Puesto chileno en los hielos
Anuncio: tras una operación en la zona, la Fuerza Aérea de Chile informó que construirá una instalación permanente en los hielos continentales.
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PUERTO MONTT.- La próxima construcción de una base permanente en Campo de Hielo Sur, para facilitar el entrenamiento de las tripulaciones antárticas de su institución, anunció aquí el comandante de la Fuerza Aérea de Chile, general del aire Fernando Rojas Vender, al evaluar los resultados de la operación "Hielo Azul II", que durante diez días congregó a medios humanos y técnicos en esa alejada región.
Aclaró el alto oficial que no se trata de destinar a un grupo de personas en esa zona, ubicada al sur de la región de Aisén, sino de construir un refugio capaz de albergar a ocho o diez efectivos y los equipos necesarios para el desarrollo de operaciones específicas, similares a "Hielo Azul", ideadas para perfeccionar a las tripulaciones que, con posterioridad, trabajarán en el territorio antártico de nuestro país.
La base aérea será levantada en octubre de 1997 y los estudios para ubicar el emplazamiento definitivo ya comenzaron. De hecho, en "Hielo Azul II" intervinieron dos arquitectos especialistas en construcciones sobre superficies heladas, Libertad Burgos y Marcia Pupín, quienes sugerirán al comandante en jefe la mejor opción para levantar el refugio. El general Rojas comentó que, probablemente, éste se ubicará en las cercanías del Cerro Gorra Blanca, en donde la FACh ha desarrollado sus operaciones de este año.
Consultado por los resultados de la segunda expedición a Campo de Hielo Sur, afirmó sentirse satisfecho del rendimiento alcanzado por los pilotos y comandos tras diez días de intenso trabajo, puntualizando que "hemos hecho soberanía". Destacó que en total se cumplieron 35 horas de vuelo de instrucción para los pilotos que, a partir del próximo mes, participarán en la operación "Aurora Austral", que incluye vuelos en el Polo Sur.
Rojas Vender adelantó que en la nueva versión de "Aurora Austral" los pilotos FACh cruzarán, por primera vez, todo el continente antártico, desde la zona chilena hasta la base McMurdo, de Estados Unidos, frente a las costas de Australia. Dicha misión será cumplida en distintas etapas, por aviones Twin Otter y Hércules ju> C-130 de la IV Brigada Aérea, con asiento en Punta Arenas.
La Fuerza Aérea inició sus actividades en Campo de Hielo en enero último, cuando dos aviones Twin Otter y dos helicópteros ju UH-1H volaron durenate tres días en esa zona, tres mil kilómetros al sur de Santiago. Además, comandos del regimiento de Artillería Antiaérea de Colina habilitaron una pista de aterrizaje sobre los hielos eternos.
Nueve meses más tarde la FACh acaba de concluir la segunda versión de "Hielo Azul", operando en esta oportunidad durante diez días, aunque siempre con su base principal en Villa O`Higgins, el poblado chileno más cercano a la zona. Campo de Hielo Sur -el último y más importante conflicto de demarcación limítrofe que estaban pendientes entre Chile y la Argentina- ocupa unos 12.500 kilómetros cuadrados de superficie entre las regiones de Aisén y Magallanes.
El comandante en jefe de la FACh hizo estas declaraciones al término de la ceremonia de inauguración del nuevo sistema radar del aeropuerto El Tepual de esta ciudad, capaz de controlar, con mayor grado de seguridad, el tráfico aéreo entre las regiones IX y XI.
El equipo, comprado por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) a un costo de U$S 5 millones, cubre un radio de 500 millones (464 kilómetros), sea, desde Los Angeles (VIII Región) a Puerto Aguirre (XI) y reemplaza al método manual de aproximación que utilizaban hasta ahora los pilotos.
Destacó que el nuevo equipo forma parte del plan de radarización programado por la DGAC para todo el país en los próximos dos años, que contempla una inversión total de US$ 30 millones.
Maniobras para pensar con frialdad
Lo peor que puede pasar con el litigio de los hielos es que se transforme en una buena excusa para demostraciones de fuerza militares por parte de cualquier de los dos países.
Esto es lo que, inevitablemente, preocupa a gobernantes y políticos de la Argentina y Chile que saben hasta qué punto las cuestiones limítrofes suelen ser utilizadas para agitar fibras sensibles y entorpecer, de paso, las buenas relaciones bilaterales que se han fortalecido enormemente desde el retorno de la democracia a ambos lados de la cordillera.
Lo mejor que puede pasar, en cambio, es que no se mezclen las cosas.
Un litigio por demarcación no es un motivo de maniobras militares. Y, en ese aspecto, la decisión militar de efectuar tareas al borde de la zona en litigio -pero en territorio incuestionablemente chileno de los hielos, cerca del glaciar Gorra Blanca, al norte de la región del acuerdo Menem-Aylwin- no cae muy cómoda ni a un gobierno ni a otro.
Salvo que se utilizara como demostración de que más vale ratificar velozmente el acuerdo Menem-Aylwin para aventar una carrerra de maniobras militares.
Más de un observador podría concluir, en tal caso, que desde Chile se trata de apresurar esa ratificación que parte al principal territorio de hielos argentinos por la mitad.
Si así fuera, quienes discrepan con el acuerdo Menem-Aylwin y su línea poligonal, sostienen que es más evidente que nunca que la razón geográfica favorece a la Argentina y que convendría actuar, al analizar el tema, con una mente tan fría como esa pampa blanca.





