IRSA vendió el edificio ubicado en Bouchard 710 por US$87,2 millones

En un contexto en el que el avance del home office abre un manto de dudas sobre la futura ocupación de los pisos corporativos, el grupo IRSA que preside Eduardo Elsztain vendió la torre de oficinas ubicada en Bouchard 710 por US$87,2 millones y por la que había pagado US$27,2 millones en junio de 2005. Si bien no trascendió el nombre del comprador, se trataría de una empresa americana.

El edificio de 13 pisos, hoy identificado por el cartel de Samsung alberga las oficinas de empresas como Microsoft y KPMG entre otras y sus pisos se alquilan a un promedio de US$32/m2 mensuales. Un dato no menor, sólo tiene una planta vacía .

El edificio fue remodelado en agosto de 2000 bajo un proyecto del estudio de Mario Roberto Álvarez y Asociados. En noviembre del mismo año, Microsoft alquiló el 25% del edificio, que finalmente se inauguró en febrero de 2001. A comienzos de 2011 y luego de 10 años, el logo de Microsoft fue retirado de la fachada del edificio y reemplazado por el de la compañía Samsung.

IRSA es uno de los pocos grupos empresarios del país que está tomando decisiones en plena cuarentena. Hace un par de semanas atrás, vendió a la desarrolladora Portland el terreno que tenía Caballito y en el que planeaba, desde hace años, la construcción de un shopping que no pude ejecutar por la oposición de los vecinos. Los Elsztain cambiaron la tierra a cambio de metros del proyecto residencial de ocho edificios que la desarrolladora realizará en el predio y en el que los departamentos se venden en pesos financiados a 22 años. Mientras tanto, definen el destino del terreno donde funcionaba la fábrica de cigarrillos de Nobleza Piccardo, en el partido de San Martín, a pocos metros del cruce de la General Paz con la avenida San Martín que compraron en 2011 por US$33 millones. La idea inicial era reciclar las 16 hectáreas en un megaproyecto que combinará viviendas, centro comercial, oficinas y hotelería.

Por otra parte, IRSA tiene casi terminado un edificio de oficinas de treinta pisos en la zona de Catalinas en el que desembolsó US$110 millones.