió a dar la pelea para conseguir más fondos para la provincia de Buenos Aires. Ayer, a lo largo de un discurso que machacó una y otra vez contra la herencia recibida de parte de las gestiones de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, el gobernador pidió atender la situación de inequidad en los recursos coparticipables que recibe su distrito. Eso sí, para evitar entrar un roce con el presidente Alberto Fernández, eligió comparar números con la ciudad de Buenos Aires.
"La suma de los presupuestos de todos los municipios de la provincia dio 380.000 millones de pesos el año pasado. El presupuesto de la ciudad de Buenos Aires fue de 350.000 millones de pesos en 2019. Son 3 millones de habitantes en la ciudad. Son 17 millones de habitantes en provincia", sostuvo Kicillof ante un recinto colmado de legisladores.
"Uno cruza la General Paz y ve plazas, veredas, autopistas que se hacen. Perfecto, felicitaciones. Ahora, ¿qué podemos hacer desde la provincia de Buenos Aires para atender esta situación de inequidad que hace que no podamos terminar de atender las necesidades mínimas e indispensables?", se preguntó.
"Hay plazas colgando de las paredes de un lado y caminos de tierra y faltan cloacas del otro. Hay que ser solidario. Hay que ser equitativo. No estamos en contra de ninguna jurisdicción ni queremos pelearnos con nadie", agregó.
Su jefe de gabinete, Carlos Bianco, llamó a la oposición a acompañar el reclamo. "Buenos Aires tiene que recuperar parte de los recursos que se han perdido porque es la provincia que tiene los bolsones más grandes de pobreza y de necesidades básicas insatisfechas. Festejo que la oposición acompañe", dijo.
Más clara aún fue la ministra de Gobierno, Teresa García. "La provincia más rica se ha empobrecido a lo largo de los años por la pérdida de recursos coparticipables. Hay un velado reclamo a la ciudad de Buenos Aires cuando se hace la comparación del presupuesto respecto de los habitantes", dijo, para enfatizar: "Tenemos que salir del infierno", completó.
Pero Kicillof no solo apuntó hacia la administración de Horacio Rodríguez Larreta. En busca de una mayor solidaridad económica, también señaló a los gobiernos de otras provincias.
"Hemos solicitado a varias provincias la posibilidad de considerar a Buenos Aires como provincia petrolera. El 80% del petróleo que se produce en Argentina se destila en la provincia. No se carga petróleo crudo en los autos. Nuestro polo petrolero tiene que ser parte de Vaca Muerta. Buenos Aires es socia del desarrollo de Vaca Muerta", dijo Kicillof.
En el recinto de la Cámara de Diputados lo aplaudieron el ministro del Interior de la Nación, Eduardo "Wado" de Pedro; los diputados nacionales Andrés Larroque y María Cristina Álvarez Rodríguez; la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; y los intendentes peronistas Fernando Espinoza (La Matanza), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Mario Secco (Ensenada), Andrés Watson (Florencio Varela) y Fernando Gray (Esteban Echeverría), entre otros.
Entre el público se destacaron el Procurador General Julio Conte Grand y los ministros de la Suprema Corte bonaerense Eduardo de Lázzari e Hilda Kogan. También dijo presente el intendente de La Plata, Julio Garro (Juntos por el Cambio). Roberto Baradel, gremialista del Suteba, ocupó uno de los balcones.
Contra las expectativas que se habían alimentado en el oficialismo, no estuvieron la vicepresidenta Cristina Kirchner ni el presidente Alberto Fernández.
La única bandera dentro del recinto fue del gremio UPCN y el único cartel en las bancas lo colocó la diputada de izquierda Mercedes Trimarchi. Pedía no pagar la deuda. En ese marco, el tono de la Asamblea lo marcó el discurso de Kicillof, que por momentos recordó a sus alocuciones de campaña.
Kicillof dedicó el comienzo de su discurso a valorar el inicio de clases. "Es un día especial, tenemos que celebrar. Los únicos privilegiados son los niños y niñas", dijo. "A pesar de la escasez de recursos y condicionamientos externos, puedo decir que en 82 días estamos poniendo en marcha la provincia", remarcó.
Pero una y otra vez buscó dejar en claro la gravedad de la herencia recibida. "Desidia, abandono. No quiero poner el dedo en la llaga. La propuesta es empezar a reparar el estado de abandono. Recuperar lo que se ha perdido", instó el gobernador.
La oposición tomó el guante. "Esperemos que de ahora en más aparezcan medidas concretas que podamos debatir", dijo el diputado Alex Campbell (Juntos por el Cambio). "No somos un espacio que se maneje con la chicana ni con la agresión. Es parte de lo que siempre nos distanció del kirchnerismo. Esperamos que esta vez el gobierno trabaje sobre la realidad y no sobre el relato", completó.
Si algo faltó en el discurso de Kicillof fueron las alusiones a la situación de inseguridad en la provincia. Fuentes allegadas al gobernador informaron que en los próximos días se va a lanzar un plan integral en esa materia.
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