Entre la oferta de parques de Orlando hay una alternativa estilo resort; exige reserva con anticipación, pero asegura un día de relax en medio de la adrenalina
7 minutos de lectura'

Orlando no tiene secretos en su maridaje de sensaciones que parecen estar en los extremos, pero se entrecruzan a cada paso. Es una potente combinación de parques temáticos y una sólida infraestructura destinada a la gastronomía y las compras. Es un destino de atracciones. Un ambiente donde la energía va de la mano del relax; la pausa, la adrenalina; conviven el descanso y el consumo. Hay sol, humedad y lluvias que parecen estrictamente calculadas y cronometradas. Y también hay personajes de películas que se mezclan entre desfiles y fuegos artificiales. O montañas rusas, toboganes de agua y torres de caída libre que ahora tienen a la realidad virtual como un sólido competidor en la carrera por el tiempo de ocio (y emociones) de los visitantes más jóvenes. Y en ese contexto de extremos, también hay lugar para que los parques de atracciones -donde todo marcha a gran velocidad- encuentren su opuesto -o su complemento- en los parques de experiencias.
Discovery Cove, a pasos del emblemático SeaWorld o Aquatica en la Central Florida Parkway, es uno de esos espacios de refugio para la adrenalina. Un oasis de calma en medio de la efervescencia. Un all inclusive sin habitaciones. Donde prima la desconexión total, entre delfines, arrecifes, aviarios y playas artificiales, en un formato pensado para disfrutar sin filas, sin multitudes y con comidas y bebidas bajo demanda. Con disfrute desde la primera hora de la mañana hasta la tarde, ya que el servicio “todo incluido” empieza con un desayuno buffet, por lo que se recomienda llegar cerca de las 7, con ingreso y registro desde las 7.15.
Eso sí, hay varios datos a tener en cuenta a la hora de elegir este lugar para tomar un merecido descanso: hay un cupo diario limitado de 1300 personas -para evitar multitudes y grandes esperas- y se necesita una reserva anticipada, ya sea desde un ticket regular hasta la opción de alquilar cabañas. Aseguran que es de dos o tres meses de anticipación en baja temporada a medio año si se planifica una visita en temporada alta.

Y las alternativas van desde paquetes básicos que incluyen el “estilo resort” (140 a 200 dólares) o el que se puede añadir como plus un nado con delfines (170 a 200 dólares), a paquetes multi-parques un poco más costosos, que suman visitas a SeaWorld, Aquatica o Busch Gardens (este último, en Tampa). En todos los casos aparecen tildadas comodidades, estacionamiento gratuito y equipamiento, sin costo alguno.
¿Dónde pueden aparecer gastos extras? Básicamente en upgrades de contactos con animales, como buceo (SeaVenture), tour privado por una reserva (Animal Trek), cercanía con flamencos (Flamenco Mingle), o interacciones con tiburones o rayas, o en agregados como paquetes de fotos digitales o un mejor servicio de bebidas.

En la oferta de zonas de descanso aparecen las cabañas, que es una de las alternativas tope de gama entre los pagos extra. Un espacio de sombra, reposo y snacks con reposición. Ideal para familias o grupos que prefieren la privacidad (de entre seis y ocho personas; aunque entran hasta 10), y que pueden elegir alguna de las tres categorías, con diferencias claras en sus servicios: la Private ronda los 240 dólares (precio base en fechas con promoción, por lo que puede subir según la temporada) e incluye servicio de toallas, canasta con snacks y un frigobar (una opción que puede servir para quienes solo buscan comodidad o una base de encuentro o descanso durante el día); la Elite, por 500 dólares por grupo, que añade el servicio de fotos, y la Cabaña VIP, por 900 dólares, con un anfitrión dedicado, el encuentro exclusivo con animales, asientos reservados en uno de los restaurantes, y vista garantizada a la laguna de los delfines.

Por encima de esto, en la escala de precios se encuentra la “VIP Experience”. La opción más lujosa del parque, diseñada para quienes desean vivir un día totalmente personalizado, con acceso privilegiado y atención exclusiva. Una reserva que puede tener un precio base de 1600 dólares para ocho personas (con el agregado de la entrada al parque, que no está incluida, pero es obligatoria para todos los participantes). Permite hasta ocho invitados e incluye valet parking, check-in acelerado, una cabaña privada completamente equipada, desayunos y almuerzos premium servidos en la mesa y un paquete de bebidas de alta gama. A lo largo del día, un anfitrión VIP guía al grupo por encuentros privados con animales, un tour personalizado por el aviario, un saludo exclusivo con flamencos, acceso al nado con delfines (si está incluido en el paquete), snorkel con tiburones y un recorrido por un arrecife. También contempla un paquete completo de fotografías, un regalo especial y todos los servicios esenciales del parque. Lo que la eleva a la categoría del combo más completo y cuidado de Discovery Cove.

Un servicio completo para todo público
Entre los puntos para destacar aparecen la oportunidad de tener un día relajado, sin multitudes y poco tiempo de espera (las atracciones incluso son agendadas desde el momento del ingreso, por lo que eso ayuda a tener el día más ordenado). Además, el “todo incluido” es real, ya sea para la comida y las bebidas o el uso de lockers y equipamiento, como toallas, snorkels, antiparras, chalecos o conjuntos de neoprene. En cuanto a la gastronomía, las opciones van desde el abundante servicio buffet -por lo que no esperes un menú “gourmet”- a los bares repartidos por el parque con bebidas sin alcohol para menores y con alcohol para mayores de 21 años -acá sí hay un upgrade premium con coctelería y vinos-. Lo fuerte del parque es el entorno y la tranquilidad y no la alta cocina. Y está claro que quien busque parques de agua con adrenalina, tiene una mejor opción en lugares como Aquatica (incluido en uno de los paquetes multi-parques; así que también se puede aprovechar en la previa).
¿Es una buena opción para niños? Sí, más allá que también puede apuntar a parejas, adultos mayores o viajeros independientes, una de las claves es que ofrece actividades para todas las edades. Los más pequeños pueden aprovechar las playas de arena blanca, nadar en aguas tranquilas e incluso entrar al “río lento” Wind-Away con flotadores y chalecos -un canal de agua que serpentea entre las playas, el aviario y una densa selva tropical, con algunas cascadas y una cueva submarina-. También pueden ingresar al aviario o a algunos sectores didácticos de conservación. Hay edades mínimas para algunas experiencias, como los 6 años para el nado con delfines o el contacto con rayas o flamencos -siempre deben estar acompañados por un adulto hasta los 12 años-. Para otras actividades como el buceo, deben tener al menos 10.
Una propuesta que funciona como un aviso de que Orlando también puede invitar a la calma. Un pequeño paréntesis entre tanto ruido exterior, o tras una semana cargada de adrenalina y momentos mágicos. Entre la velocidad, un poco de serenidad.
1La joya desconocida de México que combina desierto, mar y una gastronomía de lujo
- 2
Desde River hasta el Colón: Sandra Rossi cuenta los secretos sobre cómo entrenar la mente para ganar
3Menopausia: cómo enfrentar los cambios hormonales sin que afecten a la pareja
4Viaje a las raíces: historias y recuerdos en las añoradas tierras de los abuelos





