
Volvió a aumentar la ventaja de De la Rúa
Tras el repunte logrado por Duhalde la semana anterior, el último sondeo muestra que la diferencia entre el candidato de la Alianza y el del PJ subió ahora a 14 puntos; Cavallo bajó a 9
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Una nueva encuesta de Gallup en todo el país, hecha entre el viernes y el domingo últimos para La Nación , reveló que el candidato presidencial de la Alianza ha vuelto a sacar más ventajas en su favor.
Con el 44 por ciento de las intenciones de voto contra el 30 de su oponente por el justicialismo, el doctor Fernando de la Rúa se afirma como el próximo presidente de los argentinos, a horas de uno de los actos centrales de su campaña, esta noche, en Rosario.
Con el tono cauteloso que ha guiado su carrera política de casi cuarenta años, el jefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se atrevió sólo en los últimos días a afirmar públicamente que ganará los comicios, sin necesidad de segunda vuelta. Es lo que Gallup confirma.
El hilo de esperanza que había florecido para Duhalde con otra encuesta de Gallup, de hace una semana, cuando estableció que las distancias se habían acortado en siete puntos, se marchitó rápidamente, ayer, al conocerse que en una última medición, también de Gallup, De la Rúa avanzaba un punto y Duhalde retrocedía otro. También el tercer candidato, Domingo Cavallo, de Acción por la República, que viene corriendo a distancia considerable de los dos principales competidores, perdió, según Gallup, un punto, entre el domingo 10 y anteayer. "Somos los verdaderos descamisados", había informado recientemente, en gira proselitista, el ex ministro de Economía.
Las intenciones de voto por Cavallo son ahora del 9 por ciento.
Hay un 9 por ciento de indecisos y un 4 por ciento del electorado que anuncia la decisión de votar en blanco.
Según las estimaciones de Gallup, que reconocen un margen de error en su trabajo del 3,4 por ciento en más o en menos, la proyección de aquellas cifras prenunciaría un final con el 51 por ciento de los votos para De la Rúa, el 35 por ciento para Duhalde, el 10 por ciento para Cavallo y el 4 por ciento para los restantes candidatos.
Las encuestas de opinión pública han sido atacadas durante esta campaña electoral más que en el pasado, con olvido del reconocido profesionalismo de sus más importantes exponentes y de que los propios impugnantes acuden con habitualidad a sus servicios.
Gallup realizó a principios de mes un sondeo, por requerimiento del vicepresidente de la Nación y candidato a gobernador de Buenos Aires por el PJ, Carlos Ruckauf, que puso al descubierto una situación de empate en la provincia más importante del país.
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Los observadores coinciden en que la resolución de la gobernación de Buenos Aires por los próximos cuatro años genera en este final la mayor carga de suspenso.
Martín Oyuela, del equipo del gobernador Duhalde, dijo ayer a La Nación : "De estar perdiendo Ruckauf por seis o siete puntos, ahora estamos ligeramente arriba".
En la conducción de la Alianza se acepta que la situación se ha puesto difícil en Buenos Aires. En realidad, tal vez uno de los actos políticos más atrevidos de la campaña justicialista haya sido la actitud de Ruckauf de procurar interponer una cuña entre el voto radical y la diputada Graciela Fernández Meijide.
Ruckauf se dirigió a los radicales de la provincia para pedirles el voto.
Bajo el comando del doctor De la Rúa, los radicales comenzaron a moverse, como reacción, con verdadera firmeza en favor de Fernández Meijide. "Debe ser un triunfo integrador, que permita un mandato bien claro para el próximo presidente. Esta ola que empuja a De la Rúa debe darse en todas las provincias y pueblos, porque su naturaleza es ética y al cambio ético Graciela lo representa tan bien como De la Rúa", dijo anoche a La Nación el ingeniero Nicolás Gallo, acaso una de las figuras que mejor interpretan al candidato presidencial de la Alianza.
El punto crucial en Buenos Aires es saber si la ventaja que pueda sacar De la Rúa servirá para arrastrar exitosamente la candidatura de Fernández Meijide. Se conjetura que ésta se encuentra en dificultades entre el espectro ciudadano más de derecha que pueda acompañar al postulante presidencial de la Alianza.
Fernández Meijide se ha negado a discutir durante la campaña electoral la cuestión de la legalidad o no del aborto, punto en el cual ha centrado su embestida contra ella el doctor Ruckauf, decididamente colocado en la posición punitiva más estricta en la materia.
El Episcopado ha subrayado durante la campaña el tradicional pensamiento antiabortista de la Iglesia; y, aisladamente, algunos obispos han intentado que ese mensaje penetre más directamente aún en la batalla política que entra en la recta final.
Siempre un tema doloroso por lo que significa y por las diferentes causas sociales que lo promueven, los alcances de la cuestión del aborto son de extraordinaria significación en la sociedad argentina, según investigaciones de medios científicos: entre las cifras anuales de nacimientos y las de abortos habría una proximidad relativa alarmante. Mientras los nacimientos son anualmente 700.000, los abortos rondarían los 475.000, según cálculos surgidos de una fórmula aceptada por la Organización Mundial de la Salud.
