Fue condenado a 19 años de prisión el homicida de Mariano Barbieri, el ingeniero asesinado en Palermo
A casi dos años del crimen, Isaías José Suárez, único acusado, fue encontrado culpable por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº11
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El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº 11, en un fallo dividido, condenó este jueves a 19 años de prisión a Isaías José Suárez por el asesinato del ingeniero civil Mariano Barbieri, ocurrido el 30 de agosto de 2023 en la plaza Sicilia, en Palermo. Aunque la fiscalía había solicitado prisión perpetua, los jueces Julio Pablo Quiñones, Julio López Casariego y Matías Buenaventura [en disidencia] consideraron que se trató de un homicidio en ocasión de robo y no aplicaron la figura de homicidio agravado criminis causa, que representa el intento del asesino de garantizar su impunidad con la muerte de la víctima.
El veredicto desató una fuerte carga emocional en la sala de audiencias. Al conocerse la sentencia, los familiares del ingeniero se abrazaron entre lágrimas. Sin embargo, la pena no convenció a los familiares de Barbieri, que aguardaban que el asesino saliese de la sala de audiencias con una condena a perpetua.
“Esperábamos otra cosa. Ojalá que haya alguna instancia más para apelar y conseguir justicia para mi hijo Luca. Los jueces tienen la convicción de que es la persona que mató a Mariano. Por eso no entiendo por qué solo 19 años, es la persona que mató a Mariano”, aseguró Maricel González, esposa de la víctima.
En el momento del mortal ataque, Barbieri tenía 42 años y un bebé, Luca, de apenas tres meses.
“El papá de Luca nunca va a estar junto a él, eso es lo primordial”, expresó Carlos, el padre de la víctima, conmovido tras escuchar la condena. Y agregó: “Todo lo que él dejó fue truncado por un celular, una cosa de la droga del siglo XXI. No hay una condena ejemplar. Independientemente del tiempo que le den de reclusión, nosotros perdimos un hijo, un hermano y sobre todo un padre para una criatura que recién ahora tiene dos años, nunca en la vida va a poder conocer a su papá. Eso no tiene precio. Es el fin de una etapa dura y angustiante para nuestra familia. Nuestros corazones han vuelto a sangrar, estaban tapados con una costra que hace el tiempo, pero la herida vuelve a sangrar”.
A las 9, Suárez se sentó por última vez frente al tribunal. Tuvo la oportunidad de pronunciar sus últimas palabras antes de que se conociera el veredicto. “Lo único que tengo para decir es que soy inocente. No es justo que quieran hacer justicia con una persona inocente”, dijo. Tres horas después, a las 13, los jueces anunciaron la sentencia.

El tribunal rechazó todos los planteos de nulidad presentados por la defensa: los videos del 3 y 4 de septiembre de 2023, el accionar de la División Drogas Norte de la Policía de la Ciudad, el peritaje y la constitucionalidad de la reincidencia. Además de declarar a Suárez reincidente, los jueces establecieron que los delitos de robo agravado cometido con armas y homicidio perpetrado para consumar otro delito deben concurrir en forma real entre sí. El 4 de septiembre se darán a conocer los fundamentos del fallo donde se detallará la razón por la que el asesino no recibió la máxima pena.
“Fueron cuatro meses de audiencias. Dos años para resolver un caso. Buscamos que le den perpetua. Una condena ejemplar para nosotros sería que Mariano esté vivo. Todo lo demás es una historia escrita para Luca –el hijo de Mariano Barbieri– que por lo menos sepa a letra de la Justicia qué fue lo que le pasó a su papá”, señalaron Fernando, el hermano, y Andrea, la tía de la víctima, en diálogo con LA NACION.
Y remarcaron: “La pérdida es irrecuperable, no hay nada que la Justicia pueda hacer. La apelación es una posibilidad, esperamos las novedades del fiscal. Nos da un poco de tranquilidad que lo encuentren culpable. De parte de la familia Suárez nunca hubo un pedido de disculpas ni arrepentimiento. Entiendo que están acompañando a su hijo, pero la realidad es que quedó en evidencia que lo apuñaló para robarle”.

Para los allegados, la sentencia marca apenas un punto de cierre formal en un proceso que dejó heridas profundas. Con la condena dictada, el próximo paso podría ser la apelación en procura de aumentar la pena, pero los familiares repiten una idea que atraviesa todo el caso: ninguna pena será suficiente para reparar la ausencia de Barbieri en la vida de su pequeño hijo.
El caso
Barbieri tenía 42 años al momento del crimen, era padre de un bebé y vivía en Béccar. La noche del 30 de agosto de 2023 había salido de la casa de un amigo en la que estaba parando circunstancialmente, sobre la avenida Santa Fe y Malabia, y se dirigió a los bosques de Palermo para ver la luna llena. Minutos antes del ataque, se mensajeaba con allegados. A las 22.38 ya estaba en el interior de la plaza Sicilia, situada en el cruce de las avenidas Del Libertador y Sarmiento.

