El presente de María Eugenia Vidal, entre apariciones limitadas y "sugestivos" silencios políticos
Sus manos, armando una vianda con fideos y verduras, se ven nítidas en una foto que ella subió ayer en Instagram, junto con el pedido de apoyo al trabajo del padre Lorenzo "Toto" De Vedia en la villa 21. "Hoy es mucha la gente que necesita una mano, un plato caliente. Y cada vez hay más formas de ayudar", posteó María Eugenia Vidal, la exgobernadora bonaerense, que por estos días participa con un bajísimo perfil de las reuniones políticas de Juntos por el Cambio y evita fijar posición en el debate bonaerense, decisión que –dicen en su entorno– piensa sostener al menos hasta que la pandemia comience a ceder, para alejar cualquier sospecha de "obstrucción" hacia la gestión de Axel Kicillof.
En los últimos tiempos, Vidal mantuvo dos vías "controladas" de exposición: sus clases virtuales en dos universidades y los Zoom con empresas (fuentes de ingresos en tiempos de pandemia), como el que hoy ofrecerá en un congreso organizado por el Instituto Argentino De Ejecutivos De Finanzas ( IAEF). Pero en últimas reuniones de la cúpula de Juntos por el Cambio combinó alguna inasistencia con silencios que en la interna partidaria leyeron como sugestivos. Hasta ahora nada dijo públicamente sobre la reforma judicial y tampoco se involucró en el duro intercambio entre Mauricio Macri y Alberto Fernández.
"Hace ocho meses que está callada y su vínculo con la gente está intacto", afirmó uno de los integrantes de la mesa política de la exgobernadora, de la que participan exministros como Federico Salvai, los intendentes bonaerenses de Pro Jorge Macri y Néstor Grindetti, el diputado nacional Cristian Ritondo y legisladores bonaerenses como Maximiliano Abad (UCR) y Alex Campbell (Pro).
"Ella está con ganas de salir a pelear, a veces extraña un poco eso, pero también entiende que perdió la elección, que hay otro gobierno. La gente valora mucho que esté tranquila ayudando en un momento muy difícil del país y de la provincia", dijo otro incondicional, que subraya la buena imagen de Vidal que reflejan encuestas recientes
Dijeron en su entorno que a Vidal le preocupa la reforma judicial. "Es una reforma que le interesa a la política y no a la gente, no es tiempo para impulsarla", comentó uno de sus dirigentes más cercanos, en línea con la postura que Horacio Rodríguez Larreta tomó el lunes en relación con el proyecto del Gobierno.
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"Lo dijo Horacio: ella y él son uno", graficó un allegado para definir la actualidad del vínculo político de dos décadas entre el jefe de gobierno porteño y la exgobernadora. En línea con el pensamiento de Larreta, y siempre según allegados, Vidal manifestó que "hay más diferencias de forma que de fondo" con los "halcones" de Juntos por el Cambio, y que para ganar en 2021 y 2023 hacen falta todos. Más allá de la vocación por la unidad, Vidal tiene su "corazoncito" cerca de Abad, que disputará la conducción de la UCR bonaerense en octubre, contra el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. "No se va a meter, pero claramente lo prefiere. El Gobierno quiere que gane Posse", deslizan cerca de la gobernadora.
¿Y las críticas que, a diario, le hacen ministros del gobierno de Kicillof? "No se va a poner a contestar, hay que acompañar la gestión y ayudar a la gobernabilidad. Apoyamos casi todas las iniciativas legislativas del oficialismo. Salvo alguna excepción, todos ponemos la otra mejilla", ironizó un colaborador en relación con la actitud de Vidal y sus referentes legislativos en lo que va de la pandemia.
En la intimidad, Vidal coincide con el análisis de su mesa chica, que ve un gobierno "con mucha improvisación y haciendo fulbito para la tribuna, con falta de coordinación entre las distintas áreas", según lo describe una persona de su confianza. Además, se manifiesta "muy preocupada" por el escenario económico y social, que surge de manera recurrente en sus diálogos con los hombres de empresa.
"No hay tercera vía ni riesgos de rupturas de las dos fuerzas principales antes de 2021. El que rompe hace que el otro gane", dijo en una de ellas, hace dos semanas. "Es necesaria la cooperación con la oposición, gane quien gane para gobernar y hacer las transformaciones. Si el oficialismo no toma ese camino hay dos sendas posibles: la postergación de los problemas o la radicalización", afirmó además en esa charla, unos días antes del intercambio verbal entre el presidente Alberto Fernández y Mauricio Macri, cuya respuesta fue considerada "acorde" por dirigentes cercanos a Vidal.
Con más tiempo para sus hijos -las semanas en las que le toca estar con ellos cocinan juntos y comparten actividades- y el disfrute de películas "en simultáneo" con su pareja, Enrique Sacco, (cada uno desde su casa, al mismo tiempo), Vidal siente que su tiempo de "desintoxicación" de la política después de años de vorágine le hizo bien. Está allí, en silencio público y con trajín privado, preparándose para el regreso.
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