Roberto Lavagna. Lejos en las previsiones, listo para sorprender
El precandidato presidencial de Consenso Federal, Roberto Lavagna, tiene la secreta esperanza de hacer una mejor elección de lo que pronostican las encuestas, que le atribuyen un 10%. Así, buscará producir un triunfo psicológico y quedar como la sorpresa de las PASO. Sabe que está lejos de los dos primeros, pero quiere demostrar futuro político para su fuerza.
Para eso, el exministro de Economía tiene altas expectativas: de mínima, dejar una fuerza política con 12 o 15 diputados en el Congreso y con varias figuras jóvenes con proyección política.
Si se cumple su sueño de generar una sorpresa, Lavagna comenzará la campaña real mañana, luego de las primarias, para provocar un efecto contagio que le permita crecer en las elecciones generales del 27 de octubre, que es cuando se eligen los cargos.
El exministro sintió el impacto del final de campaña y también puso en juego su tranquilidad del retiro y de la familia, a los 77 años.
En lo político, el exministro no arriesga mucho: desde el llano no tenía participación alguna en el escenario, más que como asesor económico del jefe del Frente Renovador, Sergio Massa, quien ahora saltó al kirchnerismo. Puede ganar mucho y perder poco.
Sabe que su éxito o fracaso estará vinculado con las expectativas previas sobre su candidatura, que son bastante bajas. Nadie le exigirá, en las actuales condiciones, que obtenga un número significativo. Si apenas pasa esa vara, podrá celebrar. Su intención es construir una fuerza electoral que contenga a varios jóvenes dirigentes con rodaje, pero que buscan espacio para crecer: el diputado Marco Lavagna, su hijo, y otros candidatos, como Eduardo "Bali" Bucca, Matías Tombolini, Alejandro "Topo" Rodríguez, Maia Volcovinsky y Carlos Hourbeight, entre otros.
El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, su candidato a vicepresidente, puede permanecer en esa estructura o buscar nuevos horizontes. El porvenir de todos dependerá de futuras alianzas.
El nuevo bloque de diputados lavagnista podría ser liderado por la diputada Graciela Camaño, aunque ella por ahora lo niega. "A su edad, Lavagna no pone nada en juego. En todo caso, es la última oportunidad que tiene la Argentina de optar por un hombre que se capacitó para ser presidente, de manera generosa, frente a oportunistas", dijo un allegado.
"Es Lavagna el que nos está ofreciendo a los argentinos entregarnos el último tramo de su vida para rescatarnos del estancamiento económico y la división cívica, y ponernos en el camino de la prosperidad", agregó la fuente.
"Arriesgó su tranquilidad y su retiro, estaba retirado de la política, alejado de los medios y de la política. Volvió a la exposición porque le daba mucha bronca la situación por la que atraviesa la economía después de haber hecho el esfuerzo de la recuperación de la economía en 2002-2006. No tiene nada por perder. Volvió del retiro e hizo una patriada", repasó un amigo de Lavagna.