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Cuando La Nación preguntó ayer, en medios duhaldistas, por qué el gobernador bonaerense, en lugar de dirigirse preferentemente a los independientes, ha enfatizado la condición peronista de su candidatura, la respuesta fue la que sigue: "Eso ha tenido que ver con la forma en que se han ido resolviendo las cuestiones internas del PJ. A los gobernadores, particularmente a los más importantes, apenas los pudimos reunir para el 17 de octubre".
Es decir que una vez más en esta campaña Duhalde estaría dando el handicap de las dificultades internas en su partido, que han perturbado su penetración en lo que parece ser el decisivo segmento de los independientes, cada vez más numeroso, para ganar las elecciones.
Menem se abstuvo de acompañar a Duhalde en la Plaza de Mayo, el sábado último. Optó por alejarse a Mar del Plata, con lo cual volvió a sangrar la herida del gobernador con el Presidente: "No es bueno para el peronismo que esté pensando en el 2003", se quejó Duhalde, sin disimular mucho la amargura.
Pero tanto De la Sota como Reutemann, dos de los políticos ascendentes en el justicialismo, se han acercado a Duhalde, en los últimos días, más de lo que estaban anteriormente.
Oyuela, vocero de Duhalde, hizo saber a La Nación que Reutemann les ha informado que las distancias entre De la Rúa y Duhalde se han reducido notoriamente en Santa Fe y que probablemente, aunque por poco, se gane la provincia. Se ignora si tales cálculos están fundados en trabajos de encuestadores profesionales.
"No hay nada de nuevo que merezca una atención del otro mundo, con excepción de la provincia de Buenos Aires", expresó a La Nación Julio Aurelio, encuestador oficial del PJ, con la picardía de un viejo lobo de mar.
Las cifras que Aurelio retacea divulgar no estarían dando nada muy diferente de los datos de Gallup. En sus papeles habría una fluctuación de entre 12 y 14 puntos en favor de De la Rúa. Aurelio coincide también en destacar el crecimiento que ha tenido en Buenos Aires la candidatura de Ruckauf.
Aurelio no ignora que el corte de boletas, que favorecería, supuestamente, a Ruckauf, es de realización compleja en Buenos Aires. Cada lista que el votante lleve o tome en el cuarto oscuro estará conformada por cinco partes.
Por ejemplo, los empadronados en Avellaneda están convocados para pronunciarse sobre candidatos a presidente y vicepresidente, a gobernador y vicegobernador, a diputado nacional, a senador provincial y, por si fuera poco, a intendente juntamente con concejales y consejeros escolares.
En suma: debe haber una determinación muy firme de excluir a uno o más candidatos en favor de otros para que tal fenómeno, no tan sencillo de gestar, pueda llevarse a cabo en magnitudes verdaderamente importantes.
A sólo cinco días de la consulta general, los temas prioritarios para la opinión pública siguen siendo encabezados por el desempleo, con el 41 por ciento de menciones, y la seguridad, con el 17 por ciento. Les siguen la pobreza (13 por ciento), la educación (10 por ciento), la corrupción (9 por ciento) y la estabilidad (5 por ciento).
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Como idea de lo que ha sedimentado con rasgo definitorio de esta gran temporada política, puede decirse que nada supera en trascendencia a la jerarquía que ha tomado el concepto de moderación. Naturalmente, es algo que está lejos de conformar a quienes asisten a una confrontación política como quien concurre a un estadio de boxeo con ansias de ver un knock-out.
Con los resultados del domingo próximo se sabrá fehacientemente si ha acertado Fernández Meijide en sus denuncias de mafias y narcotráfico como tiro disparado hacia las trincheras adversarias o si, por el contrario, ha acertado Ruckauf, cuando decidió cerrar sus intervenciones proselitistas con un llamado al voto independiente y anunciar que, si triunfa, gobernará con los mejores, sin distinción de partidos, de acuerdo con lo que comentó anoche a este diario.
La moderación ha empinado a figuras como el gobernador Reutemann a una de las posiciones de mayor expectativa política. Ha sido, también, el eje de la cruzada política del doctor De la Rúa.
Más adelante se conocerán algunos secretos sobre la metodología seguida para la promoción de las candidaturas que se proyectan con mejores perspectivas. En el caso de De la Rúa, hay un juramento de silencio, hasta después del domingo, en el grupo de cinco especialistas que, encabezados por David Ratto y Ramiro Agulla, ordenaron su ajetreo publicitario.
Pero se sabe que Ratto y Agulla partieron con el objetivo de transmitir esencialmente quién es el candidato presidencial de la Alianza y de tomar de frente sus vulnerabilidades aparentes: que duda, que es aburrido... Piensan que De la Rúa ha superado, como hombre, la barrera de la introspección.
Las encuestas están afirmando la serenidad de estos publicistas cuya vitalidad e imaginación, en el caso de Agulla, y experiencia, en el de Ratto, mal podían haber pasado por alto un viejo precepto del oficio al comienzo del excitante trabajo político en el que se embarcaban: "Cuanto mejor es la campaña de un mal producto, más rápidamente ese producto fracasa".

