López y De Sousa se refugian en sus hijos, y siguen la venta de Indalo desde la cárcel
Presos en Ezeiza y en Marcos Paz, se mostraban deprimidos en los días previos a su detención; reciben la visita de sus colaboradores de confianza
Cristóbal López tenía planeado pasar la Navidad en Miami con la modelo Ingrid Grudke. Ya tenía los pasajes comprados. Pero su millonaria deuda con la AFIP y los problemas económicos de su emporio lo dejaron tras las rejas antes de tiempo. Pasó la Nochebuena en el módulo 6 del penal de Ezeiza, cerca de otros detenidos por corrupción y lejos de su pareja, que anunció su separación por los medios.
Lejos quedaron para el dueño del Grupo Indalo sus visitas a la Casa Rosada o las caminatas desde su departamento hasta su oficina por los pasillos subterráneos de Puerto Madero, que le permitían trabajar en shorts y pasar desapercibido. López ahora comparte pabellón con el líder de la Uocra de La Plata, Juan Pablo "Pata" Medina, y con el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime en el módulo especial para los presos por corrupción.
El empresario quedó preso en la madrugada del 20 de diciembre. El juez federal Julián Ercolini ordenó su detención el día anterior, tras considerar que buscaba vender su holding e insolventarse de espaldas a la Justicia. Durante algunas horas, el paradero del empresario fue un misterio. La policía lo buscó sin suerte en Buenos Aires y en Rada Tilly, cerca de Comodoro Rivadavia. Finalmente, mediante su abogado, Carlos Beraldi, se entregó en el edificio Centinela de la Gendarmería.
Desde entonces, en Ezeiza lo visitan siempre que tienen permiso sus dos hijos, Emiliano y Nazareno. Grudke, en cambio, no lo visitó: "Yo soy Ingrid sola", dijo en el programa Intrusos. En Indalo, algunos creen que sólo buscó escapar al acoso mediático, pero que aún no cortó definitivamente con el empresario.
A unos 30 kilómetros, en el penal de Marcos Paz, está alojado su histórico socio, Fabián de Sousa. La detención fue un golpe muy bajo para este empresario de temperamento frágil y atraído por las luces de los medios.
"Mi destino es incierto", le repetía a sus allegados en los días previos a su detención, mientras trataba de ocuparse de las radios y los canales de televisión del grupo.
A pesar de esa recaída inicial, quienes visitaron a De Sousa esta semana aseguraron haberlo visto más repuesto. Recibió en el penal a sus dos hijos mayores en las visitas especiales programadas por Navidad y Año Nuevo, y esperaba a su novia, Julieta Camaño, madre de su hijo menor. El pasado jueves, según señalaron sus allegados a LA NACION, De Sousa recibió en Marcos Paz a su ladero más fiel, Alfredo "Chino" Rosales, quien siempre lo ayudó en sus negocios más sensibles. Ese asesor es su canal con el grupo empresario, cuyo futuro está a merced de lo que decida la Justicia.
Más parco y tímido, López también estuvo bajo de ánimo en los días previos a su detención. A diferencia de De Sousa, veía a los negocios en los medios de comunicación como una consecuencia no deseada. Quienes lo conocen aseguran que pasaba largas horas con su equipo de gimnasia mientras trataba de desprenderse de sus activos. No sólo del Grupo Indalo, que busca vender a OP Investment del financista Ignacio Rosner, sino también de Casino Club, su holding de juegos de azar.
Negocios a la distancia
Con sus popes presos, el Grupo Indalo vive complicaciones judiciales en tres frentes. Ercolini, que investiga a López y a De Sousa por haber evadido $ 8000 millones en impuestos al combustible, ordenó la inhibición de los bienes de los procesados. Los empresarios negociaron la venta del holding con Rosner, pero la venta no pudo perfeccionarse por la medida judicial.
Esta semana, Ercolini dio señales de que podría levantar la inhibición porque permitió que los veedores judiciales de Indalo evalúen la propuesta de Rosner para pagar las deudas millonarias con el Estado.
Por cuerda separada, la Sala D de la Cámara Comercial avaló el comienzo del concurso preventivo de Oil Combustibles SA.
Sin embargo, el viernes hubo una luz roja. Marcelo Tinelli, quien reclama una deuda por la venta de Ideas del Sur, pidió una medida cautelar para que Indalo no pueda cambiar de dueños y la Sala F de la Cámara Comercial le dio la razón. López y De Sousa desconfían de la jugada de Tinelli. "Está presionando porque no quiere entrar en el concurso y quiere negociar por afuera", comentaban ayer en Indalo.
Mientras Beraldi comenzó sus vacaciones, quienes manejan la venta de Indalo son los abogados del holding.
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