Coronavirus en la Argentina: María Eugenia Vidal, entre el saludo de dirigentes y su cambio de hábitos luego del test positivo
Llevaban un año sin hablarse, desde aquella reunión de cierre de listas que terminó en diferencias, portazo y distancia permanente. El viernes pasado, María Eugenia Vidal y Emilio Monzó volvieron a encontrarse, con Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau como intermediarios, sin saber que horas después la ex gobernadora bonaerense daría positivo en el test de coronavirus y ello obligaría al resto de los asistentes a ese cónclave del Pro "dialoguista" a realizarse los hisopados correspondientes.
"Ella está bien, tranquila", afirmó a LA NACION un colaborador de la exmandataria que pasó la noche casi sin dormir, al tanto del mensaje que Vidal envió, vías redes sociales, en la medianoche del miércoles. "Quiero contarles que hace un par de horas me confirmaron el diagnóstico de Covid-19 positivo. Agradezco a todos los que me escriben con preocupación. Estoy bien, cumpliendo con el aislamiento y las indicaciones médicas correspondientes. Cuídense y cuiden a sus familias", escribió la ex gobernadora, antes de llamarse a silencio.
"Por lo pronto tiene que quedarse aislada. Mientras no tenga fiebre, podrá conversar telefónicamente, pero desde ya que no va a poder salir", expresaron cerca de la exgobernadora, de 46 años, que cumplirá con el aislamiento obligatorio sola en su departamento céntrico, el mismo al que, semana de por medio, también llegan los tres hijos en común con su exmarido, Ramiro Tagliaferro. Hasta allí llegaron incluso algunas cámaras, que cumplieron una infructuosa guardia en la puerta del edificio durante la jornada. Tuvo, como era de esperar, el teléfono "explotado" de mensajes de dirigentes cercanos, como Rodríguez Larreta, sus exministros Federico Salvai (que también se hizo un hisopado preventivo junto a su esposa, Carolina Stanley) y Cristian Ritondo, y la diputada radical Karina Banfi.
"Ella está muy bien, no sabe de quien se contagió", afirmó por lo bajo uno de los dirigentes que se comunicó con ella. "Faltaría algún mensaje de alguien del Gobierno, ¿no?", ironizaban a su lado, al caer la tarde.
En las últimas semanas, en coincidencia con las repetidas críticas que el oficialismo, y sobre todo el gobernador Axel Kicillof, había dirigido hacia su política sanitaria, Vidal subió su perfil.
El jueves pasado, por caso, estuvo reunida con el intendente de Vicente López, Jorge Macri, y su equipo de Desarrollo Social, repasando "los programas vinculados con lo social en el marco del Covid-19, en lo que se refiere a asistencia alimentaria, tercera edad y emergencia emocional". En su agenda de charlas recientes están dirigentes de Juntos por el Cambio y también algunos dirigentes hoy cercanos, como la titular del GEN, Margarita Stolbizer, que ve con expectativa el crecimiento del sector "moderado" de JxC, con la eventual incorporación de otros sectores.
Reconciliación
Su "reconciliación" con Monzó se dio en el contexto del incipiente armado "dialoguista" que tiene por objetivo vertebrar a ese sector para la dura batalla interna que, se prevé, se dará con el sector de los "halcones" de Juntos por el Cambio, en el que sobresalen los titulares partidarios, Patricia Bullrich (Pro) y Alfredo Cornejo (UCR), y que tiene como sostén silencioso pero permanente al ex presidente Mauricio Macri.
"Se habló de dialogar más, de moderación, de prudencia", contó a LA NACION un dirigente cercano a uno de los cuatro participantes de la reunión", en consonancia con el discurso que Vidal repite en las reuniones por Zoom con militantes de distintos rincones del país. "Horacio mandó con esa reunión un mensaje interno, y los demás que estuvieron también", afirmaron cerca de la exgobernadora.
La antecesora de Kicillof sostiene -según informaron cerca del expresidente- un canal de diálogo con Macri, que cumple la cuarentena en su flamante nuevo hogar, en Martínez. Aunque aún no fue citada, Vidal figura entre los dirigentes de Juntos por el Cambio que habrían sido "espiados" por la AFI, y tenía en el horizonte una visita al juzgado de Lomas de Zamora, a cargo del juez Federico Villena, a quien conoce por su tarea al frente de operativos antidroga en los años en lo que fue mandataria provincial.
"Estaba llevando una agenda muy amplia, la gran mayoría de las reuniones las hacía por zoom. Deberá frenar unos días", afirmaron cerca de la ex mandataria, que pasó la primera jornada de aislamiento de buen ánimo y con contactos políticos.
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