Nicolás Del Caño: "Vamos a pegar un salto; somos la renovación"
El joven diputado del PTS disputará la candidatura presidencial con Altamira y confía en la buena elección de Mendoza
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Un turista desprevenido puede haberse cruzado con Nicolás del Caño en Mendoza mientras vendía corbatas en la calle, también como empleado de una bodega o detrás del teléfono en el call-center. Todos los trabajos que tuvo hasta 2011, dos años antes de convertirse en diputado nacional por el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT).
Del Caño, 35 años, revolucionó la izquierda mendocina hasta llevarla, en las últimas elecciones municipales de la capital provincial, al segundo lugar, por encima del Frente para la Victoria.
Este dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) tendrá el 9 de agosto el gran desafío: desplazar a los viejos referentes de la izquierda para que el trotskismo respire aires de renovación. Del Caño enfrentará por la candidatura presidencial al mítico Jorge Altamira (Partido Obrero), que lo duplica en edad.
Aunque la campaña es vendaval mediático, Del Caño se perturba ocasionalmente en su despacho del Congreso. Ceba mate para todos. Le convida uno a este cronista, que le saca la primera sonrisa cuando le pregunta por la visita de Daniel Scioli a Cuba.
-¿Por qué le causa gracia?
[Se pone serio] -No me sorprende porque el kirchnerismo tiene una gran hipocresía. Tener a [César] Milani como jefe del Ejército y defenderlo como lo defendieron... Ahora quieren hacernos creer que Scioli es progresista. Es asombrosa la capacidad del kirchnerismo de travestir a ciertos personajes. Hace 15 días, Scioli dijo en La Rioja que tenía un gran cariño por [Carlos] Menem. Reconoció que era su padrino político. Y ahora viaja a Cuba.
-¿Es igual para la Argentina que ganara Scioli, Macri o Massa?
-Hay matices, obviamente. Pero para el pueblo trabajador es lo mismo. El establishment estaría contento con Macri, pero también con Scioli. Hay un elemento clave: ambos tienen el apoyo de la burocracia sindical, que va a contener las protestas cuando apliquen el plan de ajuste. Las políticas de fondo no se modifican.
-¿Por qué una fuerza minoritaria, como el FIT, no puede tener una fórmula de unidad?
-Planteamos una lista unitaria, pero el Partido Obrero la rechazó. Es un grave error de los compañeros no ver que hay nuevas camadas de dirigentes que han conquistado apoyos superiores en distintas provincias a los dirigentes tradicionales. Queremos renovar la izquierda.
-¿Está capacitada una persona de 35 años para ser presidente?
-Sí, porque no es una cuestión de edad. Tenemos la experiencia de años de militancia. Nos apoyamos en miles de compañeros para llegar a implementar una democracia directa de los trabajadores.
-¿Por qué lo eligieron como líder de esta renovación?
-Soy un dirigente joven de la izquierda trotskista que se caracteriza por haber hecho un trabajo paciente, en momentos en que el FIT tenía poco reconocimiento electoral. En los años 90 ser de izquierda era ser medio tonto.
-¿Va a debatir con Altamira?
-Justamente esperamos que los compañeros del Partido Obrero respondan nuestra propuesta antes del 9 de agosto. Ellos creen que el debate de la izquierda tiene que darse en pequeños círculos, pero se equivocan. Creemos que tiene que ser un debate para nuestro millón y pico de votantes.
-Después de la buena elección del FIT en 2013 (sacó el 6% de los votos), ¿cuál es el objetivo del FIT para estos comicios?
-Vamos a pegar un nuevo salto como fuerza política. Un indicio es lo que ya sucedió en distintas provincias. Podemos superar los 1.200.000 votos que conseguimos en 2013. Queremos llevar la renovación, que tan buenos resultados nos dio, por ejemplo, en Mendoza, a todo el país.
-¿Cuáles serían sus primeras medidas?
-Implementar un plan de emergencia con un aumento de salario, poner fin a la flexibilización laboral, poner en marcha un plan de vivienda, impuestos progresivos a las grandes fortunas, a las mineras, a las petroleras, la nacionalización de la banca y el comercio exterior. Un plan hacia el gobierno de los trabajadores.





