Más decomisos, pero también más cocinas y narcomenudeo
En los últimos tiempos se descubrieron laboratorios capaces de elaborar media tonelada de cocaína por mes; las guerras entre bandas multiplicaron los homicidios
La Argentina no es un país productor de droga, es la posición que, tras la polémica entre el ministro de Defensa, Agustín Rossi, y el secretario de Seguridad Interior, Sergio Berni, asumió el Gobierno. La cantidad de laboratorios de elaboración de cocaína desarticulados, que crece exponencialmente año tras año, pone en crisis esa afirmación. En octubre pasado se descubrió uno, en Rosario, con capacidad para elaborar media tonelada de cocaína al mes.
La exportación de drogas a Europa y Estados Unidos es el principal problema argentino según el Departamento de Estado norteamericano, que en enero le señaló al gobernador santafecino, Antonio Bonfatti, que el centro de nuestro país era el "núcleo duro" del tráfico de estupefacientes. Pero es el narcomenudeo, cuyo volumen, según las autoridades norteamericanas, no supera el 5% del total de droga circulante en el país, el que desangra a la Argentina con guerras territoriales, sicariato y homicidios.
La situación de Rosario y sus localidades satélites es, hoy, la que representa cabalmente ese sesgo violento y trágico: 68 asesinatos en 64 días en lo que va del año; más de un crimen por día, la gran mayoría producto de ajustes de cuentas, presumiblemente venganzas vinculadas a las guerras entre bandas narcos por el control del negocio. Los "soldaditos" y sicarios de bandas como Los Monos, de Rosario, o "Los angelitos de la Yaqui", en Mendoza, se convirtieron en temibles nombres propios que desnudan el drama de la violencia narco.
De enero a septiembre de 2013, la Gendarmería secuestró 52 toneladas de marihuana; en todo el año anterior habían sido 50. Y según cálculos preliminares, se decomisaron más de seis toneladas de cocaína.
Según documentación oficial, desde mediados de 2011 fueron detectados más de 800 tránsitos aéreos irregulares (TAI) en el norte argentino, y la Gendarmería, con sus propias investigaciones, determinó 242 lugares en los que aterrizó al menos un vuelo narco. Se estima que más de 120 toneladas de droga ingresaron por aire.
Ante el avance del tráfico ilícito y del narcomenudeo, el Gobierno apuesta a provincializar el combate contra las drogas. En el mayor estado del país, Buenos Aires, la desfederalización de la lucha antinarcóticos derivó en cifras récord de decomisos de marihuana (más de 12 toneladas durante 2013).
Pero también, correspondientemente, se duplicó el número de causas penales abiertas en esa provincia. Según un informe de la Procuración General bonaerense pedido por LA NACION, se pasó de 14.000 investigaciones en 2006 a casi 29.000 en 2013. Según ese registro, en 2013 se secuestraron en territorio bonaerense, sólo en cuanto a casos de venta al menudeo, unos 4200 kilos de drogas, entre marihuana y cocaína.
El aumento de las investigaciones choca con la falta de recursos humanos y medios para encaminarlas a buen término, cuando precisamente el éxito judicial debería derivar en golpes contra las organizaciones encargadas del tráfico. En la actualidad hay más de 2000 intervenciones en curso por parte de fuerzas federales, por orden de juzgados, relacionadas con la persecución de bandas importantes.
La cocaína (por la letalidad asociada a sus derivados o desechos, como el paco, tanto por el consumo directo como por la violencia que desatan sus usuarios para comprarlo) y la marihuana son las principales drogas. El control de su circulación y comercialización es el origen de las sangrientas peleas entre bandas.
Pero detrás de esas sustancias vienen creciendo la producción y la venta de drogas sintéticas, como el éxtasis y la metanfetamina (detrás de la cual se escondía el tráfico de efedrina para los carteles mexicanos con lazos locales que derivó en el triple crimen de General Rodríguez).
La policía bonaerense desarticuló en enero pasado un laboratorio de éxtasis en Mar de Ajó capaz de producir 600.000 pastillas, el doble de lo incautado por la Aduana en Ezeiza desde 2004 y doce veces más que las 50.000 incautadas en la provincia durante 2013. En septiembre pasado, la Policía Federal descubrió un laboratorio instalado en Viamonte al 800, en el microcentro, con capacidad de producir 100.000 dosis de éxtasis.
"La droga está en la calle", dijo Molina
"Es una realidad que los pibes se falopean, chupan como esponjas y las «previas» los revientan." Sin eufemismos, el padre Juan Carlos Molina, titular de la Sedronar, hizo un descarnado relato de lo que ocurre hoy en la sociedad con el consumo de estupefacientes y alcohol.
Tras el llamado que realizó el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, "a los otros poderes del Estado" para que la lucha contra el narcotráfico sea una prioridad, Molina dijo: "Es una realidad que la droga está en la calle", dijo el cura, especialista en asistencia de consumidores.
"Tenemos que estar metidos, previniendo, haciéndole entender a la familia que también es su responsabilidad sacar al chico de esa situación", dijo el funcionario sobre la tarea que se debe realizar desde el Estado.