Varias especies de plantas son furor por su estética y se usan como decoración pero saber qué necesitan es clave para mantenerlas con vida.
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Son verdes, exóticas, fotogénicas y quedan increíbles en una estantería minimalista junto a una vela perfumada y una pila de libros.
Las plantas de interior se volvieron protagonistas de reels en Instagram, virales en TikTok y estrellas de Pinterest.

Pero, muchas de ellas no están preparadas para adaptarse a tu living, a tus riegos olvidados, tu balcón sombrío o tu calefacción impiadosa.
Así que si tenés una Pilea peperomioides desnutrida, una Alocasia amarillenta o una Calathea al borde del colapso nervioso, no estás solo.
El problema con las plantas virales
Muchas de estas especies se vuelven virales porque son estéticamente perfectas: hojas redondas perfectas, vetas psicodélicas, formas que parecen diseñadas.
Pero algunas tienen necesidades muy específicas y otras simplemente no perdonan errores
Además, las redes sociales simplifican: vemos plantas en su mejor momento, con filtros, luces ideales y ningún gato que las mastique o calefactor que las reseque.
El club de las bellas difíciles
Hay plantas que deslumbran en redes por su apariencia exótica o minimalista, pero que, una vez en casa, se comportan como divas y no aceptan un sólo descuido.
La Pilea peperomioides, por ejemplo, enamora con sus hojitas redondas y simétricas, que parecen diseñadas por un algoritmo.

Pero ojo: si no tiene luz indirecta abundante y un riego moderado (solo cuando la tierra está bien seca), se marchita y no hay vuelta atrás.
Otra estrella complicada es la Alocasia polly. Esa planta con hojas puntiagudas y nervaduras exageradas, parece salida de una película de ciencia ficción.

Si bien conquista con su porte imponente, demanda un nivel de humedad casi tropical: no tolera el aire seco, no sobrevive a las corrientes de aire y puede tirar hojas si no le gusta el clima de tu living.
La clave: agruparla con otras plantas para crear un microclima o mimarla con un humidificador
La Calathea, con sus hojas estampadas que se pliegan de noche como si rezaran, es bellísima pero caprichosa: quiere agua filtrada, cero sol directo, humedad elevada y ninguna sorpresa.

Si tenés calefacción fuerte o te olvidás de regar, hará una escena con sus hojas como protagonistas (seca, marrón y crujiente).
Las más tolerantes
Un poco más accesible es la Monstera deliciosa, ícono millennial por excelencia.
Sus hojas agujereadas son un hit visual, y aunque es más tolerante que las anteriores, requiere luz brillante y espacio para estirarse. Si se le adjudica en un rincón oscuro con una maceta minúscula, va a sufrir... y lo va a mostrar.

“Al ser una planta completamente selvática, necesita de grandes cantidades de agua para sobrevivir, así que si se seca puede sufrir fracturas. Por eso es recomendable regarla casi a diario”, recomienda Florencia Cesio.
Y no podemos olvidar a la Ficus lyrata, esa planta que aparece en todas las fotos de revistas nórdicas.

Es alta, elegante y digna, pero no le gusta que la muevan ni que le cambien la rutina. Si se siente traicionada, empieza a tirar hojas sin previo aviso. Necesita luz abundante (sin sol directo), un riego parejo y estabilidad.
Si vas a sumarlas a tu selva urbana, asumí el compromiso. Porque no alcanza con que sea linda en las fotos: también hay que saber cuidarla.
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