
“De Sangre”: el secreto de una familia que trasciende generaciones
En Mendoza, la familia detrás de Luigi Bosca transforma una tradición centenaria en una colección que rinde homenaje al tiempo, la emoción y los vínculos
MENDOZA.- Entre los viñedos de Finca El Paraíso, padre e hijo —Alberto Arizu (p) y Alberto Arizu (h)— comparten una herencia que trasciende generaciones. Allí, donde nació Luigi Bosca, la historia del vino se entrelaza con la de una familia que hizo del ritual, la memoria y la emoción una forma de vida. En esta charla, ambos repasan el significado de “De Sangre”, la colección emblema de la bodega, concebida como una ofrenda a sus raíces y a esos momentos únicos que el vino tiene el poder de volver inolvidables.

-¿Cuál es el ADN de Luigi Bosca?
Alberto Arizu (p): Yo creo que es lo que llevás en la sangre, la fuerza de la sangre.
-La colección más importante de Luigi Bosca es De Sangre. ¿Cómo nació?
Alberto Arizu (p): Esa colección nació, en principio, con un ritual que hacían mi abuelo y mi padre también: bajar a la bodega y marcar las barricas especiales.
Alberto Arizu (h): En el año 2008 decidimos crear un vino en honor a mi bisabuelo y a ese ritual, y le pusimos el nombre De Sangre. Significa una ofrenda hacia ese legado que él nos había enseñado. Es esa posibilidad de poder bajar a la oscuridad y al silencio de un sótano a inspeccionar los vinos y seleccionar esos que te generan algo especial. Siempre hay vinos que te marcan, que te generan una vibración. Esos vinos uno los aparta. Ese rito lo hemos mantenido en la familia: separar un vino porque me impactó, porque lo considero inolvidable, porque me conmovió y quiero tomarlo después con alguien que quiero. Por eso el nombre De Sangre es una ofrenda hacia los que queremos.

-¿Qué pasó con ese primer vino de la colección De Sangre que los invitó a seguir compartiendo este secreto, esta tradición familiar?
Alberto Arizu (p): Siguen existiendo secretos. El tema es haber elegido y tener las plantas que, durante cierto período de la vida —más de 30 o 40 años—, mostraron un equilibrio perfecto en la composición del vino.
Alberto Arizu (h): Para hacer un gran vino hace falta respetarlo desde el inicio. Hace falta respetar ese tiempo que naturalmente tiene de evolución la planta, lograr su punto de madurez y, después, durante todo el proceso de elaboración, darle ese tiempo que necesita. Esa enorme cuota de artesanía es lo que tienen, básicamente, nuestros vinos en general, pero De Sangre en particular, porque refiere a los vinos que a nosotros nos gustan para compartir con nuestros seres más queridos. Por eso el nombre. Es casi una declaración al poner De Sangre en la etiqueta: es nuestro, es de nosotros. Eso es lo que significa.
-¿Cómo se compone la colección De Sangre?
Alberto Arizu (h): En total son siete. Un blanco, que es un blend de uvas blancas muy particular. Tenemos el original, Corte tinto. Después, un Malbec de Valle de Uco, del primer viñedo que tuvimos, que se llama Los Miradores. Luego está el DOC, un vino que hacíamos desde hace muchos años —el primero fue en 1991—, y que pasó a formar parte de la colección De Sangre. También tenemos un Cabernet Sauvignon, un Cabernet Franc y un Malbec de Edición Limitada que forman parte de esta mística De Sangre.

-¿Para qué momento está pensado un vino de la colección De Sangre?
Alberto Arizu (h): Primero que nada, para un momento especial. Y los momentos especiales tienen que ver, ante todo, con la persona con quien lo vamos a compartir. El vino es una bebida para tomar en compañía, para disfrutar en compañía, para conversar. Siempre una copa de vino es necesaria para una buena conversación. El lugar, la música, el ambiente... hay un montón de factores que hacen que te predispongas sensorialmente de manera distinta, y creo que De Sangre amerita eso. Es una sumatoria ilimitada de pequeños detalles que hemos preservado y conservado a lo largo de generaciones al hacer el vino.
Alberto Arizu (p): El vino ocupa una posición en la mesa de uno o más comensales. Es el atractivo y, una vez que has tomado un poco, el cuerpo se relaja y la conversación se vuelve mucho más amena y abierta. Esa es la virtud del vino: abrir la conversación, compartir y generar un momento inolvidable. Porque ese momento entre el vino y la persona es único e irrepetible.
Alberto Arizu (h): Definitivamente, hay vinos que quedan en tu memoria para toda la vida. De eso se trata De Sangre: de ese ritual íntimo en el que un vino te impacta y te genera un recuerdo inolvidable. Queremos trasladar esa sensación para que las personas la experimenten, estén donde estén en el mundo.
Beber con moderación. Prohibida su venta a menores de 18 años.
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