
Encontrá las guías de servicio con tips de los expertos sobre cómo actuar frente a problemas cotidianos: Adicciones, violencia, abuso, tecnología, depresión, suicidio, apuestas online, bullying, transtornos de la conducta alimentaria y más.
La piel es uno de los órganos más frágiles del cuerpo humano. Debido a su extensión y exposición constante es susceptible a padecer diversas afecciones, por lo que estar atentos a síntomas y trabajar en su cuidado es algo muy importante. Algunas vitaminas son sumamente necesarias en este aspecto.
Entre los síntomas o señales que la piel muestra cuando algo no está bien aparecen los hematomas o moretones. Por lo general un golpe es el causante de estos pero también pueden darse casos en que su aparición se deba a algunas enfermedades o alteraciones en la sangre o en el proceso de coagulación de esta.
Desde los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NHS), afirman que hay veces en que los hematomas se convierten en algo recurrente y no necesariamente a causa de golpes o caídas. En estos casos es que una persona debe preocuparse y ocuparse acudiendo al médico para que ofrezca un chequeo y diagnóstico adecuado.
Al respecto, los NHS esgrimen como principal causa de esta aparición de hematomas en la piel al faltante de vitamina K en el organismo. La deficiencia de esta vitamina produce una ralentización en la coagulación de la sangre por lo que la aparición de moretones y sangrado se convierten en algo habitual.
La vitamina K necesaria para las personas no es la misma para todos ya que varía según el sexo y la edad. Por ejemplo, un bebé de menos de 6 meses de edad precisa de 2.0 microgramos (mcg) diarios, mientras que un hombre mayor de 19 años requiere de 120mcg y una mujer de 90mcg. En todos los casos, se trata de una vitamina importante para el cuidado de la piel y los huesos y que se incorpora al cuerpo, principalmente, a través de la alimentación.
El queso, los huevos, hortalizas como la lechuga, el brócoli y la espinaca se encuentran entre los que aportan vitamina K al organismo. A ellos se suman la carne, los higos y los arándanos azules, entre otros.





