Ley de jubilaciones: Javier Milei insiste con el veto total pese a los pedidos para que sea parcial
La Casa Rosada trabajó para que un grupo de senadores se opusiera a los artículos de la ley con mayor costo fiscal, pero luego el Presidente decidió vetar todo y confrontar al Congreso; el planteo para que los legisladores insistan con la recomposición por única vez
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Pese a que propios y ajenos recomendaron que el Presidente, en un acto de pragmatismo, dictamine un veto parcial sobre la ley que modifica la fórmula previsional para, así, saldar la cuestión con el Congreso con una “salida salomónica”, Javier Milei insiste con firmar un veto total a la norma que sancionó el Senado el jueves pasado. Al menos hasta este martes, el jefe de Estado no moderó la postura que explicitó en sus últimas entrevistas, donde se mostró dogmático con el cuidado del equilibrio fiscal.
El Poder Ejecutivo quiere mostrar firmeza frente a un parlamento que, en una de sus dos cámaras, ya exhibió una mayoría opositora de más de dos tercios. Ello pese a que en distintas conversaciones que hubo entre los bloques dialoguistas y los enviados del Gobierno, se charló la posibilidad de que Milei vetara solo los artículos con mayor costo fiscal a largo plazo y sostuviera aquel que le ofrece una recomposición a los jubilados de 8,1% por única vez para paliar la inflación de enero de este año. Con ese veto parcial se hubiera intentado persuadir a las Cámaras de que no revirtieran la voluntad presidencial. Es decir se hubiera habilitado una negociación para encontrar un punto de encuentro entre la Casa Rosada y los bloques dialoguistas que impidiera que el tema siga escalando a una eventual judicialización.
“No hay posibilidad de veto parcial. La vamos a vetar totalmente porque Milei dijo que el veto va a ser total”, señaló un importante ladero del jefe de Estado. Lo mismo repitieron distintos colaboradores de la Casa Rosada durante las últimas horas. Se habla de una “decisión política”, de sostener la palabra presidencial y de “dar un mensaje de fortaleza política” en medio de las derrotas legislativas.
Por estas horas, distintas áreas del Ejecutivo –Economía, Anses y la secretaría Legal y Técnica- trabajaban en los informes técnicos que tienen que servir de sustento para justificar el veto, que versará sobre el supuesto impacto fiscal de la ley sancionada por el Congreso y sobre el presunto incumplimiento la Ley Administración Financiera, que obliga a presentar fuentes de ahorro fiscal en caso de leyes que aumentan gastos.
Un importante colaborador de Balcarce 50 agregó que el mensaje más reciente que el Gobierno le transmitió a algunos interlocutores en el Congreso es que, si la intención de una parte de los legisladores es “salvar” únicamente el artículo que le otorga un 8,1% a los jubilados por única vez (producto de la alta inflación de enero), que entonces -luego del veto- los legisladores formulen un nuevo proyecto de ley únicamente con ese propósito. “Si lo que quieren es solo una recomposición, que hagan una ley solo con eso y lo vemos. Pero no esta locura que recalcula toda la fórmula de movilidad”, dijeron en la Casa Rosada.
Del pragmatismo al “todo o nada”
La decisión de ir por “todo o nada” que ahora plantea Milei –el mismo espíritu que primó en el verano cuando él decidió retirar la Ley Bases y empezar todo de cero- se impuso una vez sancionada la ley, el viernes pasado, cuando el Presidente hizo un raid mediático.
Pero, según diversas fuentes legislativas y del Gobierno, antes había existido otro plan. El vicejefe de Gabinete Ejecutivo, José Rolandi, -ayudado en los aspectos técnicos por la secretaria de Planeamiento Estratégico María Ibarzábal- fue el emisario de la Casa Rosada para intentar morigerar el impacto de la ley jubilaciones, que tenía holgadas mayorías en ambas Cámaras para ser sancionada. A sabiendas de que la sanción de la ley previsional era un hecho, Rolandi buscó que un grupo de senadores “amigables” (entre ellos, los de Pro) se opusieran, durante la votación en particular de la ley, a los artículos 2°, 4° y 10°. Es decir, los que tienen mayor impacto fiscal porque son los que atan la actualización de las jubilaciones al aumento de los salarios (siempre que crezcan por encima del Índice de Precios al Consumidor), ofrecen la “garantía del haber mínimo” y plantean la cancelación de todas las deudas previsionales con las provincias, respectivamente.
Hubo una veintena de senadores que, efectivamente, votaron en contra de esos tres artículos. Algunos de ellos, señalaron que lo hicieron como parte de un acuerdo con el Poder Ejecutivo. Ello permitiría que si Milei vetaba parcialmente la ley y el tema volvía a ser tratado en el Senado, esos legisladores pudieran aceptar dicha impugnación parcial sin entrar en contradicción con su voto original.
“¿Podíamos evitar que la ley saliera? No ¿Podíamos juntar una importante cantidad de votos negativos sobre los artículos que desfinanciaban y rompían el equilibrio fiscal? Sí. ¿Para que haríamos semejante tarea si no se evaluaba un veto parcial?”, se preguntó un senador en las últimas horas.
Aunque hubo colaboradores del Gobierno que trabajaron esa línea, ahora todos actúan como soldados que siguen la línea intransigente que bajó el Presidente.
Tras el sacudón que recibió la semana pasada en el Congreso, donde tuvo varias derrotas al hilo, la Casa Rosada comenzó a despabilarse y definió volver a poner a los cuadros políticos de mayor peso a “estar encima” de las cuestiones parlamentarias. “Los dos tercios en el Senado agitaron el fantasma, no solo de un eventual juicio político, que parece más difícil, sino del rechazo al mega DNU 70/2023″, reconoció un funcionario.
Cerca de Milei dan por hecho que la vicepresidenta, Victoria Villarruel, no trabajará acompasada con las necesidades de la Casa Rosada. “Ella nunca había jugado tan mal como esta vez”, dijo un colaborador de Balcarce 50. Luego de sancionada la Ley Bases, los cuadros más potentes del Gobierno, como Francos o Santiago Caputo, delegaron las tratativas parlamentarias en segundas líneas. Pero las derrotas sucesivas en el Congreso volvieron a poner a todos con la guardia en alto.
Saban que en los bloques de La Libertad Avanza hay un desorden descomunal, con legisladores que cuestionan a la cúpula libertaria, como la diputada Lourdes Arrieta o el senador Francisco Paoltroni. “Es preferible un voto menos que un lío nuevo cada día”, se lamentaba un colaborador oficial, a sabiendas que el oficialismo, que está en franca minoría numérica, quedará aún más diezmado cuando expulse a algunos de sus integrantes. “A nadie le importa lo que Paoltroni piensa de (Ariel) Lijo, el llegó ahí para levantar la mano”, agregó.
Este martes, Martín Menem, presidente de la Cámara baja, trajinó los pasillos de la Casa Rosada. Por la noche, Milei tenía previsto conectarse vía zoom con los diputados de su bloque para tratar de disciplinarlos.
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