Receta de Albóndigas de pollo con pesto
Como aperitivo o plato principal esta preparación con pechuga molida y una fresca salsa de albahaca y ajo, garantiza todo el sabor.
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/7XZBR5OLTZDDFIRPWKQI3CGDDM.jpg)
Tiempo de cocción: 20 min.
Tiempo de preparación: 15 min.
Tiempo total: 35 min.
Porciones: 4
Ingredientes
- Pimienta negra recién molida, 1/4 cucharadita
- Pollo molido (parte negra idealmente), 500 g
- Pan rallado o panko, 2/3 taza
- Pesto casero o comprado, 1/3 taza
- Huevo, 1
Para servir
- Pesto de albahaca, 1 taza
- Salsa marinara tibia, 1 taza
Preparación
- Precaliente el horno a 200°F. Coloque una rejilla en el tercio superior del horno y precaliente. Cubra una bandeja para hornear con papel manteca.
- Hacer la mezcla de albóndigas: coloque el pollo molido, el pan rallado, el pesto, el huevo, la sal y la pimienta en un bol grande. Mezcle ligeramente con un tenedor hasta que se combinen.
- Forme 20 albóndigas (aproximadamente 3 cm de diámetro) y colóquelas en la bandeja para hornear preparada, espaciándolas uniformemente a medida que avanza.
El pesto es un condimento italiano preparado con ajo, albahaca y aceite que se usa para pastas y ensaladas. Estas sencillas albóndigas de pollo con pesto obtienen un sabor increíble al mezclarse con este condimento. El pesto comprado en la tienda o hecho en casa le da su sabor característico y un tono verde pálido al mismo tiempo que proporciona humedad a la carne de pollo. ¡Eso hace que esta receta sea una muy práctica de solo 4 ingredientes, apta para servir con más pesto, salsa portuguesa o salsa marinara tibia para mojar las albóndigas de pollo.
Tips para hacer estas albóndigas de pollo con pesto
- Mojarse ligeramente las manos antes de comenzar a armar las albóndigas de pollo ayuda a evitar que la mezcla se pegotee a las manos.
- Haga las albóndigas de pollo con pesto unos días antes, si lo desea: hornee una o dos bandejas de albóndigas y, una vez que se enfríen, mueva las bandejas para hornear al congelador. Deje que las albóndigas se congelen y luego transfiéralas a una bolsa de congelador con cierre hermético hasta por un mes. Descongélelos en la heladera durante la noche antes de volver a calentarlos en el horno, o descongélelos directamente en salsa hirviendo a fuego lento durante unos 15 minutos.