
La postulación de Lamelas complica el equilibrio que el Gobierno busca entre Estados Unidos y China
Las declaraciones del postulante a embajador norteamericano generan preocupación en los gobernadores con inversiones chinas; Para Adorni, “se respetará la autonomía” provincial
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Con la Cancillería en estricto silencio, el gobierno de Javier Milei intenta preservar el equilibrio entre su relación privilegiada con Estados Unidos y la necesidad de conservar el vínculo con China.
Un equilibrio amenazado por las recientes declaraciones de Peter Lamelas, el candidato de Donald Trump como próximo embajador de Estados Unidos en el país, quien afirmó que, de superar el escollo del Senado de su país, peleará contra “la influencia maligna de potencias adversarias en la región, ya sean actores maliciosos o regímenes autoritarios como Cuba, Venezuela, Nicaragua, China, Irán y otros que buscan socavar los valores democráticos”. En el mismo sentido, Lamelas prometió “viajar a todas las provincias para tener una verdadera asociación con esos gobernadores y asegurarnos de eliminar la corrupción”. Es decir, para intentar frenar inversiones chinas.
“Las declaraciones corren por cuenta de quien lo dijo, no es embajador todavía”, dijo este jueves el portavoz presidencial Manuel Adorni, la primera voz oficial que se escucha luego de las declaraciones de Lamelas, que provocaron la ira de la oposición kirchnerista y la preocupación de buena parte de los gobernadores con inversiones chinas en el país.

“¿Cómo no vamos a defender la autonomía de las provincias? Es constitucional”, respondió Adorni en conferencia de prensa, en Casa Rosada. “Es la opinión de quien aparentemente será el nuevo embajador. Las discusiones que se puedan dar son bienvenidas, y se darán en ese tiempo”, acotó el portavoz, sin elogios hacia el candidato de Trump y como modo de atajarse de las críticas de los gobernadores kirchneristas Axel Kicillof (Buenos Aires), Ricardo Quintela (La Rioja) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego), legisladores y hasta de la expresidenta Cristina Kirchner. Ellos le reclamaron al Gobierno que rechace el plácet de Lamelas y no le permita cumplir sus funciones diplomáticas en el país, en caso de ser avalado por el Senado estadounidense. Un paso que el Gobierno, por el momento, no tiene intenciones de dar.
Los gobernadores con inversiones chinas (además de Santa Cruz con las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, están Neuquén, Jujuy y Catamarca, entre otras) miran el escenario con inquietud, pero prefieren ir con pies de plomo. “Las declaraciones afectan, pero todo cambiará cuando asuma”, evaluó uno de los mandatarios ante la consulta de este diario, que prefirió no contestarle públicamente al empresario y postulante a embajador de Trump.

Desde algunas oficinas del Gobierno -el jefe de gabinete Guillermo Francos tiene un diálogo periódico con el embajador chino, Wang Wei- intentaron enviar un mensaje conciliador, mientras desde el gobierno de Xi Jinping, en plena guerra comercial y arancelaria con Estados Unidos, se remitieron al comunicado de su embajada en Buenos Aires.
El martes por la noche, el portavoz de la embajada afirmó que las declaraciones de Lamelas “están plagadas de prejuicios ideológicos y de mentalidad de Guerra Fría basada en el juego de suma cero”. También defendió sus vínculos con las provincias argentinas, que se llevan adelante en base al “respeto mutuo, trato en pie de igualdad, beneficio mutuo y ganancia compartida, sin buscar esferas de influencia ni intereses geopolíticos”. Una respuesta inusualmente dura para el lenguaje diplomático habitual chino.
Las declaraciones de Lamelas llegan luego de renovados guiños del Gobierno hacia China, luego de meses de vínculo estancado y falta de certezas sobre el prometido viaje de Milei al gigante asiático. El anuncio de un acuerdo con la empresa Gezhouba para retomar, no antes de octubre, los trabajos en la represa Jorge Cepernic de Santa Cruz, fue uno de los indicios, y se complementó este lunes con la exención, vía Boletín Oficial, de visado en el ingreso al país para ciudadanos chinos que ya tengan visa de entrada a Estados Unidos.

“No es un problema tan grande, se puede manejar”, afirmó en off the récord una alta fuente del Gobierno, que mantiene abierta las puertas del diálogo con funcionarios y empresarios chinos. Muy crítico con Lamelas, Beijing mantiene abiertos sus lazos con el Gobierno, y espera respuesta a la invitación a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei para que visite la Expo/Impo de Shanghai, del 1 al 5 de noviembre próximo.
En lo que hace al vínculo con Estados Unidos, la discusión para alcanzar el ansiado acuerdo arancelario es, hoy por hoy, prioridad para la Cancillería que encabeza Gerardo Werthein, y también para el Presidente. “El acuerdo sigue a paso firme y va a llegar a buen término”, dijo Adorni, sin precisar fechas ni lugar de la eventual firma.
Nadie duda que mantener esa alianza es prioridad número uno, al igual que el vínculo con Israel, el otro aliado estratégico, por encima de otros vínculos bilaterales. Se escuchan, por tanto, voces críticas de otras embajadas, que hablan de “lentitud”, o en otros casos, de “parálisis” en los vínculos bilaterales.
La conducción de Werthein, apalancado en diplomáticos de carrera como Luis María Kreckler y ahora Fernando Brun, nuevo secretario de Relaciones Económicas Internacionales, tiene un estilo bien diferenciado del de su antecesora Diana Mondino, que confiaba en una primera línea con vínculos con Pro, como Marcelo Cima, Leopoldo Sahores y Mariano Vergara, todos fuera del Palacio San Martín desde hace meses.
Mientras el kirchnerismo pronostican que Lamelas “durará poco” en su cargo por este inicio confrontativo, la llegada de Lamelas no será inmediata. De hecho, la embajada de Estados Unidos en la Argentina anunció el lunes pasado que Heidi Gómez Rápalo asumió el cargo de encargada de negocios interina, por lo que estará al frente de la sede diplomática hasta que se formalice la llegada del nuevo embajador norteamericano. El eventual arribo de Lamelas promete traer nuevos capítulos, mientras el Gobierno sigue intentando sostener el precario equilibrio entre su alianza ideológica y política con Estados Unidos y su maridaje por conveniencia con China.





