
La DAIA aceptó nuevas pruebas en favor de Bendini
La entidad dio por superada la polémica
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La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) dio por superado el episodio que rodeó a la figura del jefe del Ejército, el general de división Roberto Bendini. Luego de revisar nuevos testimonios de los oficiales presentes durante la disertación en la Escuela Superior de Guerra, la entidad de la comunidad judía aceptó que Bendini no realizó manifestaciones antisemitas.
El presidente de la DAIA, José Hercman, hizo el anuncio anoche en la Casa Rosada tras reunirse por más de dos horas con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Defensa, José Pampuro.
"La mejor documentación es el testimonio de aquellos que estuvieron en esa clase. Hoy vimos esos escritos y no tienen ninguna manifestación del general Bendini. Por eso creemos que a este asunto lo tenemos que dar por superado", manifestó Hercman en una conferencia de prensa.
Para el Gobierno resultaba vital conseguir este aval de la comunidad judía en la Argentina, ya que hoy el canciller Rafael Bielsa tiene agendadas entrevistas en Nueva York con representantes del American Jewish Committee y de la B´Nai Brith para allanar el terreno al presidente Néstor Kirchner, que tiene previsto participar de la celebración del Año Nuevo judío el viernes próximo.
La controversia se inició por los supuestos dichos de Bendini sobre intereses de grupos israelíes en la Patagonia. El Gobierno formó una comisión especial para investigar la conferencia dada por el jefe del Ejército, el 13 de agosto último, frente a un grupo de capitanes. El informe oficial absolvió a Bendini el miércoles último, pero a los representantes de la DAIA le habían quedado dudas sobre la investigación.
El Centro Wiesenthal también reclamó la semana última que se crease otra comisión investigadora, pero que estuviese integrada por legisladores y miembros de organizaciones no gubernamentales.
La AMIA había aceptado en un primer momento el informe oficial, pero sus dirigentes estaban abiertos a recibir nuevas pruebas que despejasen la incertidumbre. Alberto Fernández tenía previsto recibir ayer a las 18.50 a los referentes de la AMIA, pero anuló el encuentro minutos antes del horario previsto.
Por entonces, el jefe de Gabinete ya estaba reunido con el titular de la DAIA y había obtenido la aprobación para los testimonios sumados en las últimas horas al expediente.
"No hubo un episodio que se pudiese demostrar de antisemitismo", dijo Hercman, y dio por finalizado el caso Bendini, para respiro del Gobierno, que respaldó desde el comienzo al jefe del Ejército.
Rápida resolución
Antes de producirse el encuentro que desactivó el conflicto, en la Casa Rosada se anunciaba como pensamiento oficial: "El Gobierno no objeta que se investigue, pero el Ejército tampoco puede estar sometido a una asamblea permanente".
La mirada del Gobierno apuntó siempre a un problema interno del Ejército como génesis de esta crisis. Frente a esa visión le resultaba imperioso resolver lo antes posible la cuestión de Bendini.
"No nos tembló el pulso para esclarecer lo que nosotros ya teníamos en claro", resumió el jefe de Gabinete. "Estamos muy satisfechos de haber cumplido con la comunidad judía", dijo.
Por la tarde, la sensación en el Ministerio de Defensa era de que el problema ya excedía su área y debía resolverse en la Casa Rosada. "No podemos crear otra comisión", se decía entonces en las cercanías de Pampuro.
En la cartera castrense no podía desautorizarse la investigación que había desarrollado el secretario de Asuntos Militares, Julián Domínguez, en la práctica el segundo funcionario del ministerio.
Bendini optó por el silencio durante todo el episodio, por lo que no pudo conocerse de primera mano las sensaciones que le produjeron esta crisis que conmovió al Edificio Libertador.
Con perfil bajo por elección, para Bendini esta controversia resultó su presentación en la agenda política nacional.
Obtuvo, sí, un apoyo público sin fisuras en el Gobierno, pero el cimbronazo de este capítulo puede tener repercusiones. Lo admiten públicamente los funcionarios del Gobierno.
Alberto Fernández relacionó la salida a la luz de este tema con la investigación que el Ejército debe hacer sobre los testimonios de los generales retirados Reynaldo Bignone, Ramón Díaz Bessone y Albano Harguindeguy referidos a la lucha antisubversiva.
El Gobierno se mostró convencido de que el supuesto ataque contra el jefe del Ejército escondía, además, una ofensiva sobre la política de revisión de las violaciones a los derechos humanos de la década del 70. Actuó en consecuencia de esa visión.
Sumaron testimonios al expediente
La semana última, la DAIA había calificado de insuficiente la investigación encabezada por el Ministerio de Defensa. Otras organizaciones de la colectividad judía exigieron avanzar hacia el esclarecimiento de los hechos mediante el testimonio directo de quienes presenciaron la charla de Bendini. El Gobierno cumplió en parte con ese pedido.
Según trascendió anoche, se agregaron al expediente las declaraciones de 20 capitanes que asistieron a la disertación en la Escuela Superior de Guerra. El expediente ya contaba con otros 21 testimonios de oficiales que reconstruyeron sus trabajos sobre las opiniones dadas por Bendini.
Al no tratarse de los textos originales, a los miembros de la comunidad judía les habían quedado dudas sobre la validez de esos testimonios. Los nuevos trabajos habrían terminado de despejar la incertidumbre.
De todas maneras, el Gobierno solamente difundió la semana última el dictamente absolutorio de la comisión investigadora. Los testimonios que figuran en el expediente quedaron fuera del alcance de la opinión pública y sólo pudieron ser observados por los referentes de la colectividad judía.




