Linda, intelectual y apasionada de los caballos, su mamá es Naty Tardivel, segunda mujer de la leyenda del cine francés. Su padre la llamaba “Mi sol”
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Aquel 13 de septiembre de 2003, cuando nació, Stella Belmondo (18) iluminó la vida de su padre, Jean-Paul, de una manera que él mismo jamás había soñado. A los 70 años, Bébel, como lo llamaban en Francia, miraba embelesado a esta bebita de facciones perfectas que le hacía explotar el corazón de amor. Entonces no pudo más que llamarla para siempre “Mi sol”.
Hoy, esa bebita tiene 18 años, se convirtió en una lindísima mujer y es muy parecida a su mamá, Naty Tardivel (el actor se casó con ella en segundas nupcias en 2002). Aunque siempre tuvo perfil bajo, las pocas veces que se la veía con su padre –quien murió el pasado 6 de septiembre, a los 88 años– quedaba claro, por lo cariñoso de sus gestos, que ese amor era recíproco.
Ser “la hija de la vejez” tuvo sus ventajas, por supuesto. “Papá es incapaz de decirme que no, lo considero más un amigo que una autoridad”, decía ella, y destacaba que el actor era capaz de hacer cualquier payasada para hacerla reír. La desventaja podría ser, quizás, que vivió casi como hija única porque sus hermanos mayores, Florence y Paul –ambos fruto de la relación del actor con su primera mujer, Elodie Constantin–, le llevan una enorme diferencia de edad: la mayor tiene 61 años, y el ex piloto de Fórmula 1 cumplió 58 en abril. Y si bien no se conoce que haya ningún tipo de conflicto entre ellos –en el funeral estuvieron juntos–, Stella hubiese querido, según dijo en una oportunidad, tener un vínculo más fuerte.
Recién egresada de la Escuela Bilingüe Internacional, no le interesa la actuación, sino la geografía, la historia y la política, por lo que puede que estudie Ciencias Políticas. Muy aplicada, en 2016, la leyenda del cine francés presumía de lo buena estudiante que era. “Por sus excelentes resultados escolares, le regalamos un caballo. Es una jinete muy talentosa”, decía el actor sobre ella.
En noviembre de 2019, Stella fue presentada en sociedad en Le Bal, la puesta de largo más exclusiva del mundo. Allí se codeó con varias jóvenes de la realeza europea, como María Carolina de Borbón-Dos Sicilias, Louis de Orleans y Elvire de Clermont-Tonnerre, y también con las hijas de Julio Iglesias, las gemelas Victoria y Cristina, de quienes se hizo muy amiga. Sin embargo, esa fue de las pocas veces que se expuso en público. “No soporto que todo se reduzca a mi linaje. Es casi humillante, prefiero que se me conozca por mis méritos”, opinó públicamente.
Sin novio a la vista, su mejor amigo es Joalukas, de 17 años, hijo del tenista francés Yannick Noah y la productora Isabelle Camus. El pasado 13 de agosto, cuando cumplió 18 años, sin dudas el mejor regalo que Stella recibió fue que su padre haya podido cumplir la promesa que le había hecho: aunque estaba muy debilitado de salud, le aseguró que no moriría hasta verla cumplir la mayoría de edad. Y así fue.
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