Crimen del empresario español: condenaron al yerno por el asesinato
Los asesinos de Roberto Fernández Montes quedaron registrados por las cámaras de seguridad del edificio; hay un prófugo
Un mes antes de que se cumpla el primer aniversario del homicidio del empresario Roberto Fernández Montes, crimen ocurrido en un departamento de Caballito, fue condenado a la pena de prisión perpetua Santiago Corona, yerno de la víctima.
El veredicto, que se conoció hace pocos minutos, fue del Tribunal Oral Criminal (TOC) porteño N° 5, integrado por los jueces Fátima Ruiz López, Adrián Pérez Lance y Rafael Oliden.
El 1 de diciembre último concluyó la etapa de alegatos en la que tanto el fiscal del juicio, Juan Fernández Buzzi, como los abogados de las dos querellas -una por cada hija de la víctima- pidieron prisión perpetua para el imputado, al considerarlo coautor de "homicidio agravado por alevosía".
Para los acusadores, quedó probado que tanto Corona, quien era yerno del empresario, como el carnicero de nacionalidad paraguaya prófugo Raúl Fernández Torres, de 51 años, planificaron y concretaron el crimen.
"Lo planearon, lo pensaron y lo hicieron", dijo Buzzi al momento de dar por probada la coautoría material del asesinato en manos de Corona y del carnicero, según la agencia de noticias Télam.
Fernández Torres, de nacionalidad paraguaya, está prófugo desde el 25 de enero pasado, día que el juez Hernán López, a cargo del expediente judicial, ordenara su detención.
Fernández Montes, que tenía dos hijas y era viudo, fue asesinado en su piso de Aranguren 36, Caballito, el 21 de enero pasado entre las 12.09 y las 13.31. Según María del Carmen, pareja de la víctima desde hacía 13 años, el sábado Corona llegó hasta el edificio de Caballito, con una fingida preocupación, y se sumó a la búsqueda que habían encarado ella y la hija menor del empresario. "Este individuo, esta mala persona, aparece con la hija [mayor de la víctima] como si no hubiese pasado nada. Nos decía «cálmense, estén tranquilas» y a mí me dijo «Maru, seguime con tu auto que hacemos el camino hasta el galpón»" de la empresa familiar, Mini Vial, en Chacarita, dedicada a las excavaciones en obras de construcción.
La maquinaria investigativa se puso en movimiento a las 3.40 del domingo, cuando la menor de las hijas de Fernández Montes denunció en la comisaría 11» la desaparición de su padre. "Cuando volvió le pidió al encargado ver las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad del edificio e identificó al yerno como una de las dos personas que retiraban del ascensor un bulto, que estaba cubierto con una sábana manchada de sangre", según confiaron a LA NACION calificadas fuentes de la Policía Federal.
En las primeras horas del domingo, después de analizar todas las imágenes, los detectives de Homicidios de la Federal y el juez López ya no tenían dudas de que Fernández Montes había sido asesinado, pero les faltaba encontrar el cuerpo.
Fernández Montes vivía con una de sus hijas. El sábado 21 de enero pasado, la mujer se fue a pasar el día a una quinta en Escobar. A las 8.42, él salió con su Suzuki Fun. A las 9.05 llegó "El carnicero": ingresó por la cochera y subió por la escalera hasta el 5° piso. "Suponemos que entró con un control remoto que le dio el yerno de la víctima. Una hipótesis es que esperó al empresario en el pallier", dijo una fuente policial.
A las 12.09 de ese día Fernández Montes regresó. Ingresó su auto en la cochera marcha atrás. A las 12.54 llegó su yerno, que para no dejar huellas, tenía puesto en una mano un guante negro. A las 13.28 las cámaras de la cochera registraron cómo uno de los sospechosos abrió el baúl del auto del empresario. "El primer intento para sacar el cadáver fue a las 13.31, pero todo hace suponer que cuando el yerno y «el carniceroo» estaban por salir del ascensor con el cuerpo envuelto en la sábana ingresaba alguien en el edificio, y retrocedieron".
A las 13.45 salieron finalmente del ascensor con el cuerpo hacia la cochera y a las 13.49 se fueron del edificio en el Sukuzi Fun, que el domingo fue hallado en el barrio 9 de Julio, de Almirante Brown.
El martes 24, un baqueano encontró los restos carbonizados de un hombre en Cañuelas. El cadáver tenía un rosario metálico. La familia de Fernández Montes afirma que es el que él usaba.