Según la reconstrucción judicial, Suárez apareció en ese momento con la intención de robarle el celular. Ante la resistencia de la víctima, lo atacó con un cuchillo tipo Tramontina. La puñalada ingresó entre seis y siete centímetros en el tórax, afectó la pleura, el pericardio y la aurícula derecha del corazón, y provocó una hemorragia interna que derivó en un paro cardiorrespiratorio. Barbieri logró cruzar herido la avenida Del Libertador y pedir ayuda en una heladería, donde se desplomó frente a empleados y clientes. “No me quiero morir”, alcanzó a decir. Murió poco después en el Hospital Fernández.

El cuchillo fue hallado al día siguiente en la plaza, no por peritos sino por un periodista que cubría el caso. Tenía manchas hemáticas que, según los estudios de ADN, correspondían a la víctima. El celular nunca fue encontrado. “Sabía que ese celular quemaba”, dijo el fiscal, y sostuvo que Suárez lo descartó de la misma forma en que se deshizo del arma.

La investigación se apoyó en el testimonio de un vecino que paseaba a su perro por la plaza y presenció el ataque. Llamó al 911 y describió al agresor: vestía una campera tricolor azul, blanca y roja con capucha roja, llevaba bufanda y mochila. Con esos datos, la División Homicidios de la Policía de la Ciudad comenzó a analizar cámaras de seguridad. El fiscal Amelotti habló de un “trabajo de hormiga”: se revisaron más de 10.000 cámaras y se obtuvieron 34 imágenes coincidentes con la descripción.

El recorrido del sospechoso fue reconstruido con al menos 15 cámaras. Se lo vio llegar a la plaza y huir hacia el Barrio 31 de Retiro, donde fue detenido el 4 de septiembre por la División Antidrogas Norte. El testigo clave lo reconoció en rueda de presos como el autor del crimen.
Además de las imágenes, se sumaron pericias de la División Reconocimiento Antroposcopométrico, que encontró nueve coincidencias entre la fisonomía de Suárez y la persona registrada en los videos. Se destacó su forma de caminar, como si rengueara, y se identificaron lesiones en cuello y hombros compatibles con una situación de lucha.
El fiscal presentó un mapa interactivo elaborado por la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (Datip), que compiló todos los videos de la causa y permitió reconstruir los movimientos del acusado antes y después del ataque. “No quedan dudas de la autoría de Suárez”, insistió Amelotti.

En su indagatoria, el acusado dijo que solía irse de la zona de Palermo, Recoleta o Retiro a las 17 hacia el norte del conurbano. Sin embargo, tenía una tarjeta SUBE que registró viajes hacia la Ciudad Autónoma de Buenos Aires los días 2 y 3 de septiembre. El 3, por ejemplo, salió de la estación Saldías del tren Belgrano Norte a las 18.38.
Suárez tiene antecedentes penales por hechos similares en la misma zona. En 2013 fue condenado por el robo a una peluquería en la calle Gelly al 3400. En 2014, por un intento de robo de celular con cuchillo en avenida Del Libertador y Austria, y por un robo simple en la plaza Sicilia. En 2022, fue condenado por el robo de una bicicleta y por violencia de género contra su pareja, que vivía en el Barrio 31. “Conoce perfectamente la zona, la frecuenta por lo menos hace diez años”, señaló el fiscal hace dos semanas en su alegato, según reproduce la web oficial del Ministerio Público Fiscal (MPF).

El crimen de Barbieri tuvo repercusiones políticas. El entonces ministro de Justicia y Seguridad porteño, Eugenio Burzaco, fue desplazado de su cargo. El día del hecho se encontraba en Estados Unidos viendo un torneo de tenis. Fue reemplazado por Gustavo Coria.
El 8 de septiembre, la familia del ingeniero encabezó una marcha en Palermo para pedir justicia, bajo el lema “No me quiero morir”, en referencia a las últimas palabras que pronunció Barbieri. Su pareja, Mel, escribió en redes sociales: “Te amo hasta el último de mis días. Por favor dame fuerzas para criar a nuestro hijo. Siempre sabrá que su papá era un loco que vivió la vida a pleno”.

Barbieri era ingeniero civil egresado de la Universidad de Buenos Aires en 2011. Había trabajado en el Instituto de Vivienda de la Ciudad y tenía su propia empresa, Ideas, dedicada a desarrollos estructurales sustentables. Dos meses antes del crimen había nacido su único hijo al que llamó Luca. En sus redes sociales solía compartir reflexiones personales y críticas al gobierno de ese momento que encabezaba Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Fiscalizó para La Libertad Avanza en las elecciones PASO y apoyaba las ideas libertarias. En enero, durante sus vacaciones, se llevó el libro Los fundamentos de la libertad, de Friedrich Hayek.


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