El uso de la resonancia magnética como método de detección temprana de afecciones está en aumento, lo que ha llevado a que personas asintomáticas se sometan a procedimientos innecesarios
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¿Qué pasaría si existiera un tipo de prueba diagnóstica capaz de crear imágenes detalladas de casi todos los órganos y estructuras internas del cuerpo? ¿Podría funcionar como método de detección temprana de enfermedades? La respuesta es ambigua. Por un lado, ya existe un estudio médico con esta capacidad de visualización avanzada −se llama Imagen de Resonancia Magnética (IRM)−; por otro, su creciente promoción en redes sociales por parte de influencers del mundo wellness y celebridades ha generado una tendencia preocupante: cada vez más personas se someten a estos estudios de manera innecesaria. Este fenómeno se ha convertido en una pesadilla para muchos profesionales de la salud.
Este deseo por detectar con antelación posibles afecciones y sobre informarse con cuestiones médicas no es sorpresivo. Ya en 2024 McKinsey & Company anticipaba en su informe de tendencias globales de bienestar que son cada vez más las personas que aseguran que la adquisición de productos y servicios orientados al envejecimiento saludable y la longevidad son “muy” o “extremadamente importantes”.
Kate Hudson, Paris Hilton o las hermanas Kardashian son solo algunas de las personalidades que han difundido en masa este procedimiento. Específicamente, en 2023 Kim Kardashian irrumpió en el feed de sus más de 300 millones de seguidores en Instagram para calificar la tecnología de IRM como “salvadora”. Clarificó además que no se trataba de un contenido patrocinado sino más bien de un consejo solidario que compartía dado que la prueba diagnóstica “realmente salvó la vida de algunos amigos”.

Pero los datos que Kardashian no divulgó fueron el costo ni las consecuencias de someterse a un procedimiento tan abarcativo. Conocida como Prenuvo, esta compañía a la que las celebridades acuden para hacerse las resonancias magnéticas de última tecnología llega a cobrar 1000 dólares por la evaluación de una área corporal específica y hasta 2500 por la de cuerpo completo.
De esta forma, un examen diagnóstico que se empleaba exclusivamente para detectar enfermedades avanzadas y patologías particulares pasó a convertirse en un estudio ‘de rutina’ para miles de personas.
Pero los expertos quieren que se sepan las consecuencias que esto puede tener en la salud y en el sistema médico a nivel general. A continuación, las explicaciones.
¿Qué es una resonancia magnética?
En primera instancia se debe saber que la resonancia magnética es una prueba diagnóstica que utiliza un campo magnético y ondas de radiofrecuencia para obtener imágenes de distintas áreas del cuerpo.
“Se pueden obtener imágenes de alta calidad y ver las alteraciones del cuerpo sin utilizar radiaciones ionizantes (rayos X) por lo que no existen efectos perjudiciales para el organismo", comunican desde la Clínica Universidad de Navarra.
En cuanto a su funcionamiento la institución detalla que el campo magnético del equipo orienta los atómos de hidrógeno en una determinada dirección que, al ser estimulados por ondas de radiofrecuencia (el ruido que se escucha durante la exploración), emiten una señal captada por una antena que es transformada, por una computadora, en imágenes.

“Es muy importante su implementación en el estudio del sistema nervioso y sus afecciones, del aparato osteomuscular, y de la via biliar (hígado, páncreas y sus conductos)”, expresa Ramiro Heredia, médico internista del Hospital de Clínicas José de San Martín. Según desarrolla, en estos sistemas, suele superar a otras técnicas, y en personas que tienen afecciones de estas áreas, suele ser una indicación.
“Al ser pacientes con afectaciones puntuales los médicos deciden recurrir a la IRM para acercarse a un diagnóstico más esclarecedor que, en verdad, forma parte de los algoritmos diagnósticos recomendados”, afirma.
Distinto es lo que sucede en pacientes que no tienen enfermedades subyacentes o que solicitan hacerse el estudio con motivo de prevención: “Por más que sepa que es una técnica relativamente inocua, no es una medida costo efectiva y de tamizaje o screening recomendada", revela el Dr. Heredia.
Contraindicaciones
De acuerdo con Francisco Dadic, médico toxicólogo y presidente de la Fundación Argentina de Toxicología, a diferencia de las tomografías o las radiografías, en las IMR no se utilizan rayos. “No obstante, no está exento a ciertos riesgos que tienen que ver con la acción del aparato a través de las ondas magnéticas que produce”, dice.
El resonador, desarrolla, puede provocar algún tipo de desequilibrio, movimiento o calentamiento en caso de que haya una prótesis metálica en el cuerpo.
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También es frecuente en pacientes la aparición de episodios de claustrofobia, sobre todo cuando se trata de resonadores cerrados, y de problemas auditivos por el impacto sonoro de la máquina.
“Aparecen cuadros de náuseas, mareos, trastornos o problemas en el equilibrio como consecuencia del efecto del resonador en el cerebro y en la audición”, continúa el Dr. Dadic.
Algo fundamental que advierte es que, si bien no provoca malestar a largo plazo como los estudios de diagnóstico que emplean rayos, “todavía no se conocen sus efectos adversos de manera detallada”. “Quizás en un futuro cuando tengamos mayor cantidad de resonancias hechas se encuentren mayores efectos adversos”, destaca.
Al ser practicado en el cuerpo de un individuo sano y sin una indicación médica o afección puntual, se corre el riesgo de dar con un “incidentaloma”. “Esto es el hallazgo, sin querer, de una lesión o alteración, que no produce síntomas, y que muchas veces, no los va a producir”, añade Heredia. Su descubrimiento, desarrolla, lleva al paciente y a los médicos a tener una ansiedad innecesaria y a embarcarse en algoritmos diagnósticos que pueden llevar a pruebas, incluso cirugías, que terminan por generar más daños que beneficios.
“Supone un costo significativo para los sistemas de salud y generan estrés en las personas, que ahora tienen que afrontar meses de evaluación para concluir que fue un hallazgo incidental”, comunicó el Colegio Americano de Medicina Preventiva luego de que se incrementasen las solicitudes de diagnósticos por resonancia magnética. Asimismo, la institución citó la falta de evidencia de su eficacia en personas asintomáticas.
“Si fomentamos algo así entramos en el gran mal de hoy que es el exceso de información”, sostiene Dadic.