¿Pudo ser un accidente el daño al resonador del Posadas?
Expertos consultados por LA NACION analizaron el caso; desde Nuevo Encuentro aseguran que se trató de un "error humano"; cuánto costó comprar el equipo y cuánto sale arreglarlo
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El resonador nuclear magnético del Hospital Posadas dañado ayer fue adquirido por una licitación nacional hace tres años. Cuesta 800 mil dólares y es uno de los de mayor envergadura disponibles en el mercado. Arreglar los desperfectos que causó la silla de ruedas al encastrarse en el aparato –presuntamente por un sabotaje- puede costar 30 mil dólares. Se encuentra en funcionamiento a modo de prueba por 48 horas.
En el mercado son las grandes marcas las que producen y comercializan los resonadores: Siemens, Hitachi y General Electric. El equipo del hospital Posadas es de Philips, un modelo Achieva 3T según consta en el sitio de contrataciones estatales Argentina Compra. Las 3T se refieren al "teslaje". El tesla es la unidad de fuerza magnética con la que se mide el poder de los imanes, principales componentes de los resonadores.
Así lo explicaron a LA NACION una técnica en resonancia magnética con amplia experiencia y un ingeniero electromecánico especialista en resonadores y tomógrafos computados. Ambos trabajan en el sector privado. La primera consideró que es muy improbable que haya sido un accidente. El segundo, en cambio, dijo que es perfectamente posible dada la fuerza del aparato. El caso es investigado en la Justicia.
"Si ves la imagen, la camilla está fuera del gantry, que es la circunferencia que rodea la silla de ruedas. El metal tiene que estar muy cerca para que lo absorba. Evidentemente fue a propósito. Cualquiera que trabaje como técnico en imágenes sabe que no se pueden acercar metales ni nada que sea magnético. Si no, basta con ver los carteles de advertencia que están por todos lados", opinó la técnica.

Según aseguró, se toman extremas precauciones antes del uso de los resonadores. Hasta se tiene en cuenta la posibilidad de que los pacientes presenten esquirlas de bala por debajo de la piel, que podrían moverse y herir los tejidos.
Desde Nuevo Encuentro sostuvieron en diálogo con LA NACION que la teoría de los directivos del hospital Posadas de que el daño al tomógrafo fue un boicot es "una atrocidad brutal". Y aseguraron que se trató de "un accidente": "Un médico residente entró con un paciente en silla de ruedas en la tarde del viernes y dejó el equipo de resonancia encendido por error cuando ingresó la silla", argumentaron.
La experta en resonancias aseguró a LA NACION que "no puede haber un error". "Es imposible. Cuando ingresa un paciente en una silla de ruedas en la zona del resonador, se puede poner la silla hasta cierta distancia. Para que el imán la atraiga, prácticamente hay que meter la silla en la camilla", dijo la experta.
Sin embargo, a diferencia de la técnica, el ingeniero opinó que existe la posibilidad de un error: "Si entraron con la silla sin prestar atención a que era ferromagnética, puede pasar. La fuerza magnética de un equipo de 3T es muy elevada", sostuvo.
Basado en las imágenes del resonador que trascendieron luego de la incrustación de la silla de ruedas, aseguró que se trata de daños de baja gravedad. Aunque señaló que remover la silla de ruedas correctamente –para evitar un daño mayor- y realizar los procedimientos de monitoreo correspondientes antes de utilizar el aparato con un paciente puede costar 30 mil dólares.
En conferencia de prensa desde la Casa Rosada, el gobierno nacional informó hoy que el Gobierno presentó una denuncia en la Justicia e inició un sumario administrativo en el centro médico. "Nos da la impresión de que es muy difícil que esto sea un accidente. En el caso mas leve es una negligencia muy grave", sostuvo el director del hospital, Alberto Díaz Legaspe. Pero admitió que la Justicia deberá dirimir si fue intencional o no.
RESONADOR Y TOMÓGRAFO
En principio trascendió que el aparato dañado en el Posadas era un tomógrafo, pero finalmente se confirmó que era un resonador. La diferencia es que los tomógrafos trabajan con rayos X y los resonadores utilizan imanes.
Los tomógrafos generalmente sirven para evaluar órganos, huesos. Se usan para estudios de abdomen, de cerebro, para traumatismos y para evaluar accidentes cerebrovasculares, entre otras funciones.
Los resonadores utilizan tecnologías más complejas. Se aplican a partes blandas como ligamentos y músculos. Su acción es menos invasiva que la de un tomógrafo porque no se trabaja con radiación sino con ecos de radiofrecuencia.




